Between the Buried and Me se convirtió desde que los descubrí en todo un referente dentro de la escena de metal progresivo actual. Con un sonido evidentemente heredero de Dream Theater (pero matizado por la brutalidad propia del death metal) la banda de Carolina del Norte es conocida por sus temas de larga duración, cambios de ritmo, y un nivel técnico desbordante, pero no por ello falto de melodía y justificación dentro de la estructura de los temas. Y a todo esto hay que sumarle su aprecio por crear obras conceptuales, que se ve reflejado en el contenido lírico de la mayoría de sus discos (incluso con álbumes que desarrollan historias empezadas en trabajos anteriores). Si a esto le sumamos una filosofía artística basada en la experimentación y reinventarse, y una postura crítica ante la sociedad y el mundo que los rodea, BTBAM reúne los requisitos para ser una de mis bandas favoritas. Y lo es.
Por muchos la obra cumbre de la banda es «Colors«, su cuarto disco, y un servidor se encuentra entre los que opinan así. Su disco más ecléctico, y el primero en ser completamente conceptual, en sus 64 minutos de duración engloba todos los elementos que hacen tan grande a la banda liderada por Tommy Giles. «Colors», tanto en lo musical como en lo lírico, es un grito en nombre de la diversidad y la singularidad. Es una llamada a hacer uso de nuestra libertad de pensamiento y expresión. En un mundo globalizado donde las culturas interconectadas deberían enriquecerse mutuamente, observamos sin embargo que la realidad es un modelo fagocitando a los demás. Y esto se puede encontrar en las distintas disciplinas artísticas y culturales, siendo la música una de las que se está viendo más afectada.
Ante este contexto donde la música que triunfa es la que se ajusta a unos determinados cánones, y la originalidad y el intento de plasmar algo único y original brilla por su ausencia en el mainstream, BTBAM da un golpe sobre la mesa en 2007 con su álbum más ambicioso. Death metal, metal progresivo, jazz, blues, country… todo eso lo puedes encontrar en su interior. Pero no os penséis que sin propósito, ya que cada parte de cada tema está compuesta de forma que encaja a la perfección en el conjunto.
Pese a que realmente cada una de las piezas que forman el larga duración son simples divisiones simbólicas, ya que el disco en si es una única canción, mi favorita es la que cierra el disco, «White Walls«. Desde el primer riff sabes que te encuentras ante algo enorme. Tommy lo borda tanto en los guturales como en las partes melódicas, mientras Blake Richardson no se como aguanta ese nivel de intensidad a las baquetas durante tanto tiempo, brutal. Dann Briggs no tiene mucho espacio para brillar, pero se le perdona por esa perfecta introducción al corte que es «Viridian» (escucha obligada para bajistas»). Los 14:13 minutos de duración son una verdadera joya, pero es después de esos «white wall» gritados a los diez minutos que empieza el que es uno de mis momentos instrumentales favoritos de la música en general.
Lo que construyen los cinco músicos durante los últimos minutos de «White Walls» es sencillamente épico. Pero especialmente Paul Waggoner es el que más se luce, con ese riff de guitarra que se repite hasta llegar a uno de sus solos más inspirados, técnicamente apabullante. Después la misma guitarra continuaría repitiéndose, mientras Blake Richardson nos hace dudar de que solo tenga dos brazos dándole de esa forma a la batería, para finalmente Tommy despedir con su teclado el que es uno de mis discos favoritos, que crece a cada escucha que recibe.
Despido el artículo con unas declaraciones de Tommy en las que explica el concepto detrás de la canción, que se acerca bastante a mi propia interpretación del álbum. Confío en que disfrutéis de la escucha tanto como yo.
«Esta canción es acerca de crecer como banda y como músicos. La escribí después de que tocáramos en el Ozzfest (conocido también como un gran festival de talentos dentro del metal). La industria musical realmente nos muestra lo estancada y aburrida que es la música popular. Todo el mundo intenta sonar y aparentar como esta establecido con el objetivo de «llegar a ser grandes». Obviamente no todas las bandas son así… pero parece que cada vez más gente empieza a tocar en bandas con el objetivo de llegar a ser estrellas del rock, no porque amen la música».
«Esta canción es sobre crecer y darte cuenta de que necesitas hacer para ser feliz creando música… porque cuando todo este dicho y hecho, esto es lo que la gente escuchará una vez hayamos muerto. Cuando empecé a tocar música esto era un lienzo en blanco, y este viaje que he vivido hasta ahora son las pinturas que serán vistas cuando ya no esté»
Una respuesta a “Canción de la Semana: White Walls”