Después del éxito de nuestro primer Spreading the Retro Sound, hemos decidido continuar con nuestra vena geek y hacer una segunda parte. En este caso seguimos ahondando en una gran variedad de juegos y géneros. Desde míticos Arcades o RPGS muy conocidos, hasta joyas que se empiezan a perder en el tiempo. Pero nosotros somos fieles a nuestros principios y queremos rescatar muchas de esas canciones o bandas sonoras que marcaron una pequeña, pero importante, parte de nuestra infancia. Y tanto nos marcó que tenemos a un invitado especial, Dani Birras de Filmfilicos, que también ha aportado su grano de arena a un post que no se quería perder. Podéis encontrar las canciones en los enlaces de las mismas.
1. Chrono Trigger (andiros)
Chrono Trigger vería la luz hace 22 años, pero yo lo jugaría hace apenas dos. Aficionado como soy de la saga Final Fantasy desde niño, me decidí finalmente a adentrarme en el universo de otro de los juegos clásicos de la que es para mí la etapa dorada de Squaresoft, más sencilla y con más encanto de lo que hacen actualmente… pero esa no es la cuestión. Chrono Trigger tiene una historia digna de cualquier obra referente de ciencia ficción, una epopeya espacio-temporal con sus personajes profundos y carismáticos, escenarios y situaciones que desbordan imaginación, y una trama realmente compleja al mismo tiempo que con situaciones emotivas y desafiantes. Además el diseño gráfico estaba a cargo de Akira Toriyama… el juego presentaba lo mejor de lo mejor en todos los aspectos respecto a lo que se podía esperar en esa época.
Por lo tanto, la banda sonora también está a la altura de las circunstancias. Compuesta por Yasunori Mitsuda, salvo colaboración en algunos temas de Nobuo Uematsu, las magníficas melodías MIDI que la componen son capaces de mirar a la cara a la banda sonora de los Final Fantasy sin ningún problema, tal es su calidad. «Corridors of Time» así lo demuestra, acompañándonos en bucle de manera hipnótica durante nuestra estancia en el reino de Zeal. Las piezas que integran la parte musical del Chrono Trigger resultan fundamentales para poder vivir la experiencia al completo. Una que sin duda merece la pena, pues es un juego al que le ha sentado bien el paso del tiempo, resultando todavía más que interesante a día de hoy.
2. Street Fighter 2 (raulsangonzalo)
Siempre recordaré esa tarde legendaria cuando tenía 6 o 7 años y mi padre decidió desempolvar el Commodore Amiga, ante mi insistencia por adquirir una Play Station. Y fue mágico. Mi hermano andaba por casa y hablaba de unos juegos extraños llamados Bubble Bobble y Ghost ‘n Ghoblins. Sin embargo, el primer juego que pusieron y el primero al que jugué en mi vida fue el Street Fighter 2. Y la verdad es que yo alucinaba viendo a tios lanzando hadoukens y a Dhalsim escupiendo llamaradas por la boca.
Pero lo cierto es que la música acompañaba muy bien a este juego tan difícil para un niño de mi edad. Y aunque mi favorito siempre fue Ryu, por su carácter tan solemne y serio, poco a poco me di cuenta que mi personalidad conectaba más con el bueno de Ken. Y por eso la canción para este post es la de su tema principal. Un tema épico al que a día de hoy sigo recordando cuando oigo hablar de la saga de Street Fighter. Un tema que se ha mantenido en todas las secuelas posteriores y en el que, si hago un pequeño esfuerzo, me parece escuchar a Bruce Dickinson, Rob Halford o a Dio descargando su furia vocal sobre el mismo. «Ken’s theme» ha sido, a su vez, un tema muy versionado por la comunidad guitarril, y ha sido un gran desafío para Capcom, volverle a dar una vuelta de tuerca en el reciente Street Fighter V. Pero no dejéis de escuchar la música de Yoko Shimomura a través de Games&Symphonies orquesta en el Palau de la Música de Valencia.
3. Loom (raulsangonzalo)
Hablar de Loom es hablar de magia arcana, fantasía y, necesariamente, música. Loom siempre rondó por casa pero nadie se lo había pasado. Y a mí me costó años, ya que su complejidad era tal sin guía que era prácticamente imposible. Pero me hacía siempre mucha ilusión esas primeras escenas con Bobbin Threadbare, donde se veía la gaviota del Bar Scumm de Monkey Island. Y por no recordar el «Ask About Loom» ese guiño tan elocuente y a la vez desternillante de Cobb, en el mismo Bar Scumm.
He dicho que Loom tiene mucho de musical. Y es que nuestro protagonista va abriéndose paso por un mundo de ensueño que quiere ser destruido por las fuerzas del Caos, a golpe de bastón. Pero no un bastón convencional, sino musical. A lo largo de nuestro periplo vamos adquiriendo notas musicales y ejecutando melodías que nos abrirán nuevos pasajes. La banda sonora además bebe del Lago de los Cisnes de Tchaikovsky, tanto por la música como por la propia temática, como muchos de los que os habéis pasado el juego comprenderéis. Me quedo con el tema del gremio de tejedores, al cual pertenece nuestro protagonista y que resume la esencia de este maravilloso juego. Otro ejemplo de cómo los juegos de antaño estaban cargados de sabiduría y un buen hacer que se ha ido perdiendo en pos de la grandilocuencia moderna.
4. Freddy Harvest (XaviSan)
Dinamic Sotware, empresa española distribuidora y productora de videojuegos fueron uno de los abanderados en nuestro país de la «Edad de oro del Sofware español». Cientos de títulos publicados para goce y disfrute de una generación que vibraba al escuchar la música de introducción después de una larga espera de carga con casette, (sí chavales, habéis leído bien, antes los videojuegos se cargaban con cinta). Freddy Hardest trata de las aventuras de un guaperas millonario que estrella su nave en un planeta desconocido después de una buena fiesta (maravilloso argumento ochentero).
Emilio Salgueiro, los hermanos Cubedo y Luis Rodríguez, fueron los encargados de parir este hit del momento, y como curiosidad, comentar que las diferentes versiones que salieron al mercado en las plataformas existentes en esa época (Spectrum, Amstrad, MSX…) no tenían la misma música, ya que la capacidad del procesador entre unos y otros era muy diferente, mientras que en Spectrum era muy limitada esa capacidad (sonido acelerado, básico sin apenas matices) Amstrad y MSX disponían de más variedad tonal y calidad en general…menuda época!!
5. Final Fantasy VII (andiros)
Las palabras fluyen solas si hablo de la banda sonora de este juego. La primera vez que lo jugué tendría unos cinco o seis años. Recuerdo quedarme embobado viéndo jugar a mi primo cuando iba a su casa, ya que tenía algo diferente al resto de juegos que me atraía con mucha fuerza. Por entonces la música era algo que no me interesaba en absoluto, y sería el Final Fantasy VII y sus secuelas las que plantarían la semilla sin que yo apenas lo percibiera, tendrían que pasar años hasta que me diera cuenta. Las melodías y armonías de la saga forman parte de mi ser, y estoy seguro de que han condicionado la forma en que se irían desarrollando mis gustos musicales. Nobuo Uematsu es un verdadero genio que ha demostrado cómo las limitaciones del MIDI no son ningún impedimento para hacer composiciones realmente memorables.
Pero centrándonos en Final Fantasy VII su influencia en mí va más allá. Tanto la historia como sus personajes, la forma en que se desarrolla la trama con su oscuridad y su belleza, sus sacrificios e ideales, y en definitiva la humanidad y magia que desprende, han contribuido a forjar la persona que soy a día de hoy. Y si mi preguntas por alguno de mis primeros recuerdos en que conectara realmente con la música, uno sería sin duda escuchar en el juego “Aerith’s Theme”. Fue uno de esos puntos en los que me di cuenta de la fuerza emocional que puede contener un tema, potenciando el impacto que tiene el momento dramático en que suena, y demostrando la experiencia audiovisual que es jugar a un Final Fantasy.
6. Gods (raulsangonzalo)
Siempre que entablo una conversación con mi padre del grandioso Commodore Amiga, tiene que salir el juegazo de Gods, del año 1991. Con una jugabilidad bastante sencilla, se convirtió en un juego que era prácticamente imposible de pasar sin el Action Replay cuando era un niño. En él encarnamos a Hércules (antes de que se hiciera la famosa película de Disney) y tenemos que destruir a los cuatro guardianes de la ciudadela de los Dioses para conseguir la inmortalidad y hacernos un hueco entre ellos. Casi nada.
La banda sonora estaba a manos de Nation XII, una pseudobanda de música que únicamente colaboró en dos juegos: Gods y Speedball 2. Pero ahí no acaba la cosa. Resulta que estaba liderada, ni más ni menos, que por John Foxx, líder de Ultravox, que para los que no lo conozcáis, se erigieron como los pioneros de la música electrónica junto a tras Kraftwerk. El tema principal es el más destacable de esta odisea. «Into the Wonderful» es una pieza eterna y magistral, con una seriedad y epicidad que, a veces, creo que sobrepasa al propio juego. Y no soy yo el único que piensa eso, pues internet está llego de versiones y remixes, de los cuales me parece más que remarcable el de un tal Daxx, con un estilo dubstep que incluso me hizo interesarme por el género en su momento.
7. Penguin Adventure (Dani Birras)
Mi andadura en los videojuegos siempre ha estado bastante ligada a las consolas de SONY. De hecho en la actualidad son las únicas que tengo. Pero también es verdad que empecé a jugar mucho antes de ver por primera vez una PlayStation. Allá por los años 90 mi padre se acababa de comprar un ordenador, e imagino que pensó que, dado lo que le había costado, iba aprovechar todo su uso en la medida de lo posible.
De esta manera un día aparecieron en mi casa un montón de disquetes que contenían juegos de algo llamado MSX. Por supuesto, dada mi escasa edad no me dejó probar todos los juegos (tuve que esperar un tiempo para paladear aquel mítico Metal Gear), así que solo jugábamos a algunos de ellos. Así fue como descubrí mi primer videojuego, que no fue otro que Penguin Adventure. Podría escribir aquí un montón de tópicos que se suelen decir cuando recuerdas algo, intentando llegar a vuestro corazón a través del mío. Pero la verdad es que aun me sorprendo cantando sus melodías (que siendo en 8 o 16bits, ya os digo que es difícil).
Hace poco volví a encontrar todos estos disquetes y me dispuse a probarlo otra vez; ahí es donde recordé que, fuera o no buena banda sonora, no se me iba olvidar jamás. Solo con oír la cancion de primera fase ya estaba perdido otra vez. Pero lo peor vino cuando entré en la tienda del vendedor, cuando me quise dar cuenta llevaba 2 minutos en la tienda sin comprar ningún ítem y silbándola en bucle. Esa es mi vida, sí señor.
8. Streets of Rage 2 (Dani Birras)
Un tiempo después (os hablo otra vez de mi yo pequeño) algún amigo mío que otro se había comprado una consola de sobremesa. Esto me llevó a descubrir los juegos cooperativos, ya que como habréis podido imaginar con un teclado este tema era harto difícil. Y la verdad es que no se si fue por la hermandad de jugar a la vez, o que estábamos en un año en que Mortal Kombat (a la película y su banda sonora me refiero) pegaba muy fuerte, pero el tema central de Streets Of Rage 2 siempre ha dado tumbos en mi cabeza.
Lo que voy a decir a continuación quizás me debería dar vergüenza, pero la verdad es que es un recuerdo que atesoro bastante. La canción de la pantalla de inicio nos gustaba tanto que llegábamos a dejarla y hacer como si nos pegábamos. Que casualmente eso a día de hoy tiene nombre: Body Combat. Pero en esa época no éramos más que un par de chavales hasta arriba de azúcar de la merienda braceando raramente en el aire. Y lo que nos gustaba…
De hecho esta canción, y ahora hablo ya de la actualidad, ha vuelto a mi vida. Aunque lo cierto sería decir que nunca se fue. Ya que colaboro en un programa de radio, en el cual realizo una sección de videojuegos, y me pareció lo más adecuado usar esta canción como introducción. Con todo esto acabaré diciendo que se han mejorado algunas bandas sonoras a día de hoy, pero la nostalgia es un pesado contrincante.
9. Pinball fantasies (raulsangonzalo)
Y cómo no podía faltar en esta lista de juegos, he decidido incluir uno de los juegos de mi infancia. Y aunque vuelva a hablar de mi padre, diré que él me contagió su gusto por los «pinballs», al que el jugaba en máquinas de bares cuando era más joven que yo. Y tanto para él como para mí, pensamos que nunca ha habido un simulador mejor que el Pinball Fantasies. Dependiendo de la versión, habían 2 o 4 mesas. En mi caso, me gustaba más la del Billion Dollars Game Show, pero mi padre siempre escogía la más difícil: Stones and Bones.
Y es que era escuchar esos sonidos tan raros de huesos y criaturas extrañas del tema principal por casa, y ya estaba yo ahí como el mayor fan a ver la pedazo de partida que estaba por llegar. Y es que además, es un juego muy rico en melodías, ya que cada vez que conseguías un bonus o hacías alguna peripecia extraña con la bola, saltaban nuevas canciones, todas clavadas ya en lo más profundo de mi subconsciente. Pero también he de reconocer que algunas las llegué a odiar, cuando la bola tomaba posesión de sí misma y decidía colarse por el centro con el ángulo más perfecto de la geometría euclidiana. Y la verdad es que tuvo tanto éxito que se ha intentado llevar a diversas plataformas, desde la SNES, la GameBoy o incluso la PSP, pero nunca se jugará de la misma manera que en el teclado mecánico del Amiga.
10. The Dig (raulsangonzalo)
Para terminar esta segunda parte de Spreading the Retro-Sound, he decidido hablar de una de las más grandes obras maestras que he conocido en mi vida. Y su descubrimiento se lo debo a Ramón, y a su padre, unas personas muy allegadas y queridas por nuestra familia. Recuerdo muy bien aquel día en el que esperaba que llegara de trabajar y me habló de este juego, del clímax y el que se podría considerar como punto final de la empresa Lucas Arts.
Porque voy a permitir extenderme. The Dig fue gestado, criado y cuidado por el mismísimo Steven Spielberg, quién consolidó su idea como proyecto de película. Pero por cuestiones económicas fue inviable para el momento. Y en mi opinión, creo que es lo mejor que podía haber pasado. Porque hablar de The Dig, es como hablar de la obra de ciencia ficción que Arthur C. Clarke o Stanislaw Lem nunca escribieron. La historia vuelve a tomar la idea que relaciona el nuevo milenio con el apocalípsis, que hemos visto tanto en juegos, como libros, películas o conspiraciones, donde un gran asteroide se dirige hacia la Tierra. En este caso, este singular asteroide resulta ser el encuentro con un hijo de Rama (Si habéis leído Rendezvous with Rama, lo entenderéis), ya que dentro de esa forma caótica se encuentran los controles de una nave. Una nave que nos llevará a un planeta donde una antigua civilización vivía… o todavía vive.
En esta gran epopeya vuelve a acompañarnos la música de Michael Land. Si en otros juegos nos habíamos acostumbrado a su carácter más alegre y caribeño como en el caso de Monkey Island, esta vez, el bueno de Land nos lleva por un viaje impregnado de la esencia de Richard Wagner. Porque recuerdo leer hace mucho tiempo cómo el Anillo de los Nibelungos, y en concreto, el Ocaso de los Dioses, habían provocado en él una sensación de ensalzamiento y sublimidad. Y con eso, Michael Land compuso una banda sonora con un tono solemne, místico y oscuro, que armoniza a la perfección con cada uno de los lugares de este misterioso mundo. Una banda sonora que personalmente, me hizo interesarme mucho por la figura de Wagner. Como tema he elegido «The Ancient City», que comienza a sonar cuando excavamos en ese limo muerto, de ese planeta aparentemente muerto, y descubrimos lo que esconde en sus entrañas.