Forma parte del sino de muchas bandas que con el paso de los años alguno de sus miembros abandone la formación. Tensiones internas, diferencias creativas o problemas personales son motivos que han provocado el desmembramiento de grupos desde hace décadas. Algunas no son capaces de sobreponerse a esto y desaparecen, otras renacen de sus cenizas cual fénix y salen fortalecidos, empujados por la dosis de creatividad que puede suponer contar con un nuevo miembro. Desgraciadamente en algunos casos acaban convirtiéndose en la sombra de lo que fueron en su época dorada.
Los miembros de Minor Empires sabrán bien a lo que me refiero cuando hablo de esto. La formación está constituida por miembros de distintas bandas nacionales, algunas de ellas bastante queridas por aquí, que han sabido conjugar sus diferentes estilos para crear una propuesta bastante atractiva, que despertó mi curiosidad desde que tuve noticia de su existencia hará un año. Entre esas bandas se encuentran Nothink y Toundra. La primera fue una de las agrupaciones de rock/grunge más importantes del panorama nacional actual, desempeñando una labor importante en su ayuda a establecer el nombre de su discográfica, Aloud Records. Tristemente en 2012 se separaron, y su guitarrista y cantante, Juan Blas, encuentra en Minor Empires uno de sus proyectos actuales. A Toundra ya los he nombrado en algún otro artículo, y en breves pienso escribir más sobre ellos. El año pasado Victor Garcia-Tapia, uno de sus dos guitarristas, abandonó el grupo (remarcar que de forma amistosa por ambas partes) y comparte ahora labores con Juan. La formación la completan Javier «Seisdedos» al bajo (de la banda Moonich) y Miguel Peñas a las baquetas.
Estos cuatro músicos se juntaron con el objetivo de grabar de forma relajada, sin pretensiones, simplemente disfrutar creando música. Y la verdad es que han conseguido crear un LP debut que conjuga a la perfección las influencias de cada uno de ellos.
La mejor forma de entender por qué Minor Empires tiene el sonido que tiene es que hubierais escuchado «Hidden State» de Nothink y los dos últimos trabajos de Toundra. Desde los primeros cortes es apreciable una progresión logica del último disco de Nothink pero con guitarras que recuerdan a a banda madrileña de post-rock.
«The Physics of Light» sirve como pequeña introducción sin hacer falta esperar demasiado para que los primeros temas entren en acción demostrando una fuerza demoledora. La guitarra que da inicio a «Targets» crea un ambiente que te envuelve de sobremanera (¿es clara o no la influencia?) con Juan entrando con un estilo vocal ligeramente diferente al resto del álbum, pero creando uno de mis momentos favoritos del disco.
«Empty Rooms» fue de los primeros cortes que adelantaron, y ha acabado convirtiendose en mi tema favorito. No es para menos: la energía que desprende es desbordante, y ese primer riff funciona a la perfección. Si no fuera porque no tarda en entrar el relajado estilo de Juan al micrófono esta canción tiene una estructura que podría haber salido de una banda de post-hardcore.
«The Story of Timothy Tredwell» baja el ritmo y recupera ese componente ambiental en la instrumentación. Perfecto su crescendo instrumental al final del tema. Pese a que destaco sobre todo la labor que desempeñan las guitarras y la voz en la costrucción de las atmósferas, sería injusto obviar la importante labor que realiza la base rítmica, especialmente el bajo, pues funciona como hilo conductor de una manera perfecta. En «Truth Seeker» y su estribillo encuentro otro de mis momentos favoritos, un corte muy completo.
Uno de los puntos débiles que he encontrado yo en el álbum, a parte de su excesiva corta duración, sería el hecho de empezar de forma arrebatadora y que poco a poco los temas se vayan desinflando. A partir de «Truth Seeker», las canciones que van siguiendo no han captado mi atención de la misma manera. «Linsey» cumple bastante bien, «Echoes From Nowhere» es un interludio bueno (nombres bastante bien escogidos este y el del primer corte, la verdad), pero «Numbers» y «Drones» no terminan de calarme.
Cuando analizo un disco en su conjunto, tengo una tendencia a prestar especial atención al último corte. El primero cumple una función muy importante ya que es el que tiene que sumergirte en lo que esta por venir. El último, por otro lado, tiene que plasmar ese toque definitivo, ese que te deja pensando en que lo que acabas de escuchar es un discazo. De este modo, aunque es un tema por si solo bastante decente analizado individualmente, «The Season» no cumple del todo esa labor, dejándome con la sensación de que le falta algo.
A pesar de que al final la crítica se ha endurecido un poco, en su conjunto nos encontramos ante un trabajo redondo. Lo más destacable es cómo han conseguido combinar ambientes propios de la agrupación original de Víctor con la energía y garra de Nothink, logrando un sonido más personal con canciones totalmente arrolladoras.
Deseando ya poderles ver en directo en un futuro próximo, pues viendo a Toundra (sin duda una experiencia altamente recomendable) y leer maravillas de los conciertos de Nothink, la verdad es que pensar en cómo sonará esta propuesta conjunta en vivo de por sí ya me crea muy buenas expectativas.