Estos días he estado ahondando en la discografía de la que es una de las figuras más respetadas del panorama electrónico internacional. A principios de la década pasada surgió en Reino Unido un artista que prefería el anonimato en la sombra, otorgándonos a través de su música un billete a su mundo de tenebrosas y cautivantes atmósferas. Si estáis medianamente sumergidos en el mundo del dubstep o el 2-step seguro que os suena el nombre de Burial. Pero ahora no vamos a hablar de él, sino de uno de los jóvenes productores que ha seguido sus pasos, tanto en lo musical como en lo que se refiere a su identidad (aunque la de ambos terminaría por desvelarse).
Stumbleine (pseudónimo de Peter Cooper), nombre del «aprendiz» de Burial, tiene un estilo que podríamos enmarcar dentro del chillstep o chillwave. Las comillas son porque, pese a que la influencia es evidente y fácilmente apreciable, también existen diferencias importantes entre los dos. La música de Burial pide a gritos ser escuchada por la noche, para sumergirte en la soledad y la melancolía en su aspecto más sombrío, y atractivo a su propia manera. Son sonidos urbanos, una mezcla de electrónicos y cotidianos. Te trasladan a otro mundo pero al mismo tiempo resultan muy cercanos.
Por otro lado, aunque la propuesta de Stumbleine no difiere demasiado, aplicando efectos similares como las voces femeninas sampleadas, y poseyendo la misma capacidad de trasladarte a otro lugar, construye atmósferas sumamente distintas. Su sonido es más luminoso y onírico. Melancólico, también, pero desde otra perspectiva. Y esto se debe en gran medida a las influencias del inglés, que pasan por el pop y el shoegaze (este resultando muy marcado en algunos cortes, especialmente por las guitarras). De hecho, previamente a crear este proyecto electrónico Peter tocaba en una banda de estilo cercano al citado shoegaze llamada Swarms.
Pese a lo corta de su trayectoria, no se puede decir que se lo tome con calma precisamente. Ya son unos cuantos los EPs y LPs con los que cuenta Stumbleine, habiendo colaborado con vocalistas como Asa, CoMa, o la más reciente y parece que duradera con Violet Skies. Respecto a esta última, pese a que en el análisis que realicé de su EP conjunto terminé por valorarlo como un paso hacia delante, he de retractarme un poco de dicha declaración. En los meses transcurridos desde entonces me he podido re-escuchar su discografía un par de veces, y aunque sigo valorando que no haya decidido mantener una postura continuista, ha perdido parte de la chispa que caracterizaba sus primeros trabajos.
«Ghosting» es el primer trabajo suyo que escuché. Además es uno de los primeros que tuve el gusto de escuchar dentro del género, y se ha consolidado como un referente inamovible dentro de la electrónica. Los temas que construye pueden resultar inadecuados si eres una persona excesivamente sensible. Si los ocho cortes que componen «Ghosting» no te emocionan, o no tambalean tus defensas lo más mínimo, no eres humano. Vale, es una afirmación radical, pero es que me resulta difícil pensarlo siquiera.
Piezas como «Try To Remember Me», «Be Tru» o «Heart Shapped Locket» son sencillamente impresionantes. Ya he citado antes las voces sampleadas, pero merecen ser destacadas de nuevo. Siendo muchas veces las que guían la melodía principal, son la causa primordial de ese aire onírico del que se encuentra impregnado todo el disco, actuando como vehículo que te desplaza a ese mundo de melancolía que habita Peter.
«Aliceband» o «Wasted Summer» por otro lado demuestran la vertiente más cercana al shoegaze de Stumbleine. El propio Peter Cooper ha reconocido que uno de sus ídolos es el guitarrista de My Bloody Valentine, por lo que no debería extrañarnos la importancia que tiene en su sonido. Además. esto contribuye a que su sonido no se haga repetitivo, otorgándole una variedad de matices bastante enriquecedora.
Junto a «Spiderwebbed», es mi trabajo favorito del productor inglés. Escuché por encima el larga duración que sacó junto a Violet Skies hace unos meses, y aunque todavía no puedo juzgar demasiado, reconozco que no me atrapó. Es posible que al abrazar este año sus influencias más cercanas al dream pop, el precio a pagar haya sido renunciar a ese sonido propio y evocador. Por irónico que resulte, quizás en unos años escuche «Ghosting» y me sumerja en sus atmósferas de nostalgia para recordar con añoranza lo que en su momento Stumbleine fue.
Una respuesta a “Stumbleine – Ghosting”