Situación típica de enero. Año nuevo, ya has cerrado las listas de lo que más te ha gustado del año anterior, y continuas encontrando música increíble que te paso desapercibida. Y más que continuaremos descubriendo, pues al menos en mi caso la lista de álbumes que quedaron en pendientes ya es de por sí destacable. El otro día mi compañero de redacción seruli me enseñó una canción que inicialmente iba a incluir en nuestra playlist de Spotify de diciembre (pero finalmente no pudo ser ya que no estaba en la plataforma digital). Esta pertenecía a un grupo japonés con una propuesta muy propia ante el que no pude evitar caer rendido desde el primer momento: World’s End Girlfriend.
World’s End Girlfriend es el proyecto musical de Katsuhiko Maeda, creado en el 2000 y desde entonces habiendo publicado la considerable cifra de 11 álbumes y varios EPs y bandas sonoras. Su estilo conjuga la evocación e intensidad del post-rock con arreglos electrónicos propios del IDM o el trip-hop, todo aderezado con secciones de música clásica que logran o bien dotar a sus composiciones de una gran delicadeza o un toque del avantgarde más experimental. El resultado es realmente único, o al menos no se parece nada que hubiera escuchado hasta la fecha.
El único disco que he escuchado hasta el momento del compositor japonés es «Last Waltz«, publicado el año pasado. Un trabajo de más de una hora de duración que destaca especialmente por su sensibilidad y por lo arriesgado que es en muchos momentos. Iba a decantarme por «In Silence / In Siren», pero viendo que no esta en Youtube ni Spotify o Bandcamp me he decantado por el delicioso single «Plein Soleil«. Estos son los dos cortes que cuentan con colaboración al micrófono de voz femenina, algo que ayuda a que brille aun más la música de Katsuhiko. Delicadeza post con base electrónica, unas lineas vocales maravillosas y un desarrolo lleno de matices y con varios cambios que le dan la fuerza que necesita. Contrasta mucho en este y otros cortes el sonido guarro que sacan las guitarras distorsionadas en comparación con la producción cristalina. Sin duda consigue el contraste que busca, muy bien encajadas.
Una de las bandas que se me vino a la cabeza al escuchar el álbum fueron sus compatriotas Mono, ya que existen paralelismos entre la música de ambos, por lo que no me sorprendió descubrir luego que tenían un disco juntos y que habían compartido gira. Puede que sea ese trabajo colaborativo el siguiente paso que de en su discografía, pues aun no he visto casi nada de todo lo que tiene que ofrecerme la música de World’s End Girlfriend, y es algo que no puede quedar así.