Northland es una banda de folk metal de Barcelona. No es un género que me haya atraído nunca demasiado salvo alguna excepción, siendo factores decisivos en que me decantará por darle una escucha a su último disco saber que habían compartido cartel con los andaluces Carving Colours y que colaboraba en un tema del disco Eric Baule, de Moonloop. Desde luego fue una sabia decisión decantarme por reproducir «Downfall and Rebirth«.
El grupo está integrado por Pau Murillo a la voz y guitarra, Alex Fernández compartiendo labores con el a las seís cuerdas, Pol Lemaire al teclado, Pau Vázquez al violín, Vic. A. Granell al bajo y detras de la batería Daniel Mateu. Sin contar su demo de 2007, «Downfall and Rebirth» es su segundo larga duración despues de la publicación en 2010 de su álbum homónimo. Este ya suponía una declaración de intenciones, pero se puede apreciar una evidente evolución compositiva y de producción entre ambos trabajos.
Al escucharles me vinieron claras reminiscencias de las pocas bandas del género que he escuchado, como pueden ser Euluveitie o Ensiferum. «When Nature Awakens» encierra lo que se espera de un tema de folk metal, riffs distorsionados actuando como base, dejando el protagonismo a las melodías de flauta y violin, un vocalista que lo borda a los guturales y unos melódicos con el aire de epicidad necesario, y un batería que sabe impulsar la música cuando lo necesita. «Bloodred Sunrise» sigue en la misma línea, pero con partes de guitarra más interesantes. Las guitarras acústicas iniciales de «Together We Die» no evitan que luego descarguen la potencia a la que nos habían acostumbrado con los anteriores cortes, un tema variado, brillando a mi parecer especialmente las partes más folk.
«The Rite» es un interludio basado en una guitarra acústica arpegiada. El sonido de fondo de la hoguera te sumerge de lleno en la atmósfera nocturna, solo acrecentado por el sonido de tormenta y posteriormente de lluvia. La instrumentación de viento termina de completar el tema de una forma increíble, uno de mis momentos favoritos del disco sin duda. «Fury’s Unleashed» actúa como la prolongación natural de «The Rite» que es, cumpliendo esta la función de calma antes de la tempestad. El primer riff te golpea de forma inesperada, pero en cuanto te repones puedes disfrutar de sus aceleradas guitarras y memorable estribillo. En general los estrbillos del disco no resultan tan pegadizos como suelen tender a hacerlos en otras bandas del género, pero me parece que esto es algo intencionado y que realmente al final beneficia a lo que es el conjunto del disco.
El inicio de «Duskriders», liviano y calmado, demuestra lo bien que se desenvuelven y el buen gusto que tiene Northland componiendo las secciones más folcloricas de «Downfall and Rebirth». Sobre el minuto 4 tiene una parte instrumental con teclado que resulta exquisita, que desemboca en un repetitivo pero necesario riff con coros de fondo. «Spirits in Darkness» sigue en la línea de los dos primeros cortes del tracklist, igual que «Whispers in the Wind», incluyendo esta un discreto solo de guitarra.
«Downfall and Rebirth», tema homónimo, es el más largo del disco, incluyendo cameo vocal de Eric Baule de Moonloop. Un tema que encierra algunos de los mejores momentos del álbum, despiadados y delicados al mismo tiempo, rompiendo la monotonía de los dos cortes anteriores, y que te hace pensar que la recta final del álbum va a estar a la altura. Y así es, como confirman los dos cortes siguientes. Por un lado, «Moonlight Spell», encargándose del micrófono Lady Morte (de Trobar de Morte), nos muestra la cara menos agresiva de la banda de una forma totalmente acertada. Y por último, «Newborn Star» me parece directamente el mejor tema del álbum: la melodía inicial de acordeón, la desgarrada voz de Pau, la frenética batería… todo en conjunto crea un resultado realmente redondo.
«Downfall and Rebirth» es un trabajo impecable, que puede pegar de monotonía en la fórmula que siguen algunos temas (algo normal con géneros con sonido tan característico como el folk metal), pero que no emborrona lo brutal de la ejecución y producción, y las fantásticas melodías que vais encontrar a lo largo de sus casi 55 minutos de duración.
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