La música muchas veces entra por los ojos. Más de una vez me he encontrado en la situación en que, ante un disco de un artista del que no sabía nada, ha sido la portada la que me convenció de que quizás merecía la pena curiosear a ver que me encontraba. Y la realidad es que más de un artwork de calidad me ha hecho dar con bandas que me acompañan desde hace años. Además, entendiendo el álbum como obra global, el elemento visual tiene para mí un gran peso en lo que pretendes transmitir, y no debería dejarse nunca como algo secundario y sin relevancia.
Todo esto venía porque debo de agradecer a ShePaintsWithBlood por segunda vez el haber dado con música de mi interés. Si hace ya dos años gracias al impacto que me causaron las portadas de “EGO” y “ECO” descubrí a David Maxim Micic (sobre el que encontraréis numerosos artículos en Spreading the Sound si tenéis curiosidad), ha sido ahora la portada de “Gaia” la causante de que lleve más de un mes escuchando a Curtis Graham. El estilo místico y etéreo de Aria al óleo se convierte en el complemento perfecto para este tipo de música, y en la forma ideal de atraer a melómanos hambrientos de nuevas cosas que escuchar.
¿Qué encontramos en “Gaia”? La verdad es que el segundo trabajo de Curtis Graham me ha sorprendido muy gratamente. Sigue en la misma línea de su predecesor, “Flourish”, del que de hecho apenas le separa un año de su publicación. Una versión estilísticamente similar pero más madura y elaborada del mismo. Encontramos una fusión de ambient y trip-hop, de texturas muy naturales. La forma en que abre con “Rebirth” con el ritmo cálido y el sonido de los pájaros es muestra de ello, o los arpegios acústicos de “Breathe”. Pero no se queda ahí, ya que también encontramos tintes de otros estilos como el post-rock y géneros similares. Abundan las guitarras con delay, como la melodía principal de “Torus”, sintetizadores hipnotizantes en “Lunar Eclipse”, y en otros cortes como “Gravity” o “Aerate” arreglos más electrónicos entre melodías etéreas.
Curtis Graham es un hombre de gustos eclécticos, pues antes de sacar estos dos discos en solitario fue guitarrista de la banda de technical-death metal The Monolith. Y de hecho tampoco es que me haya sorprendido demasiado, pues muchos de los arreglos que encontramos en “Gaia”, complejos a pesar de su aparente sencillez, demuestran un gran conocimiento musical. Y no es la primera vez que me encuentro con un caso como este y termina resultando que el productor en cuestión tiene las raíces en el metal.
Reseñar el disco canción a canción sería una locura, ya que a pesar de ser cortes breves, son 22 en total. En resumen es un álbum lleno de buen gusto y sensibilidad, relajante y con profundidad, que requiere infinitas escuchas para poder asimilar la gran cantidad de detalles que encierra. Siempre me lo pongo de principio a fin, pues a pesar de durar casi una hora se me hace corto, peo si tuviera que destacar algunos momentos serían “Lunar Eclipse”, “Mindful” y “From Beyond” con su atrapante línea de bajo. Si el cuerpo te pide desconectar, cerrar los ojos y volar, “Gaia” es sin duda el disco que necesitas.