Spreading the Sound

Circa Survive es una de esas bandas que han pasado un tanto desapercibidas en nuestro continente, y solo la recomendación de una amiga me hizo interesarme en el personaje de Anthony Green. “Vaya voz” es justo lo que pensé nada más escucharlo, el flechazo fue inmediato y sin dudarlo empecé a buscar en los grupos de los que había sido parte, Saosin (mucha gente lo descubrió con esta banda), The Sound Of Animals Fighting, incluso en solitario tiene 6 trabajos publicados, pero sin duda, mi atención se centró en Circa Survive. 5 LP’s a sus espaldas y un magnífico primer EP avalan este último trabajo, sexto en su discografía, titulado «The Amulet» (2017, Hopeless Records)

Contar en tus filas con el talento de un guitarrista como Colin Frangicetto es un lujo para cualquiera, Green ya tocó con él tiempo atrás, y no dudó al abandonar Saosin volver a contar con sus seis cuerdas y su pedalera llena de efectos para la formación de un nuevo grupo, junto con Brendan Ekstrom como segunda guitarra, Nick Beard y Steve Clifford formando una excelente base rítmica al bajo y batería.

El álbum, desglosado en 10 canciones, empieza con una inconfundible marca de la casa, efectos de guitarra, voz desconcertante para introducir «Lustration«. Aunque nos tienen acostumbrados a unos inicios de disco de alta intensidad (aun retumba la primera escucha de su anterior disco empezando con «Schema») esta vez todo es más pausado, como si el inicio de un viaje se tratara, antes de salir a la autopista primera hay que salir de la ciudad y eso siempre implica otro ritmo.

«Never Tell a Soul» y «Premonition of the Hex» nos invitan a acurrucarnos en nuestro asiento y disfrutar de las vistas por la ventanilla, el paisaje es interior, gris, frio y la voz rota de Green nos hurga en lo más hondo para sacar recuerdos y sentimientos. Lo que consigue con su voz, es poco más que una genialidad, capaz de lograr las melodías más evocadoras, ambientales, emocionantes e intimistas y de repente romper en un estallido de rabia, furia e histrionismo dotando a sus canciones de una versatilidad y abanico de sensaciones poco equiparable a otras formaciones. Denominador común en todos sus trabajos.

Tunnel vision, se ven luces lejanas que rompen la monotonía del paisaje, reconfortan, arpegios, fantástico estribillo, líneas vocales aún mejores.

“We’ll always be the same”

Está siendo un viaje fantástico, distinto a «Descensus», más melancólico, como si todo estuviera mucho más comedido, pero sin perder ni un ápice de heterogeneidad e intensidad, todo tiene sentido. «At night it Gets Worse«, a veces es curioso como un título que pasa desapercibido durante tiempo, cobra todo el sentido del mundo, llega la noche, y todo se vuelve peor. Bajo y batería son la cama donde descansa todo el peso de la melodía, así todo funciona mejor. Riff “frangicettoniano” para «Stay«, esa línea de bajo…. El viaje llega a su ecuador y creo que es hora de acelerar.

«Rites of investiture«, un inicio con bajo distorsionado es síntoma que vienen curvas, breve pero intenso, a veces tengo miedo de que en uno de esos alardes de voz, a Green se le rompa una cuerda vocal, que animal.

Llega el cartel que anuncia el final del viaje, mientras suena «The Hex«, nos preparamos para el último tramo, siempre guardo lo mejor para el final, y cuando encuentro un disco que lo cumple, me reconcilio con el mundo. «Flesh and Bone» es preciosa, delicada, podría escuchar solo esa voz todos los días que me quedaran de existencia acompañada de esa guitarra y me parecería bien.

“Itching your skin ‘til it’s swollen and red
We never remember the Price”

Se acabó, «The Amulet» anuncia nuestro destino, que cantidad de armonías a la guitarra, detalles inapreciables y tan presentes al mismo tiempo, un último regalo en forma de verso final, para que las ganas de un próximo viaje nunca desaparezcan. Se para el motor.