Crywolf – Dysphoria

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Crywolf es un artista del que ya os hable en un par de ocasiones el año pasado. Con su fórmula de electrónica suave y relajante consiguió cautivarme sin mucha dificultad, mostrando una capacidad destacable para transmitir la sensación de viajar a otras realidades con su música. Al menos ese fue el efecto que me causó el brillante “Angels EP”. ¿La única pega? La voz de Justin Taylor Philips, que junto a las letras hace que el conjunto resulte algo empalagoso. Pero nada que pueda evitar el disfrute de la calidad de sus composiciones.

Sin contar su colaboración con Ianborg y el disco de versiones acústicas de “Angels EP”, “Dysphoria” supone el tercer EP de su discografía. A primera escucha se sacan ya dos conclusiones obvias en la evolución que está siguiendo con cada nuevo trabajo: un progresivo distanciamiento del dubstep, y profundización en aquellos elementos que le dan un aire conceptual y de coherencia a sus trabajos.

Con la disforia como el tema central en torno al cual giran las distintas ideas recogidas en los cortes del EP, Justin se tomó en serio el poder llegar a plasmarlo de la forma más fiel y sincera posible. La disforia es el estado opuesto a la euforia, un estado de tristeza, ansiedad y aislamiento. Durante los dos meses que le llevó producir el trabajo, paso la mayor parte del tiempo en su estudio, intentando desconectar y sumergirse al máximo en el mensaje que pretendía dejar en sus canciones.

“We Never Asked for This” es la encargada de introducirte en el mundo que ha diseñado Crywolf para esta ocasión. Voz especialmente comprimida y un desarrollo que va de menos a más, me chirría un poco el deletreo del título de la canción, ya que no termino de encontrarle la lógica. Pero a grandes rasgos un buen tema inicial. “Neverland” fue el primer adelanto, y ha terminado por ser mi corte favorito del corta duración. En él Justin comparte su papel al micrófono con la cantante Charity Lane. Desde el apartado vocal al drop, pasando por la vibración general del tema o el coro de niños, todo encaja a la perfección cristalizando en uno de los mejores momentos de su discografía.

El tercer corte es un interludio, lo que contribuye a darle esa sensación de integridad a “Dysphoria». Los ocho cortes discurren con una fluidez absoluta. “Shrike”, con su bajo marcado y melodía arpegiada de guitarra constituye otro de los mejores momentos del EP, aunque esta me deja una sensación de familiaridad, como si ya la hubiera escuchado antes, pero sin ubicarla. Aquí Justin no resulta tan meloso, lo cual actúa sin duda en beneficio del tema. “Stomach It” es un tema acústico con base electrónica que nos deja ver la cara más íntima de Crywolf, con un resultado bastante efectivo.

Un segundo interludio precede a “Halloween, 1987”, la cual comienza con un simple punteo de guitarra y la voz de Justin, sobre la que se va sumando el resto de la instrumentación, pero manteniendo el ritmo lento y el carácter ambiental del tema, siendo de las piezas más flojas del conjunto. “Dirge (Everything Is Over Now)” es el breve tema que cierra el disco de forma muy apropiada con su atmósfera melancólica.

“Dysphoria” es un notable trabajo más que añadir a la discografía de Crywolf, bastante diferente de “Angels EP”, trabajo que en su momento me fascinó bastante más. No falta mucho para que podamos disfrutar de su álbum debut, “Cataclasm”, el cual fue grabado y producido en la soledad de un estudio aislado en Islandia. Guste más o menos, Crywolf no se está ciñendo a convencionalismos y está experimentando para encontrar aquellos sonidos que más se ajustan a sus necesidades, así que hay interés por ver por dónde nos sale con su siguiente obra.

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