
El pasado 6 de Octubre estuvimos de nuevo viendo en directo a Viva Belgrado en su segunda visita a tierras valencianas, y mi atención estaba pendiente por igual tanto de la actuación de los cordobeses como de la posibilidad de ver en directo a Madre, proyecto al que le tenía ganas desde hacia tiempo. Había escuchado su demo y sonaba prometedora la experiencia, pero en directo superaron todas las expectativas, dando un concierto bastante notable. Esta era la segunda vez que veía en directo a Xiu, guitarrista de la formación (la anterior había sido con Cementerio, grupo en el que canta), y siendo un músico con proyectos tan variados como los citados o Trocotrombix e Ivadobe, me parecía que nuestro formato de entrevista se adaptaba bastante bien para tener la posibilidad de conocer su amplio bagaje musical. Aquí os dejamos su lista de 5 discos imprescindibles, útil tanto para conocer sus influencias como para ampliar nuestras fronteras musicales.
Muy complejo esto de elegir cinco discos, solamente cinco, pero ya que estoy los voy a ordenar de menor a mayor importancia, según mis gustos, el cariño que les tengo, o lo que sea.
5. Toe – The Book About My Idle Plot On A Vague Anxiety (2005)
Empiezo por el final, algo así… digo esto porque este largo es el último que ha conseguido cambiarme la vida. Aunque suene exagerado, así es. Uno se va haciendo mayor y cada vez cuesta más que le sorprendan grandemente nuevas bandas, nuevos discos, y un largo etcétera. Parece que estamos en la época del “si es que ya está todo hecho”, pero afortunadamente no es así, todavía hay bandas que te llenan de arriba abajo, que te hacen aprender de la música y disfrutar con ella como cuando eras pequeño, y sin duda para mí una de esas bandas es Toe.
Reitero, mi último gran descubrimiento, desde que escuché este disco por primera vez, allá por 2008 no he conseguido volver a tener una sensación parecida con el resto de material nuevo que he escuchado… ni buscando yo, ni atendiendo recomendaciones ni nada de nada.
En resumen, se trata de un disco que mezcla como sólo estos Japoneses saben hacerlo estilos como el emo, el math rock, el post rock, el jazz, el flamenco e incluso el folk japonés. ¿Cómo se os ha quedado el cuerpo? Pues lxs que no los hayáis escuchado aún ya estáis tardando.
Guitarras cristalinas, de sonido precioso, matices increíbles, arpegios imposibles que se mezclan con punteos que parecen no tener nada que ver, pero al compactarse por medio del soberbio bajo (que sabe callarse cuando toca y reventarte el pecho cuando toca también), se juntan con los teclados y sobre todo con la batería, que es de otro planeta y le da a la banda el puntito extra que les hace sobresalir por encima de cualquier banda “parecida”, si es que las hay.
El sonido de este LP destaca por ser muy dinámico, muy natural, apenas parece comprimido, suena como si fuese un ensayo genialmente registrado, eso lo hace más estimulante aún y muy sincero.
Kashikura Takashi, encargado de la sección rítmica de la banda, es, en resumen, el mejor músico que he descubierto en mucho tiempo, lo de esta persona no tiene nombre, consigue unos niveles de delicadeza que no son ni normales, cada vuelta que da tiene mil arreglos diferentes, solo la escucha de la batería de Toe se me hace muchísimo más interesante que casi cualquier álbum nuevo de otras bandas que haya oído posteriormente. Su estilo, muy influenciado por el jazz y por el emo (a mi entender), le hace de otro planeta, técnico, dinámico e intenso a partes iguales, y con un estilo a la hora de interpretar los temas, una pasión y una fuerza que te puede llegar a dejar hipnotizado.
Todo esto sin quitar mérito a las guitarras, el bajo y los teclados, cada cual perfectamente integrado y con un gusto a la hora de componer fuera de serie. Vamos que se junta el hambre con las ganas de comer.
Ya terminando con este disco, comentar que esta gente tiene un directo a la altura de sus discos, si no más, con una profundidad y un apasionamiento épicos, que a mí al menos, me hace llorar y estar pegando cabezazos al mismo tiempo durante todo el bolo.
Al primer tema “Kodoku no hatsumei” le tengo especial cariño, fue el primero que escuché de esta bandaza y se me quedó marcado a fuego.
IN-CRE-Í-BLES
4. Converge – Jane Doe (2001)
Cambiando de tercio muy bruscamente nos introducimos en otra de mis bandas muuuuy favoritas, los bostonianos Converge. La crudeza hecha música, la belleza de lo decadente y de lo oscuro, la rabia más inapelable que te estremece por dentro y por fuera. Cuchillos, cuchillos y más cuchillos. Te entran por el pecho, por la espalda, puedes sentirlos, las voces son cuchillos, las guitarras son cuchillos, el bajo es un hacha, la batería es un mazo enorme, gigante, pero te golpea además muy rápido y fuerte. Algo así sentí la primera vez que escuché esta jodida obra maestra.
Hardcore mezclado con math metal o como lo queráis llamar, no tiene nombre, no es un estilo, es Converge. Esas guitarras crujientes hasta el extremo de sonar muy bien y al mismo tiempo casi provocarte malestar, esos acoples que se llegan a armonizar entre ellos, la mala hostia y la precisión de las baterías, la voz punzante y casi asesina de Jacob Bannon (que también se encarga de los diseños de la banda, los cuales me parecen geniales), la potencia del bajo y su hermanamiento con la batería de Ben Koller, otro de mis bateristas predilectos.
Aparte de toda esta retahíla de sensaciones, la banda, y más concretamente este disco, destacan por la facilidad para hacer LPs intensísimos, muy bien estructurados y ordenados, rabiosos como nadie, rockerísimos a veces, otras más tirando al hardcore o al metal, pero siempre sin salirse de su propio estilo, y siendo capaces de sacarse de la manga temas mucho más largos y melódicos, como «Jane Doe», el tema que da nombre al disco.
De este disco destacaría especialmente los dos primeros temas, que hay que escucharlos seguidos, porque lo digo yo, jajaja, “Concubine” y “Fault and fracture”, así como la gigantesca “Jane Doe” anteriormente mencionada.
3. Nostromo – Ecce Lex (2002)
Palabras mayores, y palabras mayores desgraciadamente extintas, porque esta bandaza franco-suizo-gallega se disolvió hace ya 11 años. Coges a Messhuggah y lo metes en una batidora a máxima potencia, agrégale piedras, dos cucharadas soperas de nasum y unos cuantos xenomorfos y vehículos comerciales de transporte interespacial. Así sonaba Nostromo, aplastantes a la par que matemáticos, y rápidos, muy rápidos.
Riffs que no se acaban, se van enlazando unos con otros con un estilo que nunca antes había escuchado. La potencia de los palm mutes y los arrastres, los ritmos machacasaúricos que se entrecortan cuando menos te lo esperas, el bajista, que con pinta de fontanero cuarentón clava cada compás con su sonido caldoso, crujiente y distorsionado por igual… vamos, que más de lo mismo, otra banda que se sale del panorama, un estilo propio muy peculiar e interesante, una forma de hacer metal/grindcore que no sabía que se podía hacer, todo aderezado con la mala hostia de la voz y ya la guinda los interludios acústicos que se marcan.
Esta banda en concreto para mi tiene un significado especial, aparte de porque cambiaron mi concepto de lo que era el metal cuando los conocí, porque están estrechamente enfocados hacia la temática ALIEN, y cuando digo esto me refiero a HR GIGER, Ridley Scott, Sigourney Weaver etc. Una temática de la que me considero altamente freak, y me encantan porque creo que sonaban como toda una colonia de xenomorfos yendo a por ti.
Destaco el tema con el que los conocí, “Sunset Motel”, gran muestra de cómo son capaces de mezclar unas melodías en los riffs y los acordes que se deshacen en tu boca para luego reventarte el cráneo.
Comentar que el gran Myesko Talarczyc, guitarrista y cantante de la mejor banda de grind que ha existido, (Sí, claro, NASUM) grabó esta maravilla de LP poco antes de morir en el tsunami de Sri Lanka, una muerte muy grindcore.
2. Envy – A dead sinking story
La banda estandarte del emo actual, screamo si queréis, no soy muy amigo de las etiquetas, pero a veces para explicarse son necesarias desgraciadamente… El caso es que Envy no las necesitan, son los putos jefes del género, el referente, la banda más carismática si hablamos de lo que es el rollito “rabioso y llorón”, (no es una crítica, es que hay que saber reírse hasta de uno mismo). Desde el 92 llevan dando cera, y puliéndola también, que es lo mejor.
Disco redondo de principio a fin, todavía no sé cómo puede sonar así ese bombo, esos timbales, esas guitarras… pasan los años y por mucho que me sepa los temas al dedillo nunca dejan de llenarme las composiciones, los arreglos y el acertadísimo y muy muy personal sonido.
Se me ponen los pelos de punta, qué clase, qué temones, uno tras otro, como si fuese fácil, pues no señorxs, aunque muchxs lo piensen no es fácil hacer temas así, crear con esa omnipotencia, con esa belleza, temas que se te meten dentro y acaban formando parte de ti, los haces tuyos, no te los quitas de la cabeza. Tus sentimientos acaban formando parte de una historia que te inventas alrededor de la canción, te fundes con la música, eso me pasa a mí con los Envy, que me deshago y me siento dentro de la atmósfera gaseosa que crean en mi cabeza.
En directo, lo mejor que he visto, en salas pequeñas y “solo” con dos guitarristas (en varios discos había tres), y suenan como en el disco pero mil veces más potente.
Introspección al máximo, sentimientos que ninguna otra banda me han generado, de alegría, de tristeza, de letargo y muchas más cosas. Esto es EMO de verdad y no las mierdas mal cantaditas americanizadas y flequilludas que desde hace unos cuantos años han ensombrecido el estilo.
Viniendo del hardcore, los Envy se fueron amasando a ellos mismos como si fuesen pan, y al final ha salido pan de espelta biológico multicereales… la riqueza musical no tiene fin, la pegada y la clase del batería sólo es comparable a la forma en que le acompañan los guitarras, siempre desarrollando los arpegios y los acordes de la mejor manera que creerías que podían hacerlo. En la sombra (y no por ello menos importante), el bajista, cumpliendo en cada momento, lo sientes en el pecho más que oírlo, apenas hace arreglos, está donde tiene que estar, dejando sitio a los guitarrones que rebosan armonía y aplastándote con los bombos.
A parte queda la voz de Tetsuya Fukagawa, mi voz “gritona” favorita, entre todas.
Sus tiempos sencillos, machacones, su rabia, parece que se deje la laringe en cada grito, y no creo que sólo lo parezca…. ¿cómo transmite tanto si no entiendo su idioma? Escuchadlo y lo entenderéis.
Destaco el tema que abre el disco, “Chain Wandering Deeply”. ¡Escuchadlo a la de ya!
1. Radiohead – Ok Computer (1997)
Os pongo en situación: con 13 añitos, los que tenía en 1997, tres años después de la muerte de Kurt Cobain (Nirvana era una de mis bandas favoritas de chiquillo), de pronto un día pongo la tele, y me sale el videoclip de Radiohead, «No Surprises». Sí, ese que sale el tio Thom Yorke con su ojo regular con la cabeza metida en una especie de pecera, y salen lucecicas, en un momento dado le llenan la pecera de agua etc… Bueno, pues ese día me quedé patidifuso, no sabía que era aquello, sólo sabía que no tenía nada que ver con todo lo que hubiese escuchado hasta ese momento.
De hecho el videoclip me impacto también, “que marcianada es esto”, pensé. Entonces ya cuando un amigo de mi hermano nos pasó el disco, lo reventé, desde la primera escucha hasta hoy, casi 20 años después, me parece el mejor disco de la historia de la música moderna. Llamadme exagerado, pero bueno cada cual tiene sus gustos.
Yo venía de haber escuchado sobre todo Nirvana, Metallica, Iron maiden, Queen etc, y cuando me empapé de este discazo no daba crédito, literalmente no sabía que eso se podía hacer. Me cambió totalmente el concepto de lo que es la música. Tengo entendido que Thom Yorke y compañía se encerraron en una gran mansión muy bien abastecidos de ideas y de distintas drogas, lo que salió es algo incomparable, uno de los largos más personales, emotivos y bizarros que se hayan hecho jamás en la historia del pop-rock.
Las voces inconfundibles. La forma en que confluyen las guitarras con sus efectos y se diluyen con las voces, las baterías sólidas y personales y sobre todo el genial bajo, capaz de imaginar melodías y líneas nunca vistas, por si no era ya bastante marciano el disco.
Los temas me parecen geniales, uno tras otro, no hay tregua, más movidos, más lentos, más psicodélicos, más tristes o bucólicos, más oscuros, pero sobre todo muy muy muy experimentales, y no he visto a nadie experimentar así de bien. Un trabajo de grabación, composición, arreglos, etc… que calificaría de mágico.
Ya para cerrar comentar que agradezco mucho a Spreading the sound por proponerme este ejercicio tan interesante y comentar que como no, estos discos me han influido muchísimo musicalmente en mis bandas (espero que no se note demasiado jajaja), sin ellos no sería quien soy ni tocaría lo que toco, con lo cual les debo mucho. Y ya por último comentar que no hace falta irse fuera para descubrir grandes bandas, en Valencia hay una gran escena que no para de crecer, y en todo el país, ¡más apoyo a las bandas locales y menos ir a Megafestivales!
Un abrazo, Xiu.