Hace relativamente poco que empecé a escuchar el nombre de Cloudkicker en distintos medios y por comentarios de varios amigos. Me sonaba de haberlo visto en el cartel de algún tour, y entre ese recuerdo y los sitios en que leí sobre él terminé por pensar que sería algún guitarrista de la escena djent. Hace unas semanas que la curiosidad me pudo y me descargué su EP «Let Yourself Be Huge«, que entre el título y la portada me ganaron. No podía haber estado más equivocado.
Basando mi opinión en los dos discos que he escuchado, la propuesta de Cloudkicker se encuentra bastante alejada de la escena de metal moderno. Guitarras acústicas se dan la mano con pasajes ambientales de clara tendencia post-rockera y post-metalera, con estructuras ligeramente progresivas o incluso con un deje math en algún riff. El que se esconde detrás de todo esto es Ben Shard, encargado de todas las composiciones, grabaciones y programaciones. Otro ejemplo más del DIY (Do It Yourself), filosofía que cada vez más músicos van siguiendo.
Centrándonos en el tema y EP que nos ocupa, creo que podríamos definirlo con una palabra: inspirador. Ben ha creado en apenas 25 minutos, de forma sencilla y sin grandes pretensiones, una obra que te insufla ganas de sentir, de viajar, de vivir. El sonido es muy orgánico, puedes sentir como la música tiene vida propia. Y la relación artwork-títulos-música es inmejorable, logrando ese efecto evocador.
Es un EP que gana escuchándolo de principio a fin, desde los interludios acústicos a la post-metalera «You and yours» pasando por el post-rock de «It’s inside me, and I’m inside it», pero la verdad es que el mejor corte del corta duración es el homónimo. En el Ben Shard se anima hasta a cantar, pero usando su voz únicamente como un elemento más que añadir a la atmósfera. En mis deberes musicales ya tengo apuntado como prioridad el escucharme el resto de su discografía, si el resto suenan la mitad de bien nos encontramos ante un artista totalmente imprescindible.