
El viento resuena a lo lejos. La desértica lejanía se contempla vacía y sin vida. De pronto, tres figuras surgen en el baldío horizonte de cálidos tonos. Tres hombres, tres caballeros. Y no son ZZ Top, así que deben ser The Aristocrats. Tras verlos hace dos años en el Loco Club, una nueva oportunidad de disfrutar su directo se presentaba en lontananza, esta vez en una sala más grande, la Rock City. Así que dos spreaders ilusionados se dirigieron a presenciar el duelo a mediodía (aunque empezaba a las diez) de nuestros particulares gentlemen.
¿Y quiénes son ellos?, os preguntaréis. O quizá no os lo preguntéis. De todas formas, yo os responderé que The Aristocrats está formado por varios músicos brillantes, si se me permite tal presunción. Y ellos son Guthrie Govan, quien ha sido guitarrista, por ejemplo, en Asia o con Steven Wilson, Bryan Beller, quien toca con Satriani, y ha tocado con Vai, al bajo, y Marco Minneman, quien también se ha curtido con gente como Steven Wilson o Satriani, además de bandas más extremas como Necrophagist, a la batería.
Pues bien, tras llegar un poco tarde, al final del primer tema, por confiar en nuestro reloj interno más que en el real, conseguimos hacernos hueco entre una masa considerable de público para poder tener una perspectiva adecuada del sombrero vaquero de Bryan, y de todos ellos en general, y nos dispusimos a disfrutar de un setlist basado principalmente en su último álbum de estudio, «Tres Caballeros«.

En líneas generales, el concierto fue espectacular, como se podía esperar. El nivel técnico respecto a nuestra anterior experiencia fue el mismo, pues obviamente ya son grandes músicos y eso no va a cambiar en dos años. Lo mismo se puede decir de la interacción con el público, mostrándose los caballeros un porte y dignidad encomiable. Ahora en serio, sus intervenciones pre-canción, donde caían historias sobre su composición, fueron tan o más desternillantes que las de la última vez, a destacar la de «Desert Tornado», en la que Marco, viendo que se acercaba un tornado, no tuvo mejor idea que coger el coche y lanzarse a la carretera, dándose cuenta después de que era el único conductor al que se le había ocurrido tamaña temeridad, y teniendo que huir del tornado entre imágenes de películas de desastres naturales. No vamos a compadecerlo, claro está, pues gracias a esa sensación de angustia y de hilarante locura compuso la canción.
Respecto al concierto en sí, el setlist fue alternando canciones compuestas por cada uno de ellos, siendo fácil distinguir, caso de que no lo hubieran remarcado ellos, quién había compuesto tal y cual tema. Si he de ser sincero, me quedaría con las canciones del nuevo álbum, no porque sean mejores, que ahí cada cual tendrá su opinión, sino porque las tenía mucho más frescas al haberlas escuchado hace poco. Resaltaría como mis momentos favoritos «Texas Crazypants» y su olor salvaje sureño, el jazz relajante y cambiante de «Pressure Relief», o «Desert Tornado», con el astronómico solo de batería de Marco (uno de los mejores que he oído, y de los más largos). Las canciones de los otros dos discos, como esta última, las habíamos escuchado ya en directo, de modo que pudimos comprobar con qué facilidad se pegaban sus melodías, pese a su complejidad, dado que recordábamos muchas melodías sin haber escuchado, al menos yo, los discos desde hace un par de años.

Entre otros momentos destacados de la noche, nos encontramos con el gran honor que nos otorgaron para poner los coros a «Smuggler’s Corridor», su única canción con voz, al más puro estilo western. O las descacharrantes colaboraciones de varias personas del público para dar pie a varias partes de la última canción, «Blues Fuckers». O los atiplados devaneos con sus simpáticos y estridentes animalitos de goma, a lo que ya nos acostumbraron en su anterior visita. Hay para elegir.
Como resumen, un gran concierto de los tres caballeros, de la aristocracia musical. Un concierto donde cada uno de ellos se lució con su instrumento. Un concierto en el que el virtuosismo se dio la mano de la elegancia, donde se notó que profesionalismo y buen humor no están reñidos. Un concierto que da ganas de repetir.
1. Stupid 7
2. Jack’s Back
3. Texas Crazypants
4. Pressure Relief
5. Culture Clash
6. Loisville Stomp
7. Pig’s Day Off
8. Desert Tornado (con solo de batería)
9. Smuggler’s Corridor
10. The Kentucky Meat Shower
11. Blues Fuckers
Las fotos usadas en esta crónica han sido tomadas por Irene Bernad. Además de visitar su sitio web, podéis seguirle en Facebook para estar al tanto de las actualizaciones de su fantástico trabajo inmortalizando momentos con su cámara.