¡Metal progresivo! ¡Metal progresivo! Ya voy, ya voy. Ampliemos un poco más el abanico. Seventh Wonder es una banda que practica ya sabéis que, y lo practica ya sabéis cuán bien. Muy bien, ¿no? En su último álbum han querido enriquecer la sopita con temas donde las guitarras toman un mayor protagonismo que en los anteriores, ayudándose también por orquestaciones grandilocuentes. Mejor, diferente, el culmen de su sonido en su álbum del 2010, «The Great Escape«.
¿Su mayor baza? El vocalista, Tommy Karevik, pata negra, tan técnico como emotivo, y con una voz cálida insuperable. Aunque no descarto a cualquier otro miembro de la banda como mano ganadora, porque ninguno se queda a la zaga.
Para presentaros el álbum he elegido la primera, «Wiseman«, como canción de la semana. El resto es cosa vuestra si os gusta. «Wiseman» posee todo lo que representa Seventh Wonder, un sonido adictivo y pegadizo a la vez que complejo y técnico… y la voz de Karevik, un desperdicio en el último disco de Kamelot, una maravilla aquí, jugando con todos los tonos de la escala cromática. Llegando ya al final, el interludio tras el solo donde se marca su voz más melódica acompañada del piano es algo que todos deberíamos oír antes de irnos a la tumba.
Si la canción os ha volado la cocorota, dadle una oportunidad al álbum. Qué leches, digamos mejor que el álbum os dará una oportunidad a vosotros de escucharlo. No le decepcionéis. Él nunca lo haría.