Our Next Movement – 119

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Ya han pasado dos años desde que diera con aquel EP que me descubriría a una banda nacional a la que tengo especial cariño. Dos años han transcurrido desde que os hablara por aquí de “Polyhedral Trails” de Our Next Movement y estuviera en su presentación en vivo, el primero de muchos conciertos en que he podido disfrutar viendo tocar a los valencianos. Ahora les toca empezar el ciclo de nuevo, y aquí me encuentro con “119”, su álbum debut, intentando afrontar la reseña como siempre y haceros ver por qué deberíais escucharlo. Pero la realidad es que este no es un artículo como los demás, y escuchar “119” me ha supuesto una experiencia diferente a la de cualquier otro disco. Porque Our Next Movement es una banda a la que he visto crecer en directo, mejorar técnicamente, evolucionar musicalmente hasta encontrar un sonido muy propio. Porque “119” es un disco en el que apenas ha habido factor sorpresa, dado que la mayoría de los temas ya los conocía de sus conciertos. Y esto ha resultado algo raro… o sería más apropiado decir “especial”.

Todo esto empaña el artículo de una subjetividad mucho más marcada de lo normal, pero en la música todo es subjetivo al fin y al cabo, y como siempre voy a daros mis motivos personales de por qué considero que deberíais darles una oportunidad en esta nueva etapa si todavía no los conocíais. Tras su maqueta “Imágenes” lanzarían su primer EP en 2014, el citado “Polyhedral Trails”, en el que aun siendo sus primeros pasos serios como banda y teniendo un estilo todavía por terminar de definir, su mezcla de post-rock (con el excelente uso del cello), math-rock y post-hardcore ya dejaba entrever una combinación con bastante potencial y personalidad. “Love You So Math” y especialmente “Limitless” destacan como grandes temas del disco, que a pesar de la humilde producción brillan con luz propia.

En “119” se consolida ese salto estilístico que ya venía gestándose en sus directos. El post-rock más calmado es el elemento que pierde más peso en la fórmula, y el post-hardcore pasa a formar parte de momentos puntuales, siendo el math-rock de melodías tropicales y ritmos más bailables la vertiente de su sonido que se erige como ganadora, y bandas como And So I Watch You From Afar o Lite se convierten en claros referentes. El álbum supone el debut en el aspecto compositivo de Juan Suay al bajo (habiendo compuesto y grabado en “Polyhedral Trails” solo el cello) y de Carlos Plata al teclado. Además en esta ocasión la grabación y masterización se realizó en Ultramarinos Costa Brava con Santi García y Víctor García.

Recuerdo lo anonadados que nos quedamos todos en la sala 16 toneladas cuando debutó el primer adelanto del disco: “Michael’s Secret Stuff”. Ese inicio palmuteado de Fran y los riffs cortados y contundentes de Sergio nos sorprendieron a todos de primeras. Es un corte perfecto para arrancar, contrastando frente a “Prologue: Here, Now” de “Polyhedral Trails” por la fuerza con la que despega desde el primer momento el disco. Hay algún momento en el que se hace un poco difuso el objetivo del tema repitiendo demasiado alguna parte, pero es sin duda un gran comienzo para el disco. “Sr. Shemyrs” mantiene la energía inicial, siendo más concisa y demostrando el nivel técnico del que hacen gala actualmente. Estas dos son en las que su lado más cercano al post-hardcore todavía tiene peso.

Las sensaciones que me causa “Who The Fuck Invited Murphy?” han cambiado bastante, pasando de ser de la que menos me gustaba de las nuevas en directo a una de mis favoritas. El cambio de la parte inicial de riffs cortados al buenrollismo que destila la parte con coros fluye con una naturalidad envidiable. Lástima de lo bajas que han dejado las voces en el mix, un poco más altas habrían ganado. Melodías a dos guitarras marca de la casa y detalles de teclado que llenan con acierto los huecos que quedan, y una sección muy destacable con riff de tapping. El colchón del teclado en esta canción me parece especialmente bueno.

Una guitarra ambiental conecta con el siguiente corte, “Ihan Kaunis”, que tras numerosas escuchas al disco se ha mantenido en cada una de ellas como mi favorita. Nos muestra el lado más épico y emotivo de la banda, recuperando ese cello que tanto aporta a su fórmula, escaseando en este disco debido a la dirección que están tomando. El cambio a la parte más post-hardcore con coros y voces desgarradas, el piano que entra en la recta final y cómo vuelve el cello… sin duda para mí el corte más memorable de Our Next Movement hasta la fecha. Una melodía de fingerpicking a la guitarra acústica y el cello son los protagonistas de “.”, un brillante y necesario interludio que ayuda a respirar al álbum, en el que no puedo evitar pensar por la selección de las notas en Andy McKee.

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Goodbye Dusty Harry” es el tema que grabaron en directo para acompañar el inicio de su campaña de crowdfunding, manteniéndose en el contexto del álbum como uno de los cortes más sólidos. Sigue flipándome el cambio a la parte cantada con las guitarras con reverb. Y es en este punto del disco cuando llegan los únicos dos temas que no había escuchado con anterioridad en alguno de sus conciertos. El primero de ellos es “The Japanese Standoff”, en el cual se desmarcan un poco de la línea más intensa que ha venido siguiendo “119”, con guitarras post-rockeras y punteos con su típico deje math-rockero pero en una línea más relajada y con un desarrollo lleno de cambios que lo hace bastante interesante. “Last Night’s Grandpa”, de anecdótico título, pone punto y final al primer álbum de los valencianos. Es uno de los cortes en que se aprecia mejor la personalidad que tienen las líneas de bajo de Juan, cubriendo los registros graves de una forma sinuosa e impredecible. Los dos cortes finales han resultado especialmente refrescantes, ya que ofrecen una cara diferente del camino que ha tomado su sonido.

El elemento que no me termina de cuajar al escuchar “119”, que de ser diferente lo habría hecho brillar más, es la producción. Al escucharlo por primera vez ya me sorprendió, teniendo en cuenta que de Ultramarinos habían salido discos como “Flores, Carne”, y tuve en mente que eran géneros diferentes e intenté acostumbrarme… y aunque poco a poco me ha convencido algo más, no termina de gustarme. No porque me parezca que está mal producido, que no lo está para nada, es solo que no me parece que haga justicia a lo que nos encontramos en sus directos y a cómo tenía en mente que iba a sonar. Batería y bajo suenan genial, el teclado cumple su función, pero las guitarras me suenan muy secas, con unos punteos que se me hacen muy crudos en algunos momentos. Y la voz me parece algo baja en los momentos en que les da por usar el micrófono.

Al margen de esta puntualización que responde a una visión personal de la banda forjada a base de tantos conciertos, “119” es un discazo original, potente y atrevido, con una propuesta a la que ahora mismo pocas bandas instrumentales de España se acercan. Si con “Polyhedral Trails” ya pudieron telonear a Maybeshewill y And So I Watch You From Afar no sé qué sorpresas les deparará el futuro con este álbum… de primeras acompañar a God is an Astronaut y Leprous en el AMFest no parece mal comienzo. Si tenéis la oportunidad de ver a Our Next Movement en directo, no lo dudéis, vais a disfrutar. Yo continuaré acompañándoles, tengo curiosidad por ver dónde se encuentran dentro de otros dos años.


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