El 8 de marzo ha cambiado. Ya no es un día más. Solo hay que abrir los periódicos, encender la televisión o navegar con nuestros dispositivos móviles para poder notar que este Día va a ser diferente al resto. La presencia e igualdad de la mujer aún se encuentra en el plato menos pesado de la balanza y en el caso que nos ocupa, la música no es ajena a esta situación.
En muchos aspectos de nuestro querido mundo musical se observa la poca o nula presencia de personajes femeninos en muchos ámbitos, sin ir más lejos, solo hay que consultar los carteles de los próximos festivales estivales. ¿Dónde están las mujeres? Sangrante es el caso en el que además ciertos festivales subvencionados en parte con dinero público, en los cuales se debería velar por la igualdad con más motivo la presencia de la mujer, es tristemente testimonial. Por supuesto no es menos reprochable esta ausencia en los festivales de promoción privada. Muchos se excusan en la agenda de los músicos o la falta de bandas femeninas, incluso algunas barbaridades mayores hemos llegado a leer en redes sociales poniendo en duda la cantidad y calidad musical de las formaciones femeninas. Necios ignorantes.
No pretendo politizar este espacio, aquí no hablamos de política, hablamos de nuestra pasión que es la música y sirva este humilde ejercicio como homenaje a todas esas mujeres artistas, algunas de ellas consagradas y otras muchas pequeñas heroínas anónimas que luchan por hacerse hueco en la música desde sus pequeños locales de ensayo. Te traigo un pequeño artículo en el que hemos querido hablar sobre algunas de nuestras artistas favoritas, de distintos géneros, distintas épocas y diferentes procedencias. Evidentemente, esto no es ni siquiera la punta de la punta del iceberg, hablar de la cantidad de mujeres que han cambiado el panorama musical nos daría para mucho espacio y de un interminable listado de mujeres seguramente encabezado por Carol King, Joni Mitchel, Janis Joplin, Björk… pero queríamos unirnos en este día tan especial y continuar así con nuestra labor de difundir el sonido de la manera que más nos gusta hacer, hablar de intérpretes menos «conocidas», labor que por otra parte intentamos y debemos continuar el resto del año.
¿Qué te vas a encontrar en este artículo? Pues ante todo talento y eso ya debe ser la única justificación necesaria para ser reconocida y valorada, pero además de eso, vas a encontrar a activistas de los derechos humanos, productoras que han decido serlo por no encontrar mujeres con ese cargo, compositoras, diseñadoras de sus propias portadas, personas, y todas con un mismo denominador común, el cromosoma XX.
Julie Christmas (jessmorell)
Julie Christmas es tan tan tan underground que a cualquier amador nato de lo impopular se le haya podido escapar en algún momento, como a mí, pero si no ha sido así y ya conocías a esta neoyorquina de talento insuperable, ¡felicidades, tú sí que vales! Yo daré la vaga excusa a la efímera vida de sus dos proyectos de referencia, su debut de noise-rock Made Out of Babies o a la súper banda de post-metal Battle of Mice con ex-componentes de Neurosis o Red Sparowes, entre otros – no es nada fácil dar con ellos. Mil gracias a Cult of Luna y a su último larga duración, ‘Mariner’ (Indie Recordings, 2016) en el que Julie fue la invitada de honor a las voces – obra maestra.
Rabia en el escenario es uno de los atributos de esta pequeña pero fortísima mujer, calma en sus ojos cuando la miras. Con dos álbumes en solitario (‘The Bad Wife‘, ‘Coextinction Records 5‘) y colaboraciones varias con artistas del nivel de Greg Puciato (The Dillinger Escape Plan) o Jeff Caxide (ex-Isis) entre otros, la voz de Julie Christmas es también profunda y sosegada pero desde luego, no apta para todos los públicos. Hacen falta un par de oídos sumamente entrenados para soportar con dignidad la arrolladora descarga de energía personificada que es la voz de esta súper mujer, un terremoto en estado puro de feminidad perceptible. El mes que viene cita exclusiva en el Roadburn, ¿y te lo vas a perder? Pues a mí que no me lo cuenten.
Annie Haslam: Renaissance (raulsangonzalo)
Una vez estuve con una chica que me preguntó: «pero bueno Raúl, todo eso del rock progresivo y música extraña que tú escuchas está muy bien, pero todos los músicos son hombres… qué pasa, que no hay mujeres en tu repertorio?» Y la verdad, es que esa pregunta me dejó un poco clavado en el sitio, pero la primera mujer que se me vino a la mente fue Annie Haslam, de Renaissance.
Y a día de hoy me sigue pasando. Quizás porque esta chica tenía razón y, sin darnos cuenta, la mayoría de muestras de arte que absorbemos cotidianamente, aunque seamos unos puretas, están dominadas por la presencia masculina. Pero sí, el día aquel que decidí investigar sobre Blackmore Night y topé con Renaissance, fue un punto de inflexión en mi fijación por la voz femenina. Y si a eso le sumamos que estamos en un terreno donde se mezcla lo progresivo con lo sinfónico y lo folk, con la cristalina voz de Annie Haslam, el resultado da uno de los mejores grupos y más excepcionales de los dorados 70. Y una de las mejores muestras es la música que crearon inspirándose en los cuentos de Scheherazade.
Stevie Nicks: Fleetwood Mac (raulsangonzalo)
Como no podía ser de otra manera, la gran Stevie Nicks no podía faltar tampoco en esta lista. Creo que hablar de Stevie Nicks tiene que ir acompañado siempre de la palabra revolución, pues no sólo asentó el cambio de rumbo de Fleetwood Mac hacia un estilo más soft rock/pop alejado del blues de Peter Green, sino que estableció muchas bases de la posterior música de los 80. Una especie de Princesa Leia del Rock, sin exagerar.
Quizás Rhiannon sea una elección fácil, pero es una canción que siempre me ha transmitido mucho, con la voz Stevie irrumpiendo con fuerza constantemente y luego flotando tan ligeramente. Y lo que la hizo aún destacar más es que no es hasta la cuarta canción del homónimo álbum de Fleetwood Mac donde Stevie cobra protagonismo por primera vez y de una manera casi legendaria. Para mí su voz es sublime y creo que muchas cantantes de hoy en día deberían pararse a escucharla. Porque su voz es natural y para nada pretenciosa… es, sin embargo, mágica e hipnotizante.
Agnes Obel (XaviSan)
Agnes Obel es una de esas personas dotadas de un talento innato para la música, talento heredado y fomentado por su madre y su padre, uno músico de jazz y la otra pianista en sus ratos libres, creció rodeada de instrumentos musicales y arropada por un país como Dinamarca que siguiendo la tradición de los países nórdicos, cuida y fomenta a los artistas. Y crecía aquella niña sin pensar en nada más que en su piano y en el objetivo de ser músico, y cuál fue su sorpresa a la hora de empezar a grabar sus primeros trabajos, que no encontraba mujeres para producir o mezclar sus canciones, no tenía un referente femenino de productor musical, de hecho, solo hay que buscar cualquier listado de los mejores productores musicales para encontrarnos con la asombrosa cantidad de cero mujeres en esos inventarios copados por los de sobra conocidos Quincy Jones, Phil Spector, Rick Rubin, etc, etc. Así es que, decidió que ella misma iba a producir y mezclar sus discos y empezó a partir de ese momento a trabajar para poder conseguir el mejor resultado posible.
Ese resultado lo puedes encontrar en sus tres discos de estudio, que la han catapultado a lo más alto de las listas como artista revelación. Si tienes la oportunidad de poder ver alguno de sus directos, tendrás la ocasión de recrearte con el delicado espectáculo visual y sonoro que es capaz de recrear esta compositora Danesa afincada en Alemania y su grupo de mujeres a los mandos de un sinfín de instrumentos de cámara inventando casi un nuevo género catalogado ya por algunos como «pop de cámara».
Nina Simone (XaviSan)
3 mil dólares fue lo que cobró Eunice Kathleen Waymon, más conocida para todos como Nina Simone, en concepto de derechos de autor por su canción «My baby just cares for me«, tema incluido en el anuncio de un famoso y caro perfume e incluida en la banda sonora de una famosa película. Según los expertos (esta frase me encanta) semejante éxito comercial le tendría que haber reportado alrededor de un millón de dólares. Esta no es más que una de las muchas injusticias que tuvo que sufrir Nina Simone a lo largo de su vida, tanto musical como personal.
De su calidad como pianista y cantante no vamos a hablar, porque si a estas alturas no la conoces, deja inmediatamente lo que estés haciendo y ponte a escuchar su música. Lo menos conocido de esta artista es la dura vida que tuvo, las dificultades para entrar en escuelas de música (mujer, negra y pobre), su continua lucha por los derechos civiles, de ser la primera mujer negra en actuar en el Carnegie Hall a hacerlo en locales de mala muerte, las interminables y agotadoras sesiones de grabación, composición y giras impuestas por su marido (entre paliza y paliza) y los trastornos mentales como secuela de todo esto, trastorno bipolar que no desapareció a pesar de huir de su marido y de su país, aterrada por el asesinato de Martin Luther King y la terrible relación con su esposo.
Una luchadora, un icono para muchas mujeres y hombres con una historia detrás aun desconocida por muchos y que quedó plasmada a la perfección en un reportaje nominado al Oscar titulado «What happened, Miss Simone?»
Caro Tanghe: Oathbreaker (andiros)
El rock y el metal siguen siendo todavía estilos mayoritariamente masculinos. Y antes de usar el manido recurso de que es sencillamente porque las mujeres no muestran interés por este tipo de música, quizás deberíamos de analizar un poco la escena y destapar todo el machismo que continúa latente… e intentar convertirla en un lugar más cómodo. Y esto es especialmente importante sobre todo por el elitismo que existe entre muchos aficionados frente a otros géneros musicales en lo que a la situación de la mujer se refiere. El público sigue juzgando y valorando en muchos casos a las artistas más por su físico que por su habilidad musical, y sigue habiendo letras, artworks y actitudes que ningunean, cosifican o infravaloran al cincuenta por ciento de la población.
Pero por suerte esto no es tan exagerado en muchos de los subgéneros, como pueden ser el post-hardcore/post-metal, donde cada vez hay más presencia femenina. Y Oathbreaker son ahora mismo una de las bandas estandarte de este fenómeno. Si he decidido incluir a Caro en la lista es, además de por la impresionante calidad de lo que hacen los belgas, principalmente porque rompe los estereotipos de lo que se suele esperar de una mujer liderando una banda sobre el escenario. Caro se muestra, simple y llanamente, humana. Ella mostrándose tal cual es, con sus miedos e inseguridades, resultando aterradora a la vez que cautivadora, y buscando la catarsis en forma de aullido o de susurro rozando la disonancia. Oathbreaker es una de esas bandas que solo con la honestidad que me transmite su música ya me ganan como seguidor. Y representan un golpe de realidad para todo aquel que cuestione la capacidad de la mujer en los géneros más extremos… los que no lo acepten ya saben dónde está la salida.
Anneke Van Giersbergen (thepot)
Lo que nadie duda ya a estas alturas es que Anneke Van Giersbergen es absolutamente maravillosa. Desde sus primeros e inexpertos pasos en The Gathering, pasando por el dúo Townsend – Van Giersbergen (el mejor dúo musical que ha dado el metal en los últimos años, y que gracias a dios, todavía sigue en pie) hasta su sensual y accesible trabajo en solitario. Anneke se ha construido una carrera sólida y camaleónica que hoy en día parece estar en su punto más álgido (por lo menos a lo que mediáticamente se refiere), pero el rostro de la eterna sonrisa prefiere no estancarse, y en su última andadura musical apuesta por un metal progresivo de altos vuelos, en el que le da forma bajo el nombre de Vuur.
Incansable y perspicaz lleva más de 20 años en el mundo de la música, y lejos de conformarse con ser la cara bonita de una banda de corte sinfónico, ha tocado géneros tan diversos como el doom, gothic metal, shoegaze, trip hop, metal progresivo o pop, y sin duda, ya era hora de que le llegara el reconocimiento que merece. Nosotros, fuera de lo habitual, preferimos mostraros la faceta más alternativa de sus álbumes en solitario. Álbumes como “Air”, “In Your Room” o “Everithing Is Changing” donde, fuera de los focos y los grandes medios, Anneke se permite explorar terrenos más ligados al pop rock y el rock alternativo, siempre desde una mirada intimista y melancólica.
Chelsea Wolfe (jessmorell)
El otro día me encontré con un meme que decía: “Chelsea Wolfe is just Evanescence for Isis fans”. Más verdad o más mentira, me quedo al margen de la opinión de la gente pero me viene como anillo al dedo como introducción de esta pequeñísima entrada sobre esta señoraza que es la norteamericana Chelsea Wolfe en conmemoración del Día Internacional de la Mujer.
Guitarra en mano y alta distorsión envueltas en un finísimo y transparente velo oscuro de rica dulzura es lo que define a Wolfe, una artista humilde, discreta y elegante como pocas, dentro y fuera de la escena metálica. Influencias varias que van desde el drone o black metal al folk, pasando y revolviéndose por el sludge o doom, esa mezcla y superposición de agresividad y pesadez que tiene su distorsionado sonido tan marcado en conjunto con su melancólica voz, la lleva a experimentar algo nuevo con cada disco. Gracias a Russian Circles con su canción “Memorial”, esta mini joya femenina del post-metal entró a formar parte de mi día a día y ya os la recomendé hace un tiempo a través de nuestra sección de la “Canción de la Semana”. ‘Pain is Beauty’ (Sargent House, 2013) o ‘Abyss’ (Sargent House, 2015) son sólo dos de sus más aclamados discos, sólo una pequeñísima muestra del nivel de esta gran guitarrista, cantante y compositora, pero hoy me quedo con mi tema preferido de su último disco, “Hiss Spun” (Sargent House, 2017), «Vex«, corte en el que colabora a la voz otro grande del post-metal, Aaron Turner (ex-Isis, Sumac) con sus tan característicos guturales. Un tema para quedarse bien a gusto.
Yvette Young: Covet (andiros)
Yvette Young es conocida sobre todo por su papel como líder y principal compositora de la banda de math-rock Covet y por formar parte del rooster de la marca de guitarras Strandberg, pero su trabajo va mucho más allá. Además de ser una virtuosa de la guitarra eléctrica, también se defiende sobradamente a la acústica, el violín y cantando –como plasma en su EP en solitario “Acoustics EP” – pero es que su talento desbordante abarca también el piano, el ser la encargada de todos los artworks de sus proyectos además del de otras bandas, e incluso tatuar. Y resulta bastante frustrante ver como a sus impresionantes habilidades muchos le restan importancia solo por ser mujer.
¿En qué me baso para decir esto? En los comentarios de la comunidad sobre todo. No es extraño ver a gente decir que el hueco que se ha ganado en la escena es solo por ser chica, por ser atractiva, o que está sobrevalorada… Esto se aplica también a lo que sufren otras artistas como Sarah Longfield de The Final Constant. Y mientras tanto bandas del mismo estilo se dedican a usar a mujeres en sus videoclips como simples floreros o reclamo sexual… seguro que muchos sabéis a que grupos me refiero. Aún queda mucho por avanzar en materia de igualdad dentro de la industria musical, más de lo que la mayoría quiere reconocer.