Hace unos días, en el análisis que publiqué sobre el EP debut de los valencianos Our Next Movement, decía que una de las cosas que tenía que hacer a corto plazo era escuchar algo de los japoneses Toe, ya que habían sacado el nombre de su grupo de una canción de los nipones, y tendría que haber motivos para ello. Siguiendo una recomendación, fui directo a descargarme «For Long Tomorrow«, disco que sacaron en 2009, conformado por 13 temas sobre los cuales tenía elevadas expectativas (mi primo me había hablado bien de ellos hacia tiempo, pero no llegué a hacerle caso). Apenas le he dado dos escuchas y en poco tiempo, por lo que no debéis de tomarme del todo en serio, me encuentro en ese momento en que he descubierto una nueva banda y me ha encantado, por lo que exagerar un poco es inevitable. Pero tengo que decirlo: Toe han puesto patas arribas mi forma de entender el post-rock.
Este género hace ya unos cuantos años que lo descubrí de la mano de ese LP clásico llamado «The Earth Is Not A Cold Dead Place», con unos Explosions In The Sky calmados y evocadores, descubriendo poco después que una amplia mayoría de las bandas de este estilo se caracterizaban por seguir un patrón similar. Por entonces (cabe remarcar que no había escuchado nada de math) no imaginaba que habría bandas como Toe, que cogerían esa esencia atmosférica, pero con unas canciones con estructuras de locura, ritmos endiablados y un nivel técnico muy destacable. El que más me ha llamado la atención es el batería. Increíble lo que hace a las baquetas.
Podría citar varias entre mis favoritas del larga duración. «After Image», la citada «Our Next Movement», o la conclusiva «Long Tomorrow». Pero la verdad es que la que más he reproducido y me ha tocado más la fibra es «Goodbye«. En este corte colabora en el micrófono Toki Asako, pero nadie duda de que todo el protagonismo es de los genios que forman la banda. Instrumentalmente esta canción combina técnica y feeling con una maestría envidiable. La calma con que se desarrolla, con la guitarra eléctrica introduciendo la melodía, el teclado contribuyendo sutilmente y la guitarra clásica en segundo plano. Y la batería, ese momento absolutamente mágico en el que entra en escena llenando de energía la canción. El batería es el guía absoluta de los altibajos emocionales de la pieza, y lo hace de una forma que deja boquiabierto.
Además de la versión de estudio, me parece necesario enlazar también al directo de un DVD. Desde luego no voy a parar aquí, me da que no tardaré demasiado en ponerme al día con la discografía de estas bestias de la tierra del sol naciente. Si no los conocías, haced como yo y enmendar vuestro error, no os arrepentiréis.
He de decir que hasta hace poco, ante mi aversión a las matemáticas, tenía mis reticencias a cualquier cosa que acarrease con el lexema Math… aunque bien sabes que ya escuché en su momento a esos teloneros de DT de cuyo nombre no consigo acordarme, y que ya me puse un poco al día en el BeProg.
Así que una vez apuntalé mi endeble moral ya no hubo mayor problema, y veo que en ocasiones podemos perdernos grandes artistas por no rehuir de esos (en ocasiones) nefandos apelativos. Esta es una muestra, una gran banda, por lo poco que he visto (que es solo este tema), cuya enjundia late, por lo que veo, en esa bucólica atmósfera, carente de “math” salvo en la tremenda batería, que sube y baja en un vertiginoso éxodo a la locura.
P.D.: en la caballerosa mesa del redondo sol naciente pugnan en dura lid grandes bandas, entre las que destaco Loudness y X Japan, más en mi estilo heavynesco, pero bueno.
Me alegro de que te haya molado! Los teloneros de DT que vimos eran Periphery, que poco tienen que ver con el math al que aquí hago referencia (muy buenos, sigo pensando que deberías de escuchar más de ellos jaja). Pegaré una escucha a los grupos que citas, de los que no me suena ni el nombre, a ver que tal!