Ya iba siendo hora de que llegara este momento. Como comentaba al reseñar el año pasado el último disco de Mark Tremonti con su proyecto en solitario, “Cauterize”, durante un tiempo no dudaba a la hora de citar a Alter Bridge como mi grupo favorito. El cuarteto norteamericano, con un estilo que se mueve en ese ambiguo terreno difícil de definir entre el hard rock y el metal, ha dejado una huella importante en mi forma de acercarme a la música. Únicamente cuatro trabajos, pero cuatro joyas que sirven para colocarlos entre los grandes de un género que hoy en día parece caduco y falto de ideas.
Alter Bridge fueron determinantes en mi forja como melómano porque eran precisamente lo que necesitaba en ese momento. Sus discos son una colección de temas redondos, de estructura sencilla y estribillos coreables hasta la afonía, pero por otro lado son una banda con un espíritu claramente progresivo. No en cuanto a la musicalidad en sí misma, pero sí en cuanto a la forma de entenderla. Cada álbum se desmarca del anterior, en una evolución continua sin límites, y no tienen complejos a la hora de experimentar, como muestra su último disco “Fortress”.
Si ahora mismo me pidieran que citara alguna formación destinada a llevar la antorcha de los clásicos y liderar futuros festivales, dentro del rock de masas no se me ocurre ninguna heredera más digna que la banda de Florida. Por eso mismo, y calentando para el que confío será uno de los mejores discos de 2016, os invito a adentraros en su discografía a través de estas diez canciones. No será la selección más obvia, pero os aseguro que es igual de efectiva.
- Find the Real (One Day Remains, 2004)
“Find the Real” es lo que se dice una verdadera declaración de intenciones. Primera canción de su álbum debut, «One Day Remains», en este momento tenían un objetivo clarísimo: demostrar que no eran una versión renovada de Creed. Con la pesada carga de haber sido parte de una de las bandas más famosas (y odiada por muchos) de finales de los 90, buscaban escapar de su sombra, especialmente de la de Scott Stapp. Pero con un cantante como Myles Kennedy, ¿cómo no iban a lograrlo? Además Mark Tremonti se demuestra totalmente renovado, con una mezcla explosiva de riffs pesados y licks endiablados. Por no hablar de ese solo que mostraba que ya había comenzado su andadura en la senda del shred.
- Burn it Down (One Day Remains, 2004)
“Burn it Down” se mueve más en la otra faceta del disco. Me parece que es un tema algo infravalorado en su discografía, pues pese al regustillo post-grunge que desprende, más propio de su anterior formación que de sus futuras obras, cuenta con los elementos necesarios para destacar. De cadencia pausada y lento desarrollo, se fundamenta en un impecable trabajo vocal y una sencilla progresión de acordes, pero que junto al bajo de Brian Marshall construyen una sombría atmósfera de notable profundidad, en un crescendo final que consigue calarte hondo.
- Brand New Start (Blackbird, 2007)
Con su segundo disco vinieron varios cambios para Alter Bridge. Tras descubrir que Myles Kennedy no era solo un prodigio del micrófono, sino también de las seis cuerdas, pasó a compartir rol rítmico y solista con Tremonti. La presión de Wind-up Records respecto a que mantuvieran un estilo más comercial o celebraran una reunión de Creed llevo a la salida del sello por parte de la banda, y las comparaciones con su anterior formación por parte de algunos medios seguro que impulsaron que “Blackbird” fuera un disco más duro y directo. “Brand New Start” plasma este espíritu renovador, pero con una tónica más relajada y uno de los solos más sentidos de Tremonti.
- White Knuckles (Blackbird, 2007)
Quizás “Brand New Start” no fuera el tema más indicado para hablar de endurecimiento de sonido. Así que vengo a solucionarlo a base de riffazos de la mano de “White Knuckles”. Un corte que es carne de directo: estribillo para quedarte sin cuerdas vocales, sección rítmica y riffs para dejarte el cuello haciendo headbanging, y un dominio perfecto de la intensidad de su desarrollo, con esos arpegios que piensas que son para que puedas respirar, pero realmente son para que las guitarras de después te golpeen con más fuerza.
- Slip to the Void (AB III, 2010)
Con su tercer larga duración lo de progresivo pasa a dejarse entrever tímidamente también en su música. Comenzar con los hipnóticos teclados de “Slip to the Void” y un Myles susurrante, misterioso, que quiere arrastrarte con él al vacío, a ese sinsentido existencial que muchas veces sentimos. Pues al fin y al cabo los cortes que integran de “AB III” son distintos prismas, con un tinte melancólico y oscuro, desde los que aproximarte a las distintas experiencias de la vida. Y “Slip to the Void” es una fantástica forma de comenzar el viaje. Atentos al clímax instrumental y vocal a la mitad del tema. Sin palabras.
- Fallout (AB III, 2010)
Si hay algo que me encanta de Mark Tremonti como guitarrista, además de su capacidad de crear riffs contundentes y rompecuellos y solos que te dejan con ganas de desistir en tu empeño de dominar la guitarra, son sus intros arpegiadas y su sentido de la melodía. Esto brilla en piezas como la desoladora “Fallout”. El sentimiento de incomprensión y desamparo se canaliza en un temazo que me parece totalmente imperdonable que todavía no haya sido llevado al directo.
- Words Darker Than Their Wings (AB III, 2010)
Alas negras, palabras negras. Con esta expresión G.R.R. Martin exponía la angustia, el miedo a las normalmente funestas consecuencias de las misivas que trasladan los cuervos en “Canción de Hielo y Fuego”. “Words Darker Than Their Wings” cierra un disco que es un círculo perfecto. ¿Y cómo se concluye un álbum de este nivel sin fallar en el intento? Sabiamente decidieron recurrir al que es uno de los sentimientos que se nos puede aplicar a todos por igual. Uno que nos hace pequeños, humildes. Humanos. Este no es otro que el miedo a lo desconocido, a la muerte. Déjate mecer por el río de notas de la acústica de Mark, en el que es el primer tema en que comparte el micrófono con Myles, y sumérgete junto a ellos en la luz en busca de una verdad imposible.
- Cry of Achilles (Fortress, 2013)
La responsabilidad de “Fortress”, después del nivel que habían demostrado con el resto de trabajos discográficos, era importante. Ya habían probado de lo que eran capaces, ahora quedaba consolidarse. Y lo lograron. Hasta la fecha no creo que nadie pueda objetar nada a la evolución que han venido siguiendo los norteamericanos. Con anterioridad ya habían coqueteado en algún momento con el progresivo, pero lo que antes era de forma tímida ahora es algo evidente. En los seis minutos y medio que dura “Cry of Achilles” hay tiempo para una intro de guitarra clásica, avalanchas de riffs, sección de presencia destacada del bajo y dos solos de guitarra, dándonos Myles en el suyo una verdadera lección de emotividad guitarrera.
- Bleed it Dry (Fortress, 2013)
En “Bleed it Dry” consiguen que un riffage verdaderamente agresivo y uno de sus estribillos más críticos compartan espacio con una de sus secciones más evocadoras. Y es que Mark Tremonti por un momento decide jugar a ser David Gilmour, hilando sosegadamente melodías y licks en un precioso solo de guitarra que poco a poco va ganando intensidad. Al escucharlo te das cuenta de que no necesita soltar sus dotes más pirotécnicas al mástil para firmar uno de sus mejores solos.
- Waters Rising (Fortress, 2013)
Quizás no sea de los temas más fuertes del disco, pero merece un sitio en esta lista. Porque es el ejemplo claro de la versatilidad de sus miembros, disco tras disco buscando nuevos terrenos a explorar intentando salirse de su zona de confort. En “Words Darker Than Their Wings” el protagonismo de Mark al micrófono fue un paso más allá de los típicos coros, pero en “Waters Rising” directamente lleva la voz principal todo el tema. Quien sabe lo que nos deparará de cara a su quinto larga duración. Confío en que mantengan su filosofía y vuelvan a sorprendernos, y que cada tres años pueda esperar con ganas un nuevo álbum de Alter Bridge y apreciar cómo continúan forjando una inmaculada discografía.
Una respuesta a “Alter Bridge, el futuro del rock de masas en 10 canciones”