No era la primera vez que veía en directo a Amon Amarth, con esta última ya la tercera. Disfruté de un buen directo en sala en Bolonia, Italia, el año 2009 junto a Obituary y Legion of the Damned para, pasados unos años, encontrármelos en el festival que intenta hacerle sombra al Wacken Open Air, el Summer Breeze, organizado en el sur de Alemania. Sabía de antemano que iba a ser una cita no sólo entretenida sino con poderío y la temperatura bien alta, y es que los suecos más vikingos de la escena más death difícilmente defraudan a su público más fiel. Todo está tan pensado, estudiado y cuidado que si te esperas alguna sorpresa pues… mucha mucha no habrá.
El concierto, sold out casi casi desde el primer día, tuvo lugar el domingo 18 de enero en el Thekla y durante semanas estuvimos riéndonos de la situación: vikingos a bordo… hundiremos el barco fijo y nos volveremos todos locos allí dentro. Johan Hegg, frontman de la formación, también bromeó con esa misma idea aunque se alejase un poco de la tradicional embarcación nórdica. No terminé de entender por qué no se optó por otra localización, a sabiendas de la importancia de la banda a nivel internacional y que ya con anterioridad habían estado en la O2 Academy de la ciudad. ¿Tal vez por falta de salas más grandes disponibles ese día? Muy posiblemente vista la gran cantidad de eventos que tiene esta magnífica ciudad casi a diario. Lo importante fue que todos estuvimos en todo momento entregadísimos, que las condiciones de la sala creó un ambiente más recogido y amigable si cabe y que yo tuve la enorme suerte de encontrar la puerta exacta que daba al balcón de arriba – el Thekla es tan laberíntico que es fácil perderse. Sin empujones, centrada y sin gente sudada, toda una señora heavy vamos. Pero lo dimos todo de principio a fin, tanto que al día siguiente prácticamente no podía levantar la cabeza de manera decente. Igual la sudada acabé siendo yo al final…
A las 19:30 horas puntualmente subieron los primeros al escenario. Eran los londinenses Savage Messiah los cuales practican un thrash metal moderno de corte bastante clásico y, aún disfrutando bastante de su intervención, la cual estuvo dignamente a la altura, no es un grupo que me interese especialmente, seguramente porque ni soy muy thrashera ni me emocionan ya las voces de afinación más bien aguda aunque moderada. Es una banda que conquista terrenos a pasos agigantados (como ya está pasando con los españoles Angelus Apatrida), que ya teloneó a Soulfly el pasado año en su paso por el Reino Unido, y de la que posiblemente no dejaremos de oír hablar de momento.
En cuanto al setlist escogido, se inclinaron por tocar solamente seis piezas de su último disco, ‘The Fateful Dark’ (2014).
Iconocaust
Cross of Babylon
Hellblazer
Scavengers of Mercy
The Fateful Dark
Minority of One
Los californianos Huntress, capitaneados por la vocalista Jill Janus quien ha ido formado su voz en estilo operístico a lo largo de toda su carrera profesional, fueron el siguiente grupo de apoyo. De base también thrashera, se mueven entorno a la escena más clásica del metal y de los que encontré mucha influencia del danés King Diamond.
El poco espacio disponible sobre el palco hizo que la cantante tuviese que hacer malabares para ir de un lado a otro. Se veía que lo de ser frontwoman se lo tomaba a pie juntillas, movimientos, poses y expresión de la cara muy metidos en el papel de malote en versión femenina, al más puro estilo Angela Gossow, pero quizás un poco recargado. No es una formación que te vaya a sorprender pero seguramente cumplen con su acometido y no defraudan con ello.
El repertorio que prepararon para esa noche y toda la gira europea se compuso de cortes de los dos discos que tienen hasta la fecha, ‘Spell Eater’ (2012) y ‘Starbound Beast’ (2013).
Spell Eater
Destroy Your Life
Harsh Times On Planet Stoked
Black Tongue
Children
Zenith
I Want to Fuck You to Death
Eight of Swords
Finalmente llegaba la hora de rezar a los gigantes del Norte: 21:30 horas. Como apuntaba al principio, no era la primera vez que disfrutaría del directo de Amon Amarth pero me dejaron tan buen sabor de boca entonces que sentía casi la misma expectación como si así lo fuese. Salieron unos detrás de otros y los allí presentes se iban creciendo por segundos, ganas absolutas de reventar aquello a base de cabezazos como no todos saben hacer. Entre gritos y aplausos empezaron el espectáculo con “Father of the Wolf” de su último álbum para seguir con su homónimo, ‘Deceiver of the Gods’ (2013).
El rubio barbudo Johan Hegg, que como todos sabremos a estas alturas, tiene un papel como actor en la película Northmen: A Viking Saga (2014), es un auténtico vikingo de la era contemporánea inseparable de su cornucopia pero de carácter extremadamente carismático, interactivo y afable. Un amor ahí donde lo vemos. Allí mismo me enteré, después de que nos lo contara personalmente él, que la noche anterior, en Plymouth, se vio forzado a no coger el micrófono porque había perdido completamente la voz. La banda no canceló el show sino que tocó los temas instrumentalmente con el cantante allí presente animando al público, menos “Guardians of Asgaard” (‘Twilight of the Thunder God‘, 2008) con el cual se prestó a colaborar la misma Jill Janus de Huntress y los dos últimos temas de aquella noche, (“Twilight of the Thunder God” y “The Pursuit of Vikings”) que escogieron a dos fans de las primeras filas para que ayudaran con la letra. Me hago a la idea de la auténtica locura que supuso aquello, pero locura de las más épicas.
En Bristol, durante los bises y con un enorme martillo de Thor en la mano, insistió en que cantáramos junto a él aunque se nos escapara la letra: “It doesn’t matter if you don’t know the words. This is death metal. No one will notice!”. Y tanto.
Después de hora y media dieron por terminado el concierto. Fueron los 90 minutos de pura adrenalina más divertidos que he vivido últimamente, con rabia y desesperación, muchos berridos a proporción exacta y mucha mucha fuerza. Algún tema de todos los discos tuvo cabida en el tremendo setlist quitando ‘The Crusher’ (2001), aún decantándose más bien por los últimos, de melodía algo más comercial y accesible. Seguramente esperaba oír también “Vs the World” (2002), tema con el que los descubrí hace ya más de diez años, pero me quedé con las ganas.
La impresión que me llevé de allí de camino a casa fue la de gratitud. Gratitud por existir, conectar y disfrutar cada día un poquito más de pequeñas cosas como la de esa noche. Que los dioses del norte estén de nuestro lado.
Father of the Wolf
Deceiver of the Gods
Live for the Kill
Free Will Sacrifice
Asator
For Victory or Death
As Loke Falls
Bleed for Ancient Gods
Death in Fire
The Last Stand of Frej
Guardians of Asgaard
Shape Shifter
Cry of the Black Birds
War of the Gods
Victorious March
Twilight of the Thunder God
The Pursuit of Vikings