En los últimos años he cambiado bastante mi forma de acercarme a la música, desprendiéndome de prejuicios inútiles, abriendo mi mente y aprendiendo a apreciar cosas que anteriormente me pasarían desapercibidas. Digamos que ahora mismo entiendo la música como lo que realmente es, arte. Entre estos cambios en mi actitud, creo que uno de los más importantes ha sido el de valorar la escena underground. A todos nos gustan los artistas consagrados, las «vacas sagradas» intocables que influencian a generaciones de nuevos músicos. Pero si hacemos un esfuerzo y nos molestamos en indagar, quizás no tengas que irte ni de tu localidad para encontrar bandas con una calidad apabullante. Por poneros un ejemplo, hoy voy a hablaros del que fue uno de los grandes descubrimientos que hice el año pasado. Son de Barcelona, practican un post-metal de influencias muy variadas y están ahora mismo en el principio de la que parece una carrera prometedora. Ellos son Obsidian Kingdom.
El grupo actualmente está formado por Rider G Omega a la voz y guitarra, Prozoid Zeta JSI también a las seis cuerdas, Zer0 Æmeour Íggdrasil teclado y coros, Fleast Race O’Uden en el bajo y Ojete Mordaza II (este nombre se lleva la palma) a las baquetas. La influencia del black metal en la banda no se queda solo en los pseudónimos, como veremos más adelante. En 2007 publicarían «Matter», y en 2010 su EP «3:11», pero no sería hasta 2012 que vería la luz el que es su verdadero debut. Y menudo disco se marcaron como carta de presentación.
«Mantiis«, nombre que recibe el primer álbum de los catalanes, sintetiza en los 14 cortes que lo componen todas las influencias de la banda con un resultado único, derrochando personalidad y eclecticismo en las oscuras progresiones que poco a poco te van sumergiendo en el tenebroso mundo que ha tejido Obsidian Kingdom. En él encontrarás desde rock progresivo a géneros más extremos como el black o el post-metal, pasando en ocasiones por el sonido de bandas como Ulver. Pero todo con una coherencia abrumadora. Además «Mantiis» es de esos discos en que el término «corte» se aplica literalmente, pues se podría describir como una única canción fraccionada en distintos temas, pero que deben ser escuchados de principio a fin para poder asimilar la magnitud de la obra. Veamos en profundidad lo que deparan los 47 minutos de duración del LP.
El álbum arranca con «Not Yet Five», un corte instrumental lento, tenso, que sirve como toma de contacto perfecta para lo que está por venir. Sin que te des cuenta entra la guitarra acústica de «Oncoming Dark», desarrollándose con delicadeza, pero no debes dejarte engañar, conforme discurre el tema ya se dejan entrever unas guitarras más afiladas y el doble bombo. «Through the Glass» actúa como puente instrumental, llevándonos a «Cinnamon Balls», donde la bestia muestra su verdadero rostro. Riffs agresivos cargados de distorsión, despiadados guturales, una sección que podría describirse como una especie de dubstep con el teclado y un solo de guitarra para finalizar. Cuando decía que «Mantiis» era un álbum ecléctico no era gratuito.
«The Nurse» y «Answer Revealing» bajan la velocidad y la dureza de nuevo, otorgándonos en su brevedad la faceta más melódica de la banda. Les sigue la que es para mí la mejor pieza del larga duración, titulada «Last of the Light». ¿Os imagináis un tema que conjuga black metal, un lento solo de guitarra cargado de feeling, que se enlaza con un sorprendente saxofón? «Last of the Light» encierra todo eso y más, en mi opinión el tema perfecto para empezar si todavía no los has escuchado, una muestra perfecta de lo que son capaces.
«Genteel to Mention» me trae reminiscencias de Ulver, creo que por el estilo de la voz. «Awake Until Dawn» conjuga increíblemente el lado más bestia de la agrupación (con Fiar de Foscor al micrófono) con un sencillo teclado y unas voces casi susurradas como colofón final. Mágico. «Haunts of the Underworld» es el tercer y último corte instrumental, presentando la guitarra varios momentos destacables, construyendo en conjunto una atmósfera evocadora, pero manteniendo esa sensación de tensión contenida, de inquietud, que está presente a lo largo de todo el LP. «Endless Wall» nos devuelve a un Raider G Omega desatado al micrófono.
«Fingers of Angish» y «Ball-Room» son los dos cortes que tienen videoclip promocional, por motivo de su fichaje por el sello Season of Mist y la reedición de «Mantiis». «And Then it Was» es un corte perfecto como cierre, de esos que te dejan con la sensación de haber degustado un gran álbum, como debe ser. Escuchar «Mantiis» es una experiencia que de ninguna forma te va a dejar indiferente. Y vas a necesitar volver a él en numerosas ocasiones para poder perderte en los innumerables matices y rincones que contiene.
En 2013 vería la luz «Torn & Burnt», disco consistente en remixes de los temas que componen «Mantiis», en un intento de darles un lavado de cara, aproximándose a la misma música desde una perspectiva totalmente distinta. Actualmente se encuentran acompañando a los islandeses Sólstafir (en breve publicaré una reseña sobre su último trabajo), compañeros de sello, en su gira europea. He leído que los conciertos de los barceloneses no tienen desperdicio, espero en un futuro no muy lejano tener la oportunidad de verles. Obsidian Kingdom es una banda absolutamente imprescindible, así que si todavía no has escuchado «Mantiis», ya estás tardando en rendirte a su calidad.
7 respuestas a “Obsidian Kingdom – Mantiis”