Spreading the Sound

Llevaba tiempo sin pisar el Loco Club, y es curioso porque, si la memoria no me falla, la última vez que estuve en la sala fue hace año y medio precisamente para ver a la misma banda. Pero esta vez el contexto era diferente, pues Rainwood se encontraban presentado “Not Where We Thought It Was”, que reseñé hace poco por aquí. El cartel también contaba con otras bandas de estilos diferentes acompañándoles, completando la alineación los también locales La Biere Ganchosa y Navvier. Pintaba una noche (con un estilo y público más bien propios de la escena indie) algo alejada de los conciertos a los que suelo asistir normalmente, pero como siempre entré por la puerta con la mente abierta y los oídos preparados para ser sorprendido.

Llegué justo en el momento en el que sonaban los acordes del primer tema de La Biere Ganchosa, y he de decir que se juntaron varios elementos que hicieron que la actuación de la formación valenciana me pasara bastante desapercibida. En primer lugar el estilo, la mezcla de reggae en los ritmos de la guitarra con los sintetizadores no me terminó de convencer, básicamente también porque es un estilo que de normal no me llama. En segundo lugar la monotonía de los temas, que se me hicieron demasiado parecidos entre sí. Y en tercer lugar las voces, que ya sea por gustos personales o por cómo estaban encajadas en la fórmula del grupo o su ejecución, no me llenaron. Si hubo un elemento que me gustó en su particular estilo fue el bajo, con un tono muy bueno, gran técnica y deslumbrante groove, que subía el nivel general del grupo. Al no conocer los temas también puede ser que tuvieran una mala noche o simplemente no se adapten a mi gusto, pero desde luego la actuación de La Biere Ganchosa no me dejó demasiado convencido.

En el caso de Rainwood iba con los deberes hechos y con algo de expectativas, ya que confiaba en que su directo hubiera mejorado en el año y medio transcurrido desde la anterior vez, en la que dieron un buen concierto pero aún se notaba que les hacía falta curtirse tocando más sobre un escenario. Noté un cambio en la formación en la batería, siendo diferente al del concierto de 2015.

Abrieron con “Synesthesia”, tema perteneciente a su EP debut, el cual creó unas primeras sensaciones bastante positivas. Los arpegios de Adrián se compaginaban con la voz de Vilz y el bajo de Jose, diluyéndose todo en una atmósfera bastante lograda y que fluía con naturalidad. Lo mismo con “Not Where You Thought It Was”, que comenzaba con una base electrónica para ir evolucionando poco a poco con una tendencia bastante ambiental. El tercer corte del EP y mi favorita, “Lete”, la tocarían al final del concierto suponiendo un cierre bastante efectivo.

Entre medias tocarían una serie de temas que todavía no tienen grabados, algunos que ya había escuchado anteriormente y otros nuevos, que ofrecieron diferentes facetas de la banda, la mayoría mostrando un desarrollo en la estructura de los cortes más propio del indie que los del EP. Dieron un buen concierto aunque algo irregular en algunos aspectos. Había cosas muy logradas, como las atmósferas que elaboraba Adrián con su guitarra, el bajo, siempre correcto y en su sitio, y la forma en que la batería lograba darle la energía necesaria a los temas para, a pesar de tener una esencia relajante lograr mover al público. Sin embargo, la voz estaba excesivamente cargada de efectos hasta el punto de resultar en un empastre a veces. También hubo momentos en que se notaron descoordinaciones de tempo o falta de fluidez entre partes de los temas, y los momentos más noise no terminaban de encajar.

A pesar de estas puntualizaciones me quedo con los momentos que más me gustaron del concierto: “Lete” y “Synesthesia”, que sonaron genial, el final de “Turn off, Tune In, Drop Out” con el solo a lo J. Mascis y el punteo evocador, y el sonidazo shoegaze que sacaba la Jaguar, brillante. El mismo pensamiento que el año pasado, a pulir la ejecución y las canciones a base de conciertos, pues si trabajan Rainwood tienen ideas para ser una banda con algo que decir.

El concierto de Rainwood terminó pero la noche no había acabado, pues aún quedaban Navvier por tocar y darnos la que fue la sorpresa de la noche. No había escuchado nada de ellos, lo cual hizo que su particular acercamiento a la electrónica me dejara impactado de primeras, pues no esperaba encontrarme nada parecido esa noche. La formación estaba integrada por un cantante y encargado de los sintetizadores principales, dos guitarristas que a su vez compartían rol al teclado y sintetizador, y un batería. Su estilo giraba entre una electrónica instrumental con sintetizadores pesados con otras partes cantadas de aproximación más indie. En algunos aspectos de las vibraciones que transmitían con la instrumentación me recordaron al productor francés Carpenter Brut, que además también lleva un formato rock al directo.

Mi compañero seruli y yo comentábamos ante el comienzo de las canciones que era como escuchar power metal en formato electrónico, todo muy épico. También dijo que notaba influencia de la banda sonora del Crash Bandicoot en la primera canción de corte arábigo, me lo tomé a broma pero quizás no estaba tan desencaminado. A nivel global del setlist que tocaron me quedo con lo bien que sonaron como grupo, lo bien que fluían de principio a fin los temas, con unas armonías a dos guitarras sencillas pero brutales, un tono compacto y contundente de los sintetizadores a la vez que otras veces melódico y atmósferico, y un trabajo al micrófono que, sin ser un tipo de voz que me guste demasiado, se acoplaba muy bien a lo que hacían. La verdad es que dieron el mejor concierto de la noche.