Canción de la semana: A Tap Dancer’s Dillema

diabloswingcd

Nota: La portada contiene elementos que pueden provocar efectos adversos de grima y repelús. Se recomienda no mirarla fijamente.

Cerrad los ojos. Imaginad que camináis por la calle de regreso a casa. Es un día normal, y todo indica que va a seguir siéndolo. De repente, un hombre elegantemente vestido y con aires de grandeza, sale del banco sin mirar a los lados, puesto que al parecer toda la calle es suya, y tropezáis con él, cayéndose su cartera y dejando entrever un billete de quinientos euros.

Abrid los ojos. Lo que habéis imaginado es algo que probablemente solo podáis ver un par de veces en vuestras vidas (si vuestro nivel económico es elevado olvidad lo que he dicho e inventad cualquier otra metáfora similar sobre algo difícil de ver, yeti, marciano, etc). Lo que nos lleva a Diablo Swing Orchestra, grupo del cual he escogido la canción de la semana A Tap Dancer’s Dillema, de su LP «Sing Along Songs for the Damned & Delirious» del 2009.

Todo esta historieta viene al caso de que grupos así solo se encuentran unas pocas veces en la vida. Es difícil crear música completamente distinta a todo lo escuchado, que tenga su identidad, y que a la vez cada canción sea un mundo distinto. Difícil, no imposible. He ahí el verdadero reto. Es lo que nos brinda la Swing Orchestra, una de las bandas más punteras dentro del Avant-Garde Metal, y una de las que más urticarias provoca en los metaleros de pro, o trues. ¿Que qué es eso de Avant-Garde? Pues cualquiera con una ligera impresión del sonido de este estilo podría aseverar que se trata de un cajón de sastre, donde entra todo lo que no se puede clasificar dentro de ningún otro género.

Nada más lejos, y a la vez mucho más lejos, pues el Avant-Garde engloba grupos que destacan por su experimentación, por su innovación y por su originalidad. Los culos inquietos, como decía mi abuela. No es que aquí tengan que entrar porque si todos los grupos inclasificables, sino que muchos de ellos, como la banda que nos toca hoy, conjugan muchas influencias y estilos.

En esta banda podemos encontrar desde jazz, hasta música clásica, pasando por el metal sinfónico, todo ello aderezado con buenas dosis de dureza. La canción elegida combina un gran ritmo alocado de jazz con instrumentos de viento, perfectamente bailable, pero con una cantidad de giros y sorpresas que hace rememorar, aunque sea solo por esas abrumadoras y extravagantes estructuras que encontramos en muchas de sus canciones, a los enormes Mr. Bungle. Un fantástico boogie llevado por las voces de los cantantes, tan aguerridas como manieristas, elevadas hasta el paroxismo. Lo único que no vemos aquí es esa dureza que hace que el grupo reciba el apelativo de “Metal” detrás de “Avant-Garde”, pero como dije al principio, esta canción no es sino un pequeño retal en el inmenso manto de sonidos del grupo. No digo más, ahora os toca oírla.

Disfrutad al ritmo del swing, diablillos.

 


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