La música siempre gana en profundidad y fuerza cuando toma una dimensión personal. Esto se aplica en dos sentidos, tanto en la forma en que el oyente es capaz de hacer suyas las canciones y redefinir su significado dándole un sentido propio, como cuando el músico nos regala una parte de si mismo en forma de canciones. No me parece algo indispensable para hacer buena música, la inspiración puede venir de numerosas fuentes y las formas de entender este arte son infinitas… pero sin duda para mi contribuye a que el vínculo sea más fuerte. Saber que el compositor ha decidido ser vulnerable y honesto, pues es algo que, de una forma difícil de explicar, sencillamente se percibe.
Esta fue precisamente la dirección que decidió tomar Aaron Marshall con Intervals desde la publicación de su anterior trabajo de estudio, «The Shape of Colour«. El djent quedó aparcado como parte del pasado, un estilo en el que se movía como pez en el agua y al que sabía aportar su marca personal, pero que se notaba que era más una búsqueda de encajar en la corriente musical del momento que de inquietudes artísticas. Pasar por una situación delicada de salud tras una importante operación le hizo replantearse su carrera. Y con el riff principal del tema que terminaría por llamarse «I’m Awake» la nueva etapa de Intervals dio comienzo, con la expresión artística como máxima a seguir.
«The Way Forward» es la nueva aventura sonora de Aaron Marshall, con un título y artwork que guardan un significado más elaborado del que se suele esperar un álbum instrumental. Con este disco Aaron ha tomado inspiración de su infancia a finales de los ochenta y principios de los noventa, desde sus recuerdos personales a todo lo que rodea la cultura popular, arte y estética de esa época. Para la portada ha colaborado con Tim Grove -a muchos os sonará su hermano Simon Grove, bajista de Plini y el encargado de la mezcla de este mismo disco- en la que con una clara influencia de Dalí y múltiples referencias a la niñez de Aaron, intentaron plasmar la quinta fase en «The Hero’s Journey» de Joseph Campbell: cruzando el umbral. Esta representa ese momento en el que el héroe -en la gran mayoría de historias, libros, películas…- sin tener poder de decisión, se ve arrastrado fuera su mundo conocido, dando comienzo el viaje. Analogía que puede reflejar el cambio en la carrera de Aaron, o un momento por el que pasamos todos en algún punto de la vida. La elección de «The Way Forward» como título simboliza el mirar atrás, a nuestras raíces, para coger el impulso necesario para seguir adelante.
Flow, groove, melodías pegadizas y mucha frescura. No se me ocurre mejor forma de sintetizar lo que vais a encontrar en «The Way Forward». Es un disco que tiene sobre mi el mismo efecto que su predecesor, insuflarme de energía completamente, y por otra parte de coger mi guitarra y practicar lo que no está escrito. Y en referencia a esto último, otro de los detalles que me resultan especialmente atractivos de la música de Intervals es que no busca ser «música para guitarristas». Sus estructuras claramente pop y el carácter catchy y rítmico de los temas, llenos de ganchos que se quedan grabados en el subconsciente, la convierten en música potencial para todos los públicos.
«Touch and Go» es directa y dinámica, mientras que los patrones aparentemente entrecortados de «Impulsively Responsible» esconden un groove contagioso a más no poder. La mayoría de los temas de «The Way Forward» tienen la capacidad de que no puedas reprimir la necesidad de mover la cabeza, y no hacerlo debería estar penado. Y si no escuchad «A Different Light» y ese delicioso toque latino, con uno de los mejores fraseos del disco a principios de la segunda mitad.
Para este álbum Aaron ha contado al bajo y co-producción con Cameron McLellan de Protest de Hero de nuevo, Nathan Bulla a la batería y Owane -conocido por sus EPs en la línea guitarril de Plini, David Maxim y cia- dándole una nueva dimensión a las canciones a través de los teclados y sintetizadores. Además con dos de estos músicos ha coescrito dos de las canciones del álbum. En el caso de Owane ha sido «By Far and Away«, el tema de estructura más atípica y detalles más jazzy y electrónicos. Para describirla nada mejor que este anglicismo: tasty. «Rubicon Artist» ha sido la que ha compuesto con Cameron, en una línea más técnica y math, con algún pasaje que me recuerda mucho a la clase de riffs que caracterizaba a los ingleses The Safety Fire.
«Belvedere» es el corte de influencias más marcadamente pop, que al principio se me hacía empalagosa, pero el gusto que desprenden sus melodías y los cambios más jazzy terminaron por ganarme definitivamente. Pero lo mejor de «The Way Forward» para mi se encuentra sin lugar a dudas en los dos últimos cortes: «The Waterfront» y «Leave No Stone«. La primera es la más evocadora, con un regustillo de optimista melancolía en la armonía y punteos con el característico deje tarareable. Desempeña un rol similar al de «Meridian» en «The Shape of Colour». Y «Leave No Stone» es la joya de la corona, lo tiene absolutamente todo, incluyendo una outro con un riff digno de Meshuggah pero grabado con una telecaster de seis cuerdas en afinación standard. Toda una lección de composición y buen gusto por parte de Aaron.
«The Way Forward» es un álbum que une dos grandes virtudes: la de sonar absolutamente fresco y accesible a la vez. Alejado del vanguardismo y experimentación de algunos de sus compañeros de escena como Animals as Leaders, consigue sin embargo resultar muy original, y con una coherencia y eclecticismo que hecho en falta en discos similares y me hacen plantearme que Aaron Marshall no recibe todo el reconocimiento que merece. Pero el tiempo lo pone todo en su lugar, y si continúa publicando trabajos así no dudo de que terminará por desatacar como una de las grandes mentes de la guitarra moderna.
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