Antes que empezar el artículo, es de justicia recordar al Mozart del rock progresivo que nos acaba de dejar. Me refiero, evidentemente, a Keith N. Emerson. Mi debut en Spreading the Sound fue precisamente reseñando en profundidad el primer trabajo de Emerson, Lake and Palmer, y creo que hablo en nombre de todos los que seguimos la hermosa estela del rock progresivo si digo que nos apena profundamente esta nueva pérdida. Y es que, como en el acertijo que le planteó Gollum a Bilbo Bolsón en cierta ocasión, el tiempo todo lo consume, hasta las más duras rocas. Por ello, nuestras más sinceras condolencias a la familia, conocidos y amigos, especialmente a Carl Palmer y Greg Lake.
R.I.P. Mr. Keith Noel Emerson (1944 – 2016).
Ahora, dejemos que el tañido de las campanas (no precisamente las de Hemingway) nos invada por un momento. Dejemos que la música de otro genio asalte nuestras vidas. Demos la bienvenida, por primera vez en este blog, a Mike Oldfield.
Popularizado por la famosa melodía inicial (cuyo nacimiento fue inspirado por la «Toccata and Fugue in D minor», de J.S. Bach) que creó la atmósfera terrorífica de la película “The Exorcist” (versión cinematográfica del libro homónimo de William Peter Blatty), «Tubular Bells» vio la luz en 1973. Aunque sin perder de vista la senda progresiva, el disco se enmarca en la corriente experimental y new-age, a la vez que hace guiños a la música clásica y folclórica. Es precisamente esta magnífica convergencia entre diferentes estilos musicales la que nos permite considerar «Tubular Bells» como una masterpiece del eclecticismo musical.
Sin duda alguna, Mike Oldfield se encuentra entre los más importantes compositores de la nueva música que, poco a poco, fue innovando lo que hasta entonces se llamaba simplemente rock. Al igual que Keith Emerson, Oldfield también tuvo su propio “duende”. Adolescente con gran sensibilidad musical, ideó, compuso y publicó el disco en 1973. El responsable de su lanzamiento fue el conocido empresario y promotor musical, dueño de la compañía discográfica Virgin Records (fundada en 1972), Richard Branson. En principio ninguna discográfica mostró interés por el álbum que tenía Oldfield entre manos, debido sobre todo a la juventud del mismo. Sin embargo, Branson le dio un voto de confianza al joven compositor, iniciando a partir de aquel momento una relación casi fraternal. Gracias a este vínculo profesional, el disco que hoy nos ocupa pudo grabarse en The Manor Studio, un estudio de grabación situado dentro de una mansión en Oxfordshire (Inglaterra), propiedad de Branson. Trabajaron en este propósito entre el otoño de 1972 y la primavera de 1973. Y, tan pronto como se dice “Steve Vai”, «Tubular Bells» fue variando en ejecución y edición: en 1974, fue interpretada por primera vez por una orquesta; en 1992, se publicó «Tubular Bells II»; en 1998, «Tubular Bells III»; y en 1999, «The Millennium Bell». Finalmente, en el año 2003 se grabó y publicó «Tubular Bells 2003″ ¿Motivo? El trigésimo aniversario de la obra original.
Por lo que respecta a su parte técnica, el disco está dividido en dos partes de 25 minutos de duración cada una. Muchos de los instrumentos que aparecen (mandolina, guitarra española, bajo, órgano de tubos y eléctrico, xilófono…) los tocó el propio Oldfield, de forma separada, juntando posteriormente las ejecuciones individuales para formar el trabajo conjunto. Aunque actualmente esta forma de proceder nos parece de lo más normal, en aquel momento era muy poco común. Y más teniendo 19 años. Cabe añadir que la única guitarra eléctrica que se utilizó en todo el disco fue una Fender Telecaster de 1966. En lo que respecta al título, no pocas veces se han suscitado preguntas entorno a su origen. Inicialmente, se barajaron un par de nombres: “Opus One” y “Breakfast in Bed”, este último idea del señor Branson (menos mal que Mike no le hizo caso). En su lugar, tomó el nombre a raíz de una sugerencia que le hizo un miembro del equipo de grabación, algo así como: “¿y qué tal si introduces campanas tubulares en el disco?”. Por eso, cuando empieza la enumeración de instrumentos en el minuto 19:47, al final se escucha a la voz decir «[…] plus tubular bells!«.
Además de en The Exorcist, se han hecho referencias expresas al disco en ámbitos muy dispares. Por ejemplo, en el film de la NASA “The Space Movie” o en un anuncio en 2002 de Wolkswagen Golf Diesel. O de la mano de algunos grupos e intérpretes, como Death Angel, banda de trash metal, en el inicio de su canción “The Ultra Violence”; Sarah Brightman, soprano, actriz, bailarina y directora de orquesta inglesa, en su canción “Closer” (a partir del minuto 3:35); o, incluso, Trixxy, un DJ perteneciente al género llamado happy hardcore, en su canción “Sunrise” (a partir del minuto 2:30). Por último, cabe decir que artistas de la talla de Jon Anderson, Bonnie Tyler y Maggie Reilly (esta última le da voz a la emotiva “Moonlight Shadow”) colaboraron con Mike. Incluso su propia hermana, Sally Oldfield.