El artículo de hoy nos lleva a Barcelona, con el objetivo de hablar de una joven banda que, con su debut publicado el mes pasado, demuestran tener algo que aportar a esa creciente escena progresiva que va arraigando con fuerza dentro de nuestras fronteras. Hace un mes ya acudí a las tierras catalanas para hablaros de los imprescindibles Obsidian Kingdom, y en esta ocasión voy a tratar un grupo con el que, dentro de sus numerosas diferencias, tienen algún que otro punto en común, como la oscuridad imperante en sus composiciones. Su nombre es Days Left Behind, y os presento su primer álbum, titulado «Outlines«.
Las influencias que encontraréis en este primer trabajo van desde Katatonia, en la atmósfera general y las voces melódicas, a los fineses Insomnium, pasando por Opeth o Anathema en las vibraciones que transmiten las secciones acústicas. Citando bandas de tamaño calibre seguro que no dudáis en ir a su bandcamp y escuchar el disco mientras continuáis leyendo. El death progresivo que practican deja entrever con facilidad de donde han bebido los catalanes, pero para nada desde la mímica, sino desde la búsqueda por crear algo que suene diferente, que al fin y al cabo es lo importante.
La agrupación está integrada por Aleix Valverde a las baquetas y guturales, Álex Huguet y Javier Ruiz a las guitarras, Guillem Rejón encargado de las voces limpias y el teclado, y por último Unai Muñoz ocupándose del bajo y de la flauta. El trabajo es autoproducido, por lo que han contado con libertad absoluta para sonar como realmente deseaban hacerlo. Destacar además que, tristemente, son una formación meramente de estudio, sin intención de trasladar su música al directo.
Entrando en materia, el corte encargado de abrir es «A Baneful Dream«, título que junto a las primeras notas ya deja clara la atmósfera lóbrega y pesimista que va a imperar a lo largo de todos los cortes. La primera mitad nos muestra la faceta más melódica y suave de la banda, con un trabajo brillante tanto por parte de la voz como de la instrumentación. Poco después del minuto cuatro entran en escena unos riffs distorsionados, en un cambio de estilo que me parece ligeramente forzado, pero que se perdona por el delicioso solo de guitarra que se desarrolla poco después.
«Rest After Sigh» es el primer single, contrastando con el tema anterior en que desde el principio ya muestra un sonido más propio de su vertiente death metalera, pero sin abandonar la melodía, como los punteados de guitarra preciosistas que pueden apreciarse, aportando un mayor nivel de detalle y texturas. No faltan secciones con guitarras limpias, las principales causantes del ambiente de melancolía predominante. Debo reconocer que para lo largos que son los temas se me hacen muy livianos, resultándome hasta cortos, lo que habla en favor de la música, pues no hay minuto desaprovechado.
«Above the Sun» y «Below the Sky» son mis dos cortes favoritos del LP. El primero nos muestra a los dos vocalistas realizando una labor soberbia, siendo un tema más enérgico y diría que hasta algo más luminoso en comparación el resto de «Outlines». Al fin y al cabo el gris no deja de ser un color lleno de tonalidades, ocurriendo de forma similar con las piezas del álbum. Destacar el solo de guitarra, muy acertado en su cometido. Si «Above the Sun» fuera la cara de una moneda, «Below the Sky» sería la opuesta. Teclados y guitarras acústicas se encargan de sumergirte en un tema que es pura nostalgia. Determinadas partes me recuerdan a algunos temas de Anathema, como puede ser «Forgotten Hopes», aunque la canción en general tiene un sonido muy a lo «Damnation», de Opeth. La breve aparición de la flauta es de lo mejor del corte, acertadísima.
«Tapestry» nos muestra de nuevo su vertiente más death, con un momento en el que la voz melódica me recuerda demasiado a la de Akerfeldt. Resulta un tema más directo, encerrando otro brillante solo de guitarra, y con una sección en la que el bajo se hace con un pequeño hueco de ligero protagonismo. «Awaiting in Misery» es el tema más largo, y ambicioso en cuanto a progresiones y matices. Resume perfectamente el sonido general del disco, tanto en su desarrollo como en el ambiente que construye, presentando de nuevo un trabajo perfecto tanto al micrófono como a las seis cuerdas. El peso de Opeth en sus composiciones vuelve a ser especialmente evidente en esta canción, lo cual a mi personalmente me encanta, aunque reconozco que en algún punto resulta algo excesivo. «Time’s Fence» se encarga de cerrar, llevando muy bien dicha labor, perfecto para despedir un disco oscuro y ecléctico.
«Outlines» es un trabajo redondo, transpirando madurez y sensibilidad a lo largo de sus siete composiciones. Como faltas a destacar, alguna transición puntual que se me hace un poco forzada, o que en algún momento suenan demasiado a las bandas que les han influenciado. Al margen de esto, es un debut sinceramente exquisito, quedándome especialmente con la voz melódica y el trabajo de los guitarristas, ya sea en los riffs más afilados, la elaboración de las secciones acústicas e interludios, o los solos de guitarra que se marcan. Estaré al tanto de lo que se traigan entre manos en un futuro que espero cercano, Days Left Behind es una banda a tener en cuenta dentro del panorama progresivo nacional.