Siempre había sido persona de música con letra, tal vez porque en plena adolescencia no era capaz de concebir el rock sin algún grito o palabras que realmente dijesen algo. Cuando escuché por primera vez un tema instrumental de mi grupo preferido en aquellos tiempos, no pude contenerme en derramar unas cuantas lágrimas de la pura emoción que aquella corta canción había provocado en mí. Estoy hablando de “The Jester’s Dance” de In Flames cuando debía de tener poco más de 17 años, situación que se volvió a repetir poco después con “The Mind’s I” de Dark Tranquillity. Si por entonces me hubiesen dicho que terminaría por escuchar decenas de discos exclusivamente instrumentales sin moverme del terreno más oscuro de la música, me hubiese resultado algo difícil de creer, ingenua de mí.
Hoy me voy a centrar en hablaros del último trabajo, tercero ya, de la banda de post originaria de Ohio, If These Trees Could Talk. Instrumentalidad en un terreno que se mueve entre el post-rock y el post-metal, el quinteto se basa en las personalidades de Tom Fihe al bajo, Jeff Kalal, Cody Kelly y Mike Socrates a las guitarras mientras que Zack Kelly, también productor, se encarga de la batería. Después de un EP maravilloso y dos discos para quitarse el sombrero, finalmente regresan cuatro años después de su aclamado ‘Red Forest’ (Metal Blade, 2012) con ‘The Bones of a Dying World’ (Metal Blade, 2016) para reafirmarse en que siguen tan fuertes como siempre.
Hacía ya unos cuantos años que seguía a esta increíble formación siendo muy posiblemente la primera banda de post-metal que se coló en mi amplio pero exigente mundo musical sin saber apenas muy bien de qué se trataba esto del post. Aun sin entender muy bien qué tipo de género era aquello acostumbrada más bien a riffs old school, aluciné tanto con todo lo que lograron transmitirme con tan poquito que se quedaron definitivamente en la lista de bandas de mi reproductor habitual. La noticia de la llegada del nuevo disco hace escasos meses por poco no pudo ser la mejor que esperaba -junto al nuevo disco de Russian Circles, por supuesto- ya que también esperaba que fuesen confirmados en la edición de este año del ArcTangent. Estoy casi convencida que para el siguiente año caerán seguro, o eso espero porque las ganas que tengo de verles son infinitas. Después de esta introducción, desgranemos un poco lo que podremos encontrar en sus flamantes nueve piezas del ‘The Bones of a Dying World’.
El tema con el que se da comienzo lleva por título “Solstice” y los primeros acordes de guitarra tan pulcros me hacen imaginarme una playa paradisíaca completamente desértica e inhabitada que cada vez que la escucho me autotransporto mentalmente a ese mundo donde belleza y calma van cogidas de la mano. Un corte de más de ocho minutos de duración capaz de contar su propia historia sin necesidad de una sola palabra, simplemente cerrando los ojos y disfrutando del increíble viaje.
“Swallowing Teeth” es una de las más tranquilas del disco y también de las más cortas, la segunda para ser exactos. La melodía que las tres guitarras juntas son capaces de construir siguen queriéndonos arrimar al agua, a la arena, a la serenidad del silencio en soledad y que han sabido montar un final perfecto de arranque con “Earth Crawler”, donde la agresión es ya tangible y el ejemplo perfecto para comprobar que ‘The Bones of a Dying World’ está hecho a base de pequeños detalles y múltiples transiciones con el fin de maximizar el efecto de canción como un todo de la forma más natural del mundo.
Sin dudas “After the Smoke Clears” es especial y de mis preferidas dentro del disco. En una misma escala en su comienzo como en su terminación seis minutos más tarde, es muy post en su composición con distintas capas de sonoridades superpuestas que se van amontonando y creciendo en intensidad hasta crear la explosión no fortuita que te estalla en la cabeza lleno de deseo vehemente. Y cómo no, la siguiente, “The Here and Hereafter”, la más corta de tan sólo dos minutos y medio, es excepcional también. Simple y breve pero infinitamente calurosa y dulce donde sobran las palabras para saber al vuelo exactamente qué es lo que te están queriendo transmitir.
Dulzura que pasa a tendencia más agresiva en cuestión de segundos con “Iron Glazier” y esos rítmicos riffs más heavies y distorsionados que juegan con un fondo sin aparente gravedad y una percusión claramente marcada. Una pieza que sorprendentemente casi nada tiene que ver con la siguiente donde todo son partículas en suspensión. “The Giving Tree” es mi canción favorita desde el primer momento en que la escuché, un temazo merecidamente digno de ser escuchado en bucle como mínimo diez veces por esos riffs de guitarra que son gloria bendita y donde las cuerdas del inicio logran erizar cada pelo de tus brazos de manera instantánea. Todos los instrumentos se complementan de modo excepcional, se visualiza el trabajo de cada parte con facilidad a pesar de toda la complejidad que conlleva una composición de tales características con un final de liberación absoluta.
“Berlin” es la pieza perfecta para seguir, repetición y transición de partes con las que fluyes sin dificultad de ningún tipo y de las que más cortas se me hacen de escuchar. Con el espacial principio del último corte, “One Sky Above Us”, cierran ‘The Bones of a Dying World’, un tema impregnado de esencia If These Trees Could Talk en el que percibimos ese cielo despejado y sereno tan post pero tan cargado de atmósfera oscura que tanto me hace amarlos.
Recelo en que ‘The Bones of a Dying World’ sea mejor que ‘Red Forest’ (2012) o ‘Above The Earth, Below The Sky’ (MetalBlade, 2009) porque lo que hubiese podido esperar de ellos claramente ha quedado plasmado en este nuevo material pero sí que es verdad que a medida que lo escuchas una y otra vez vas encontrando pequeños detalles que al final lo rinden único y singular, que te atrapa sin darte cuenta, y que sin duda es uno de todos esos grandes tesoros que con creces no cesa de dejarnos este año 2016.
Disco genial, logra transmitir muchas sensaciones a lo largo de sus canciones. Esta banda es de esas que merecen más reconocimiento del que tienen, porque valen mucho la pena. ¡Saludos!
¡Estamos de acuerdo! A ver si se animan a confirmar gira por EU y podemos ir a verlos pronto. Un saludo.
Hola Jess.
Gran review del disco, de acuerdo con todo en general..
En especial hacer mención de The Giving Tree, también es mi favorita del álbum.. y si me permites mencionarlo entró en mi top 3 de ITTCT, después de They Speak with Knives y Malabart Front, desplazando a What’s in the Ground Belongs to You al 4o puesto.
Y sí, ojalá tuvieran mas reconocimiento para que sus giras salieran de EU.
Sólo para complementar me robare 2 párrafos de otro blog:
«If These Trees Could Talk nos han golpeado y conmovido con uno de los mejores discos del año; si los árboles pudiesen hablar (y escuchar), nos pedirían que les pusiésemos este disco en bucle.»
«Los americanos presentan su carta de admisión a la cima del post-rock instrumental actual junto a la Santísima Trinidad que conforman Mogwai, God is an Astronaut y Explosions in the Sky. Y esta carta es ni más ni menos que el disco más hermoso, en el sentido más puro de la palabra, del año. Ahí es nada.»
Sólo que para mí, ITTCT supera en nivel post-metal a Mogwai, GIAA y EITS.
Fuente:
https://elquintobeatle.com/2016/09/26/if-these-trees-could-talk-the-bones-of-a-dying-world/
Mil gracias por tus palabras y más aún por leernos. ¡Un saludo!
Gracias a ustedes por su tiempo, esfuerzo y dedicación, apenas voy descubriendo su página y creo que me enganchare a sus blogs, hacen un trabajo grandioso y tremendo.
Igualmente quisiera hacerte una recomendación en caso de que no los hayas escuchado, se trata de Días de Septiembre, agrupación venezolana actualmente fuera de escena, que sin embargo a mi consideración nos entregó 2 álbums muy completos.
Ámbos se encuentran en Bandcamp, ojalá puedas escucharlos y dejar algún comentario al respecto, sería genial.
Saludos desde México.
Un abrazo!!!