Intervals – The Shape of Colour

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Para ir cerrando ya con las reseñas respecto a novedades de 2015 hoy toca hablar del que es uno de los discos instrumentales más impactantes que deja el año. Tras una serie de cambios importantes en lo personal y musical, que conllevó entre otras cosas que abandonaran el proyecto el resto de músicos implicados, Aaron Marshall decidió continuar con Intervals desde una perspectiva más personal, con una visión clara del terreno hacia el que quería llevar su música.

A la hora de hablar de “The Shape of Colour” es importante conocer, aunque sea por encima, la evolución que ha tenido el sonido de Intervals a lo largo de su discografía, porque no ha sido poca. En apenas dos EPs y dos LPs, la variedad en la propuesta no se queda corta. El proyecto arrancó en 2011 con el disco “The Space Between”, ya prometiendo calidad pero con una fórmula algo falta de personalidad, a medio camino entre el djent y metalcore instrumental. “In Time” ya supusó una ligera evolución, profundizando tanto en aspectos técnicos como en el saber dejar respirar la música y potenciando el aspecto melódico, con grandes temas como “Epiphany”, en el cual colabora David Maxim Micic con uno de sus peculiares solos. “A Voice Within” supuso el cambio más radical, abandonando el formato instrumental y contando con Mike Semesky al micrófono, con un resultado que a mí me parece bastante acertado, ya que su voz ensalzaba las melodías, sin necesidad de guturales o registros más agresivos.

Y ahora nos ha llegado “The Shape of Colour”, que es una verdadera declaración de intenciones. Por motivos de diferencias artísticas, Anup Sastry, Lukas Guyader y Mike Semesky decidieron apartarse del proyecto, dejando a Aaron Marshall solo, pero con la predisposición y ganas de componer el álbum que estaba deseando crear. Para ello contó con Cameron McLellan al bajo (Protest the Hero) y Travis Orbin a la batería, decidiendo volver al formato instrumental. Y por mucho que me guste el disco anterior, no podía haber tomado mejor decisión.

Con su último trabajo Marshall se desmarca del sonido djent que lo caracterizaba, para abrazar la frescura del sonido de bandas como Chon, pero con un resultado mucho más cálido e interesante. Las guitarras de siete cuerdas dan paso a una de seis en afinación standard, y el metal cede al jazz, rock progresivo, o incluso al pop-rock, para qué vamos a negarlo. Aaron nos hace rendirnos ante su dominio de la guitarra a base de riffs dinámicos, técnicos, pero sobre todo melódicos y pegadizos. Cada uno de los temas tiene alguna parte que se te queda grabada y que no puedes evitar terminar tarareando.

El riff inicial de “I’m Awake” ya lo escuche cuando colgó un vídeo a finales del año pasado, el cual fue el causante de que tuviera muchas expectativas respecto a lo que estaba por venir, y apuntara a Intervals entre las bandas a tener en cuenta. Resume lo que decía en el párrafo superior, de igual forma que “Sure Shot”, que está terminando por ser una de mis favoritas, por ese perfecto control que tiene para mantenerte absorto en cada una de las progresiones del tema. “Fable” cuenta con una excelente colaboración de Leland Whitty de Badbadnotgood al saxofón. La inclusión de un saxo casi siempre es apuesta segura, y en este caso desde luego no es una equivocación, le da el toque que necesita el tema.

“Sweeth Tooth” tiene alguno de los solos más enérgicos de Marshall, demostrando que es un guitarrista que sabe defenderse tanto en el aspecto rítmico como solista de la guitarra. “Black Box” es el corte que más puede recordarnos a anteriores trabajos, pero sin renunciar en ningún momento a la mencionada frescura que desprende “The Shape of Colour”. La melodía de guitarra que guía “Slight of Hand” es de las más sugerentes y menos enérgicas, dándole variedad al tracklist, y contando con un solo de Nick Johnston, que es una verdadera delicia. Cada una de las tres colaboraciones con que cuenta el álbum contribuyen a lo grande a que el resultado sea aún más perfecto.

Para el final se reserva las canciones de corte más épico. “Meridian” arranca con un desarrollo lento y más ambiental que sus compañeras, regalándonos Marshall a lo largo del mismo licks memorables conforme el tema va ganando fuerza. Y “Libra” es el cierre que requiere el álbum. Vale, colabora Plini y eso suma muchos puntos (un servidor es seguidor acérrimo del guitarrista australiano, aunque únicamente tienes que escuchar el solo para pasar a serlo tú también), pero solo el riff principal, en la línea pegadiza de los dos primeros cortes, junto a los ligeros punteos de guitarra bien repartidos durante el desarrollo, se bastan para sostener el que es un corte redondo.

Intervals logra crear en “The Shape of Colour” uno de los discos instrumentales de 2015 más potentes, ocupando el hueco de otras bandas de las que esperaba más de su último trabajo. Mientras que algunos optan por hacer música compleja por el simple hecho de que sea difícil, dejando el factor musical algo de lado, Aaron Marshall nos demuestra que si sabes elegir las notas adecuadas y unirlas como toca, aunque el concepto sea más sencillo, el resultado puede ser delicioso para los oídos. Larga vida a Intervals y Aaron Marshall; que la espera hasta que vuelva a dejarnos babeando con su buen gusto no se haga demasiado larga.

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