Para esta época, donde hasta en Reino Unido empieza a hacer calor y hay más horas de sol, es el turno de canciones más alegres y luminosas. Esta semana rememoramos la unión de dos grandes genios hace ya más de 30 años: Mike Oldfield y Jon Anderson.
En una época donde ambos músicos flotaban en el éxtasis del éxito musical, continuaban en la búsqueda de nuevas sonoridades. Además, era en ese momento en que Jon Anderson empezaba a desarrollar su carrera solista y a crear uno de los dúos más carismáticos de un pop con influencias progresivas, electrónicas y new age: Jon and Vangelis.
Y justamente, un día pensando en la posibilidad de unir a Jon con Mike Oldfield, habiéndose juntado con Vangelis, me topé con este single, que se compone de la homónima «Shine» y «The Path«, una pieza instrumental enigmática, misteriosa y muy sugerente. Lo que sí que me chocó es cómo no había llegado a escuchar esta canción tiempo atrás, siendo que he sido un gran seguidor de Oldfield toda mi vida, incluso desde antes de nacer. Entonces empecé a seguir el hilo de Ariadna cibernético, y resultó que muchos fans se encontraron con el mismo problema.
Y, me pregunto, cómo puede ser que una canción que cumple con los cánones estéticos y estructurales ochenteros no llegara a ser conocida, con tales estandartes como músicos. Suerte dirán algunos, casualidad, causalidades inconcebibles. Lo cierto es que nos encontramos ante una de las piezas más bellas de Oldfield. Y aunque a primera escucha haga resonar nuestro niño interior ante las melodías y harmonías un tanto infantiles (pero muy pegadizas), siempre me asombra la emotiva interpretación de Mike, que es sin duda uno de sus mejores solos de toda su carrera, con sonidos MIDI incorporados en las notas más graves. Una vez más, otra semana más, otra de esas joyitas escondidas en el sótano de un estudio olvidado.