La necesidad de escapar. La necesidad de ser amado. La necesidad de sentirse vivo. La eterna e inevitable llamada del hogar anhelando nuestro regreso. Temas que se han repetido insaciablemente a lo largo de las décadas entre numerosos artistas, especialmente de aquellos que mueven a las masas. ¿Por qué? Porque son sensaciones puramente humanas, que todos hemos sentido, sentimos y sentiremos mientras respiremos. Siempre han sido tratados porque es fácil poder comulgar con canciones que se centren en lo que nos es conocido. Lo más básico al final es lo más efectivo. Y como pensaba a lo largo de este mes, siempre se escribirá sobre ello, siempre cantaremos letras que escarben en nuestros instintos y naturaleza. Es algo lógico y natural. Porque el tiempo pasa y los músicos que escuchamos van cambiando. Pero nosotros seguimos siendo lo que somos… y aunque muchas cosas cambien, lo que nos mueve por dentro se mantiene inalterable. Y seguiremos celebrando el amor, evitando la soledad y lamentando la pérdida.
Aurora ha decidido con su primer larga duración canalizar todo esto en forma de un pop muy imaginativo e inocente. Tengo tendencia a guardar las distancias con los artistas que logran un gran éxito comercial en muy poco tiempo en forma de boom. Y no se puede decir precisamente que «All My Demons Greeting Me As A Friend«, su álbum debut, haya pasado precisamente desapercibido. Sin embargo, ha merecido la pena dejar atrás cualquier tipo de prejuicio para adentrarme en el peculiar mundo de la joven cantante noruega, el cual resulta al mismo tiempo muy familiar y desconocido. No vamos a engañarnos, Aurora no ha inventado nada nuevo, pero tampoco era esta su intención. Su objetivo es bastante simple: crear canciones sinceras con las cuales pueda conectar el público.
Componiendo canciones desde su más tierna infancia, la carrera de Aurora comienza gracias a su descubrimiento en una actuación de su instituto. De esta forma, y con apenas un EP entre medias, es en este mismo año que la cantante debuta con su primer larga duración. Mi primer contacto fue a través de su directo en el Øya Festival, el cual me dejó muy buenas sensaciones. Voz cálida, temas de instrumentación sencilla pero al mismo tiempo interesante y que le da una personalidad única a cada tema. Y una presencia sobre el escenario cuanto menos rara o curiosa, que le da un aire de bizarra espontaneidad a su puesta en escena. Ya me habían recomendado el disco, y ver la actuación me dejó más que convencido de rescatarlo de la lista de pendientes.
«All My Demons Greeting Me As A Friend» es un álbum que he disfrutado al completo, pero especialmente desgranando cada tema de forma aislada. La gran mayoría de cortes son singles llenos de fuerza que funcionan bien tanto de forma descontextualizada como dentro del tracklist, así que invitan a quemarlos a escuchas de uno a uno, pues como todo tema de pop que se precie, son muy pegadizos.
La encargada de abrir es «Runaway«, single de su anterior EP «Running With The Wolves» que han recuperado para la ocasión. Es un tema en el que Aurora acapara todo el protagonismo, siendo la instrumentación un simple colchón sobre el que pueda bailar libremente su voz. En un punto doblega su voz en un gorjeo en el que no he podido evitar pensar en Maynard en A Perfect Circle, aunque dudo bastante que la influencia venga de esa rama. Este es uno de varios de los momentos en que más me gusta su forma de cantar en el álbum, y sin duda como ya supondréis, el atractivo principal de este trabajo es la voz de Aurora y las fantásticas líneas vocales que realiza. Una percusión más marcada y un estribillo más enérgico caracterizan a «Conqueror«, ofreciéndonos una cara algo más movida del sonido de Aurora. Le sigue una de mis favoritas, «Running With The Wolves«, con uno de los estribillos más simples y efectivos, una sección de sensaciones tribales y primitivas, y un resultado global redondo. Muy recomendable también escucharla junto al vídeo, funcionan muy bien juntos.
«Lucky» es de las canciones más pausadas, donde su propuesta pierde fuerza, pero aún así consigue mantenernos interesados en lo que tiene que decir. «Winter Bird» fue la primera que escuché de estudio, siendo también lenta pero sosteniéndose como uno de los mejores cortes, gracias tanto a las melodías vocales de Aurora como a los arreglos de fondo que ayudan a que todo funcione y fluya perfectamente. Vamos por la mitad de «All My Demons Greeting Me As A Friend» y ya he nombrado algunos de mis momentos favoritos, y eso que todavía no habíamos llegado a «EL» single. Sí, con mayúsculas. «I Went Too Far» es el corte más solido del disco, y creo que no hay nada mejor en él que la forma en que canta Aurora al principio. Cómo hace vibrar su voz, transmitiendo de una forma increíble. Entre ella y su compatriota Susanne Sundfør me están haciendo creer en el pop actual.
Llegados a este punto ya hemos podido apreciar algunos detalles a resaltar. Uno es toda la imagen que rodea a los vídeos, el artwork o el propio aspecto de la cantante, reminiscentes a la imaginación de cuando eramos niños y la inocencia que nos caracterizaba, y a no perderla del todo en nuestro inevitable crecimiento. Esa esencia es apreciable en todo lo que rodea a Aurora, pero al mismo tiempo sabe plasmarlo con una madurez envidiable. Otro detalle a destacar, en este caso más técnico que simbólico, es la calidad de la producción, impresionante. En el mar de sonidos sintéticos y voces procesadas del pop de este siglo, la voz de Aurora suena absolutamente viva, rebosante de calidez.
«Through The Eyes of a Child» se me hace insulso e innecesario, no lo hubiera echado de menos en el caso de que no hubiera entrado dentro de la lista de canciones. La forma en que canta «Warrior» es sencillamente brutal, sabe cómo componer estribillos diferentes, interesantes y que se te queden completamente grabados. La versión de «Murder Song (5,4,3,2,1)» que terminó en el álbum es diferente a la original, que era acústica. Frente a las sensaciones sombrías y melancólicas de la versión single, la del disco es más enérgica y tiene unas vibraciones diferentes, no positivas pero sí menos oscuras. En «Home» vuelve a los desarrollos lentos con mejor resultado que en otros intentos pero sin ser especialmente memorable.
Y es que parece que las cadencias más lentas van a guiar la recta final del disco. «Under The Water» al menos gana intensidad en su misterioso estribillo, con una percusión y melodías de fondo que la hacen bastante diferente. En «Black Water Lillies» la voz se fusiona con el teclado y resto de instrumentos para quedar en uno de los cortes más evocadores, cerrando con suavidad. Si podéis no está de más que escuchéis la edición especial, contando con versiones acústicas, una cover de «Half The World Away» de Oasis y el tema «Wisdom Cries».
Tras escuchar «All My Demons Greeting Me As A Friend» puedo entender que haya tenido tanta repercusión. A los ingredientes que aporta Aurora, sus canciones y su característica voz, la producción ha sabido servirles para convertirlas en algo grande. Esperemos que en futuros lanzamientos retenga esta capacidad que ha demostrado para trasladarnos a su íntimo e imaginativo mundo personal.
2 respuestas a “Aurora – All My Demons Greeting Me As A Friend”