En la prehistoria todo era mucho más fácil y divertido. Nada estaba inventado. Uno cogía un buen palo, la cabeza decapitada de su enemigo, y se ponía a hacer música. A la gente le gustaba, se ponía a bailar al rico ritmo tribal, y una vez acabada la actuación degollaban al susodicho por no mostrar ninguna utilidad para el clan. Hoy en día todo es más difícil. Casi todo está inventado, y cuidado si intentas ponerte chulo, que las posibilidades de que el truño sea legendario son bastante elevadas.
Loch Vostok llevan unos años intentado hacer algo más que juntar palos y cabezas, y la verdad es que lo consiguen con resultados satisfactorios. En el 2012 sacaron mi álbum preferido, “V: The Doctrine Decoded”, que como habrá inducido alguna elevada mente, es su quinto LP. La amalgama de elementos extremos y progresivos de la banda hace de su música algo muy especial, y es este «Doctrine Decoded» el que consiguió robarme el corazón, y hasta hoy que no me lo ha devuelto el cabrón.
Hoy vamos a escuchar “Syndrome of Self”, cuya diversidad contenida en tan solo cuatro minutos es muestra fiel de lo que es este disco. Apuestan aquí por los contrastes, con partes realmente brutales, con ritmos marcados y mostrando la producción centrada en unas guitarras gordísimas. Otro punto álgido es escuchar a Möller cambiando entre limpios y guturales como Pedro –o cualquier otra persona– paseando por su casa. Y esto es solo una pequeña parte de lo que os vais a encontrar en este disco, así que si os interesa, dejaos adoctrinar un poquito por Loch Vostok, lo agradeceréis.
Spreading the Sound 