Merece la pena hablar de este disco. Nunca me terminó de enganchar (sólo recordaba un tema…), pero andiros y yo estuvimos hablando sobre él y sentí un interés muy grande por desempolvarlo. Seguro que se podía rescatar algo.
Hablo como si todos lo conociésemos, tal vez sí, tal vez no, pero es que la gente con la que suelo hablar sobre música no tiene término medio con Temple of the Dog, los desconocen o les encantan.
Como fan del rock de los 90, era inevitable que los descubriese en mi época de Nirvana, Alice in Chains, Soundgarden, Pearl Jam… pero también pasaron algo desapercibidos para mí. Un disco anecdótico, sin más. Pero bastantes años más tarde, voy a hacerles justicia.
Temple of the Dog es el nombre de la banda y de su debut homónimo. Un proyecto de un solo disco. Pero lo importante es el momento, y más aún la razón de su existencia. Chris Cornell (Soundgarden, Audioslave) era íntimo amigo de Andrew Wood (Mother Love Bone). Cuando éste muere de sobredosis, Cornell compone unos temas para preparar un disco a modo de homenaje, y recluta a varios músicos de Seattle. Cuenta con Jeff Ament (bajo) y Stone Gossard (guitarra), compañeros de Wood en Mother Love Bone, y trae a Matt Cameron (batería en Soundgarden) y Mike McCready (guitarra). Durante la grabación un jovencísimo y desconocido Eddie Vedder se encontraba en Seattle probando con lo que más tarde sería Pearl Jam, y aprovechó para dejar su huella en el estudio.
En resumidas cuentas, vocalista y batería de Soundgarden más guitarras, bajo y vocalista de Pearl Jam. Destacar que Matt Cameron desde 1998 ha compaginado Pearl Jam y Soundgarden.
Este trabajo es un hito en la escena de Seattle y el punto de partida de dos carreras que despegan justo después. Es publicado en 1991, y algo más adelante el mismo año Pearl Jam debutan con Ten y Soundgarden despegan de manera meteórica con Badmotorfinger.
El estilo musical es un tanto distinto al que desarrollarían las bandas originales por separado, tiene toques de ambas pero en general es mucho más pausado. Más bien se trata de un proyecto de Chris Cornell en el que involucra a amigos suyos, y donde el foco principial es el recuerdo de la figura de Wood. El disco comienza con Say Hello 2 Heaven, una balada melancólica y muy representativa del espíritu del álbum. En cambio, en Reach Down, de más de 11 minutos, muestran una faceta más arrastrada y pesada, con la esencia de los Soundgarden de los 80. La encuentro algo larga pero la parte donde intercambian solos de guitarra y se enredan en esa jam resulta interesante. Presentaron como single Hunger Strike. Es el único corte en que Eddie Vedder colabora de verdad (en el resto son solamente coros). Espectacular la alternancia de estos vocalistas tan talentosos. A continuación viene el que considero un temazo tapado, Pushin Forward Back. Es pesado, con unos riffs y rítmica en la línea de Badmotorfinger. Call me a Dog es una señora balada en la que incorporan el piano. De mis favoritas. Continúan las baladas con Times of Trouble y Wooden Jesus, apoyadas en las guitarras acústicas y un sonido más folk. El sabor a Soundgarden vuelve con Your Savior, y en Four Walled World dejan ver sus influencias con esa intro de toque oriental que recuerda a The Doors y un esquema bluesero visto desde la perspectiva de Led Zeppelin. El punto final lo pone All Night Thing, una balada en la que la voz se apoya sobre los teclados.
La banda actuó en contadas ocasiones durante su época en activo, aunque algunos temas han formado parte de los setlists de Soundgarden, Pearl Jam y de las actuaciones en solitario de Cornell y Vedder.
Merece la pena que le deis una oportunidad. Si sois seguidores del rock de los 90, de la escena de Seattle, de Soundgarden, Pearl Jam… no os lo perdáis. Los temas son interesantes y encontraréis a un Cornell a un nivel brillante. Una joya que tal vez no haya recibido la atención que merece, pero nunca es tarde para dedicarle vuestro tiempo a este pedacito de historia del rock americano, os recompensará.
Una respuesta a “Un principio a partir de un final… Temple of the Dog”