Durante los últimos años mis gustos musicales han cambiado, o más bien se han ampliado, y mucho. Lo suficiente como para que estos días pasados haya dudado sobre si redactar este artículo o no, pero tenía la idea bastante clara y al final los pros han pesado más que los contras en mi decisión.
La última vez que salí de coleccionismo musical con @andiros7 hice dos compras que me llenaron como pocas. Entramos en la tienda Discocentro de Valencia sin ninguna expectativa y terminé llevándome la edición Legacy del «Grace» de Jeff Buckley y, el «Hybrid Theory» de Linkin Park. El primero es uno de mis discos favoritos y lo tenía pendiente pero el segundo fue mi primer disco y quería aprovechar la reescucha para recordar aquella época y dedicarle una publicación a modo de tributo, homenaje, agradecimiento… llámalo como quieras. Acababa de comprar una tarde de nostalgia.
El año 2001 yo comenzaba 2º de la ESO. Con 13 años coincidí en clase con un chico más mayor que fue mi puerta hacia la música. Hasta ese momento escuchaba música pero de la que tenían mis padres, de la radio, algún disco prestado… sin ningún sentido de pertenencia. Fue con el debut de LP cuando tuve la sensación de haber descubierto algo muy grande, algo que sólo era mío y que me llenaba como nada más en ese momento. Fue la primera vez que conecté de manera bestial con la música. Escuchaba el disco varias veces al día cada día de la semana, me sabía todas las letras, todos los arreglos… lo fue todo durante un tiempo. Me enganché de tal forma que necesitaba más, y de la mano de mi amigo llegaron Limp Bizkit, Korn, Red Hot Chili Peppers, System of a Down, Rammstein y The Offspring. Fue más adelante cuando comencé a volar solo (y en ocasiones a lanzarme sin paracaídas en la zona de música de FNAC) y llegaron Metallica (vía «St. Anger») y Nirvana, que supusieron la segunda puerta, esta vez hacia un terreno mágico con bandas como Alice in Chains, Pearl Jam, Soundgarden, Smashing Pumpkins o Pantera y Slayer.
Resulta que hablando con otra gente, me he dado cuenta de que fuimos muchos los que nos iniciamos en la música a través de Linkin Park. Hubo un tiempo en que renegaba de ellos y me daba vergüenza decir que tenía sus discos. A los 16 había descubierto a Pantera, Metallica, Led Zeppelin o Pink Floyd, y dentro de mi rebeldía adolescente e inseguridad entraba rajar de las bandas de nu-metal. Pero lo cierto es que les debo mucho, y al comprar «Hybrid Theory» disfruté tanto escuchándolo de nuevo que me apetecía compartir esta vivencia contigo y mostrar mis respetos hacia la que fuera mi primera banda favorita y mi primer disco propio (y favorito). Si también fue el tuyo te dedico el artículo.
Al escucharlo de nuevo me ha hecho sentirme feliz. Vale que es muy artificial, lleno de trucos de estudio para hacer que la voz de Chester suene apoteósica, que las guitarras suenen más gruesas y llenen más espacio, o para darle un aire más metálico a unos temas que están cortados todos por el mismo patrón siguiendo una estructura pop convencional y sin giros de guión inesperados. En eso estamos de acuerdo. Pero hay emociones ligadas a esos 12 cortes, sobre los cuales ya no queda nada que decir 17 añazos más tarde (eso es, 17 AÑAZOS, el disco se publicó el año 2000). La escucha lleva poco más de media hora, lo cual hace que sea redondo y que se preste a escucharlo varias veces seguidas (si no díselo a mi yo-del-pasado). Poco más de media hora de nostalgia, felicidad, recuerdos y la rabia y confusión adolescentes que me (nos) acompañaron durante un tiempo.
Aprovechando el momento remember he hecho un poco de investigación acerca del disco. Realmente les dejé de seguir después de «Meteora», pero he encontrado material sonoro de la época previa al debut que creo que merece la pena conocer.
En 1999 la banda, por entonces llamada Hybrid Theory, publicó un EP homónimo que ya intuía lo que vendría más adelante (gracias Jorge por la recomendación). En el sonido de estos temas el rap tiene un peso mucho mayor del que tendría en el primer LP, y las guitarras me parecen más gruesas y algo más agresivas. Por momentos me recuerda a «Reanimation», sobre todo por el elemento electrónico y la construcción de los temas. De estos temas ninguno aparecería en el debut. Recomendable si te apetece indagar en los orígenes de los californianos:
Y si tenéis mucha curiosidad, en 1997 publicaron la primera demo de cuando se hacían llama Xero. Destacar que por entonces Chester no era miembro de la banda y el vocalista era Mark Wakefield. Como curiosidades, encontramos versiones preliminares de «Forgotten» («Rhinestone») y «Runaway» («Stick N’ Move»). Te animo a darle una escucha a modo de cuasi-arqueología musical:
Espero que te haya gustado leer este artículo. Está escrito con mucho cariño hacia un disco que marcó un antes y un después en mi vida. Sin duda desde que lo escuché nada volvió a ser igual. En Spreading the Sound somos gente muy curiosa y nos gustaría que este artículo sirviese de plataforma de expresión para que los lectores os animéis a compartir experiencias vuestras con la música. Te animo a que compartas en los comentarios, ya sea de la web o de nuestra página de Facebook, tus recuerdos con este disco u otro que fuera tu puerta hacia la música, ese disco sin el que a día de hoy tu vida no sería la misma. ¿Cuál fue, para tí, el grupo que lo cambió todo?.