Ya habíamos hablado con anterioridad de los estadounidenses Agalloch por aquí. Mi compañera jessmorell reseñó el año pasado el que es hasta la fecha su último larga duración, el interesante «The Serpent & the Sphere». Los descubrí hará casi tres años, momento en el que intentaba profundizar en el black metal, pero con sutileza, buscando aquellas bandas en las que el black fuera solo una parte de su sonido, pues a los grupos más extremos del género todavía me costaba acercarme. Siendo muy aficionado al sonido de bandas como Alcest o Ulver, Agalloch era justo lo que necesitaba en ese momento. De la misma forma que Alcest con su blackgaze, Agalloch es capaz de, a través de los desgarrados gritos de su vocalista, dejarte con la sensación de estar ante algo precioso.
El disco por el que me decanté como punto de partida fue «The Mantle«, de 2002. Fue escuchar el tema que da comienzo al larga duración y caí rendido irremediablemente ante su propuesta. Una guitarra acústica, teclado de fondo, una percusión tenebrosa y acordes distorsionados de fondo son las herramientas de las que se vale «A Celebration for the Death of Man…» para sumergirte de pleno en el frío y oscuro mundo de Agalloch. Es la puerta a un disco de composiciones largas e hipnóticas en las que, si posees la voluntad para escucharlas con la atención que merecen, quedarás atrapado sin remedio. Si quieres disfrutar «The Mantle» como merece no basta con dejarlo de fondo, es un disco para escuchar y reescuchar apreciando todos los matices que lo componen.
Al escuchar este disco de Agalloch por momentos me da la sensación de que son músicos con una capacidad técnica superior a la que dejan ver sus composiciones, pero que no usan todo su potencial, algo que sin embargo me parece perfecto, ya que los temas no piden ni más ni menos, tienen justo lo que necesitan. «The Hawthorne Passage» es de las canciones que más me cautivaron desde que le dí la primera escucha al álbum. El componente vocal anteriormente mencionado no se aprecia en este corte, ya que es instrumental, pero el juego de la percusión con las guitarras acústicas y los punteos pink floydianos le dotan de algo que logra llamar mi atención por encima de los demás.
Cuando hace unos meses os hablaba de los salmantinos El Altar del Holocausto os comentaba que me traían reminiscencias a Agalloch. No se si es una influencia directa o es simple casualidad, pero tras haber estado esta semana reescuchando a los americanos no puedo más que confirmarlo, la sensación esta ahí, y es algo sin duda muy positivo. Y lo noto especialmente en este tema, quizás sea, además de por alguna melodía puntual, por el papel que juegan los samples de películas, similar a la voz en el corte “† † †“ de los españoles. Concretamente son dos las grabaciones de films usadas en «The Hawthorne Passage»: una en la segunda mitad del corte correspondiente a la película sueca «The Seventh Seal», y otra al final correspondiente a «Fando y Lis». Esta última resulta especialmente desoladora para cerrar el tema. Pieza increible de un LP que todos los aficionados a los sonidos oscuros no deberían dejar pasar.