Si hay algo que le pega a Jorn Lande es el papel de malo. Con esa voz tan rasposa y “Dioniana”, no se puede dudar. Tampoco es que debamos considerar a Drácula como un tipo ultra malo maloso, más bien corrupto. Pero a efectos prácticos, tanto monta, monta tanto, Lande va que ni pintado para caracterizar a uno de los personajes más temidos de la literatura en esta ópera rock, Swing of Death, destinada a convertirse en una de las mejores aportaciones compositivas de Jorn al mundo de la música desde su lejano «Worldchanger». Ya si hubiesen llamado a Christopher Lee, tan metido ahora en terrenos metálicos, para algún papelito de narrador en la obra y para rememorar su juventud de “chupacuellos”, pues la cosa habría sido especialmente legendaria.
Como adlátere de Jorn en el organigrama del álbum encontramos al guitarrista Trond Holter, con quien compartirá protagonismo, junto a Per Morten Bergseth a la batería, Bernt Jansen al bajo y Lena Floitmoen como Mina. Una historia de amor, eso vamos a encontrar en esta obra. Pese a que diste mucho de la novela de Stoker, en la que poco amor existe entre Drácula y Mina. Pero oye, mola para hacer una obra conceptual.
Y vamos al ajo, nunca mejor dicho. Lo sé, mis chistes son malos, pero no los cobro. La calma que da paso a la tempestad es “Hands of Your God”, donde Holter nos deleita con una bella acústica tras los sonidos de un mar proceloso, hasta que Jorn entra y nos relata promesas de muerte e inmortalidad, valga la antítesis. Lo mejor, escuchar la maravillosa voz de Jorn erizarnos todos los pelos del cuerpo. Toda una garantía de calidad esta intro. “I promised you a genocide, a dawn of death and fraud, I’ll paint the world with the blood, from the hands of your God”
Nos llega el single, “Walking on Water” bastante mal colocado, porque normalmente no confío en los singles, y colocarlo tan pronto puede ser peligroso. No obstante, y pese a no ser de mis preferidas, funciona bastante bien para disparar el asunto con un ritmo de guitarras potentes y estribillo poderoso y pegadizo, como se esperaría de una canción así, vaya. Atención al solo de influencia celta. No estoy mirando a Gary Moore, no lo estoy mirando.
“Swing of Death” es, junto a la siguiente, la más curiosa, y de las mejores del álbum, también como la siguiente. Por consiguiente, sigamos. Abre con un ambiente cabaretero para juntarse con los coros femeninos en el estribillo, y una guitarra con varios movimientos bien divertidos. Y viene el solo, y sigo sin mirar a Gary Moore, en serio, sigo sin hacerlo, pero lo hago. Las líneas vocales del final se llevan la palma, muy sentidas y de gran estilo. Bravo. Me quito los colmillos ante este trabajazo.
Como anticipaba, «Masquerade Ball» es otra de los temazos del álbum, tanto por la estética oscura y melancólica proporcionada por el piano, la voz de Jorn y la… ¿mandolina? como por su errático (en el buen sentido) devenir. Atronadora y penetrante balada.
Llegamos por fin en «Save Us» a comprobar cómo se las gasta Lena, porque esto de momento ha parecido una historia de amor propio de Jorn hacia sí mismo. Y no lo hace nada mal, salvo por el resbaladizo asunto de tener a Jorn como contrapunto. De todas formas, se nota que hacen un buen dueto en esta bonita y pegadiza pieza de hard rock. La pura y casta Mina, y la bestia parda de Mr. Empalador. Desde luego, el amor se agarra al acantilado más agreste.
“River of Tears” Lena vuelve a mostrarnos sus dotes vocales, aunque esta vez solo en el estribillo, dejando a Lande la carga más dura, que cumple sin reparos usando toda su mercancía, y dejando a Holter despacharse bien a gusto en el solo más largo y compacto, y puede que el mejor, de todo el álbum. A todo esto, todavía no había oído un “Oh Yeah” de Lande en esta obra.
En “Queen of The Death” nos envuelven de nuevo piano y campanas para formar la atmósfera tétrica que nos acompaña durante gran parte del camino. Jorn salta a escena para regalarnos ya de primeras unos fraseos de aupa, de lo mejor que le he escuchado, que no es decir poco. Para no echarle tantas flores a un solo miembro, podemos decir que esta es la mejor canción desde el punto de vista instrumental, con diversos cambios de ritmo y pasajes con diferentes texturas, desde la calma más idílica a la furia más evocadora.
Con las tres últimas canciones tenemos un par de bajones. Los primeros y últimos del álbum. “Into the Dark” no tiene mucho gancho y deja con ganas de escuchar más a Lena, quien parece que no consigue pasar del segundo plano, o sea, de cantar los estribillos y punto. Un estribillo un tanto soso y cansino, a todo esto. El segundo y último bajón lo encontramos en la última canción, «Under the Gun», también un poco predecible y sin mucho que aportar, pero es que entre medio tenemos la instrumental “True Love Through Blood”, donde Holter se desboca y nos regala una gran interpretación guitarrera.
Esta vez sí, señor Lande, se ha ganado usted la capa. Ya me callo que me quedo sin símiles draculeros. Con una carrera en solitario plagada de discos repetitivos y sin gracia y una carrera de colaboraciones de asombrosa magnificencia, a la que se une el presente álbum, no le queda sino replantearse con detenimiento sus prioridades. De momento yo con esto he quedado bien servido y contento.
Una respuesta a “Jorn Lande & Trond Holter’s Dracula – Swing of Death”