¿Preparados para el mejor, el más cochambroso e indecente brutal blackened death metal proveniente de las costas de las profundidades del mismísimo Hades?. Que no leñes, no soy tan malo como para poneros algo así un domingo. Puede que el encabezado del artículo me haya delatado, pero allá vamos.
Stan Bush es un cantante y compositor estadounidense de AOR (rock para adultos, o sea, tranquilito) capaz tanto de emocionarte con una tierna balada, como de componer de una tacada toda la banda sonora de una peli ochentera de acción. Sin llegar al nivel de Survivor, pero algo es algo. Ellos tenían a Stallone, Bush tenía a Van Damme. Él es la horma de sus zapatos, él es el roto de su descosido, él es Stan Bush señores, un tipo a tener en cuenta, pese a su edad, porque aún sigue dale que te pego. La cuadrilla de marras no está formada por diletantes precisamente, tenemos a Matt Bissonnette (acompañante de gente como David Lee Roth, Joe Satriani y en la actualidad de Elton John) a la batería Matt Laug (Alice Cooper, Slash) y Holger Fath a la guitarra… vale, me habéis pillado, este último no tengo ni idea de quien es, pero que sea buen guitarrista no se puede negar.
Lo que traigo hoy es el tema «Never Hold Back«, que abre su penúltimo álbum «Dream the Dream» (2010). Y como apertura no podía ser mejor, potente, elegante, con una melodía de aupa. Sus mejores puntos se los llevan los riffs, realmente pegadizos y frescos, de los que te dan para mover el pie hasta el agotamiento y no se te van de la cabeza, así como el estribillo que ensalza la mejor voz de Bush.
Para los interesados, el álbum cuenta con otras muchas canciones frescas pese a ser un estilo casi ignorado hoy en día. Aunque la producción es bastante potente, las canciones en general no lo son, salvo tres o cuatro, pero las melodías que se marcan y la voz de Bush y varios de los solos son para tomar buena nota, de modo que no os lo penséis mucho y dadle al álbum enterito, vale mucho la pena y revitaliza este género.