Desde el norte de España, más concretamente desde Asturias, proviene una de nuestras mejores propuestas nacionales en lo que al metalcore se refiere, y en las siguientes líneas entenderéis el porqué. Teksuo llevan desde principios de 2005 trabajándose un hueco en la escena, de la mano de su frontman y creador Diego Teksuo. Este 2018 parece ser definitivamente su año.
Después de una demo y dos largas duraciones (“Jiang Shi” de 2009 y “Threnos” de 2012) más orientados al deathcore y el death metal, saltan a la palestra con “Diamonds” (2014) y la metalizada versión del clásico de Rihanna, que da nombre al EP (que por cierto está más que conseguida). El nuevo sonido más accesible termina por materializarse en “A New Way To Bleed” (2015). A finales del 2017 volvieron a la carga con el EP “Nure-Onna”, grabado, mezclado y masterizado en Erson Estudio (Asturias) y que dota a la banda de una nueva dimensión, más melódica y desenfadada, cargada de himnos y melodías que difícilmente podrás sacar de tu cabeza.
El comienzo electrónico de “One of a Kind” hace presagiar un estallido que indudablemente llega, y que con los primeros alaridos rotos de Diego te harán mover el cuello al unísono. Estrofas desgarradas y partes a voz limpia se van intercambiando magistralmente hasta que el estribillo descarga un torrente de absoluto poder melódico. Ese «and I’ll be dancing in the rain until the end of days… until the end» ya no me lo saco de la cabeza en un mes. Continúan con “Holes” y su sencillo pero eficaz riff inicial que se funde con una pausada estrofa donde la guitarra resuena con ligueras notas para que la voz lleve todo el peso dramático. Un estribillo marca de la casa vuelve a hacer acto de presencia, y si… este tampoco lo olvidarás en un tiempo. La fascinación de Diego por las melodías influenciadas por el pop de corte más moderno e internacional es evidente, donde en este nuevo lanzamiento deja florecer más que nunca, y que para mi gusto, combinan increíblemente bien con el nuevo feeling más accesible de la banda. No abusan de breaks, y las partes más extremas dejan espacio suficiente para trabajar las estupendas melodías vocales.
Pasamos del corte más neutral al más agresivo. “Visons of a Deadman” nos acerca a un sonido más americano, con muchas similitudes a los primeros Killswitch Engage (principalmente por esas partes semi-gritadas tan evocadoras) cosa que me encanta. Pasamos a la penúltima canción del EP y la que para mí es la joya de la corona. Con un groove de lo más pseudo-djent comienza “The Road of Life” para dar paso a una de las mejores estrofas, y como consecuencia a uno de los mejores estribillos (si, estoy obsesionado con los estribillos de este disco, pero es lo que pasa cuando lo hacen tan condenadamente bien). La voz de Diego suena tremenda en este corte y de nuevo su deje americano, incluso en la pronunciación, le da una calidad extra que no hace más que engrandecer el trabajo realizado. Sinceramente me dicen que estos chicos provienen de Massachusetts y yo me lo creo. Para acabar nos sueltan el bombazo de “Negative Breed”, con unos arreglos de teclado muy conseguidos y que resume perfectamente el espíritu del disco. Terminan con un memorable breakdown, como no podía ser de otra manera.
Teksuo se han marcado un disco directo, muy sencillo en su propuesta pero tremendamente eficaz. No buscan sorprender ni reinventar la fórmula, pero sí ofrecen cinco cortes tremendamente pegadizos y que compositivamente son perfectos. No hay fisuras entre ellos, está todo pensado al milímetro para atrapar y dominar al oyente desde la primera escucha. La única pega es que termine tan pronto, esperarémos con ansias otra nueva entrega de los asturianos.
Spreading the Sound 