Emancipator – Soon It Will Be Cold Enough

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Hace poco más de un año que di con el álbum que hoy nos ocupa, y desde entonces no me ha abandonado, convirtiéndose en un santuario al que poder acudir en esos momentos en los que necesito despejar mi mente, alejar preocupaciones y simplemente disfrutar con la música. Un remanso de paz y tranquilidad que se agradece en un mundo que nos lleva muchas veces a pasar por situaciones de cierta tensión. Y aunque esta muchas veces es una opción personal, cuando la voluntad propia no da para alcanzar ese estado de necesaria paz mental, una sesión musical puede ser lo que necesitas. Si te encuentras en un momento similar al descrito, o simplemente quieres gozar de la sensación de sentirte arropado por numerosas capas de calidas sonoridades, has llegado a tu destino.

Estoy muy lejos de considerarme una persona minimamente entendida en el amplio campo de la electrónica, pero eso no va a ser óbice para que comparta por aquí algunos de mis trabajos predilectos. En ese experimental género llamado trip-hop (el cual descubrí por sus jugueteos iniciales con él por parte de Antimatter además de por temas clásicos de Massive Atack) es donde se ubica la propuesta del artista de este artículo. No os dejéis engañar por la nevada portada de «Soon It Will Be Cold Enough«, pues mientras estés reproduciendo el larga duración las composiciones de Emancipator alejarán el frío, dejándote con una sensación de reconfortante calor.

Emancipator es el nombre artístico de Douglas Appling, joven productor de electrónica de Oregón que debutaría en 2006, y de qué forma lo haría, con «Soon It Will Be Cold Enough», primer disco de los tres que conforman su discografía. Su estilo se mueve entre el down-tempo y el anteriormente citado trip-hop, caracterizándolo la superposición de distintos sonidos con resultados etéreos y evocadores, haciéndolo de una forma equilibrada y con un factor rítmico constante y fundamental. Son temas variados y llenos de matices, con una riqueza musical tan alta que provoca que los 64 minutos de duración se te pasen en un suspiro, pudiendo volver a reproducirlo al instante y redescubrir detalles en cada uno de los cortes. Disfrutarlo en profundidad requiere su tiempo, pero sin duda te enganchará desde la primera escucha.

De forma lenta, ambiental, con una voz femenina que se difumina con la entrada del teclado, violines y demás instrumentación, abre el tracklist «Eve». Un comienzo acertado que desde el primer momento te prepara para lo que esta por acontecer. «Soon It Will Be Cold Enough to Build Fires» se muestra interesante, hilando la melodía una guitarra mientras acentúan el tema el apartado vocal y las trompetas. «First Snow» presenta distintas voces sampleadas a lo largo de su desarrollo, con una estructura que lleva a reflexionar. Aunque todo el disco en general te lleva a esta predisposición meditativa.

Si hay algo que resulta difícil a la hora de analizar el disco es encontrar temas que destaquen por encima de la media. Lo cual en este caso es muy positivo, pues todos poseen una gran calidad, interactuando en una perfecta simbiosis de transiciones prácticamente inexistentes, fluyendo sin ningún tipo de interrupción. Desconozco si lo es, pero basándome en lo estrictamente musical podría ser perfectamente un álbum conceptual. Cuando escuché el disco por primera vez, «When I Go» fue la canción que me enganchó, tanto por la voz como por el papel de la parte instrumental, elaborando un corte que tendría la fuerza suficiente para actuar como single si hubiera sido necesario.

Es posible que con lo citado anteriormente ya te haya puesto el listón alto, pero la verdad es que lo mejor aun estaba por llegar. Pues sin duda, a pesar de haber descrito «Soon It Will Be Cold Enough» como un disco equilibrado (y lo es) siento debilidad por la recta final. Comenzando con «Good Knight», en una transición perfecta desde el corte predecesor, con ese perfecto juego de violines, los drum beats metidos a la perfección o las voces femeninas, todo ello construye una canción perfecta sobre la atmósfera que actúa como base. «Lionheart» sigue en una línea similar, melodías cautivadoras de violines, un piano detallista y un bajo marcado. En mi ignorancia pensaba que eran la excepción, pero me voy sorprendiendo con la cantidad de trabajos de electrónica que usan instrumentos «reales» en el proceso de grabación.

«Maps» mantiene sin dificultades el excelente nivel de los últimos cortes del álbum, en este caso llevando la voz cantante las guitarras sobre un sólido bajo, siendo algo más directo. En «Father King» se reparten el protagonismo guitarras y piano, entrelazados por distintos efectos con un resultado notable. «The Darkest Evening of the Year» actúa como epílogo, despidiendo definitivamente y de una forma más que adecuada uno de los trabajos de electrónica que más me han marcado.

«Soon It Will Cold Enough» se erige como una obra maestra dentro de su estilo. Quizás en unos años, cuando haya profundizado más en el género cambie de parecer, pero en este instante no puedo pronunciarme de otra manera. Una pena que los dos discos que le sucedieron, «Safe in the Steep Cliffs» y «Dusk to Dawn» me dejen con una sensación de absoluta indiferencia. Lo he intentado, y probablemente lo vuelva a hacer, pero al escucharlos no puedo evitar la impresión de que son una versión carente de inspiración del debut de Emancipator. Solo me queda decir que, si alguna vez necesitas un refugio donde resguardarte, no te preocupes, porque en esos momentos en los que sientas que el frío invernal se acerca, solo tienes que volver a darle a reproducir para poder calentarte en la seguridad del hogar.

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3 respuestas a “Emancipator – Soon It Will Be Cold Enough

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