Hace años os hablé de «Soon It Will Be Cold Enough«. Y es que, pese a que ha pasado tiempo desde que Emancipator publicara su primer largo en 2006, me parecía absolutamente necesario dedicarle el espacio que merecía en Spreading the Sound. Por que es uno de los discos de electrónica en general, y concretamente dentro del trip-hop, que más cautivadores me resultan. Presenta todo los elementos del género de la mejor forma posible –grooves sencillos e hipnóticos, uso del sampling y mantras, melodías deliciosas de guitarra, violín y sintetizadores-, y todo encima con una producción muy sencilla pero muy efectiva. El enfoque compositivo del disco representa a la perfección la filosofía de «menos es más». Minimalismo puro y duro.
En otro artículo también plasmé mis impresiones sobre «Seven Seas«, el primer trabajo desde su debut que consiguió engancharme de verdad, ampliando su paleta de sonidos dejando entrar nuevas influencias frente a los dos anteriores demasiado continuistas. El año pasado publicaría su quinto trabajo de estudio, «Baralku«, al que no pude dedicarle el tiempo que merecía… pero ya he enmendado mi error, y más vale escribir tarde sobre él que no hacerlo.
Disfrutar de los nuevos lanzamientos de Emancipator deben partir de la premisa de que, al menos para mi, no va a poder superar el nivel de su debut. Si, su música puede sonar cada vez más colorida, con matices más variados, lineas de bajo infecciosas, y la producción mejora bastante. Pero hay algo primitivo, puro en la esencia de los cortes de «Soon it Will Be Cold Enough», que hace que todo lo siguiente palidezca en comparación. Dicho eso, «Baralku» está lleno de temas interesantes, manteniendo esa capacidad característica para transmitir calidez y vibraciones de bienestar. El violín continúa siendo marca de la casa, así como los beats lentos y sugerentes, siendo el uso de sintetizadores y las aportaciones vocales con deje soul las que más se desmarcan de sus orígenes pero sin salirse de los cánones del trip-hop.
«Goodness» presenta una guitarra marca de la casa, con unos acordes y ritmo con un flow de sensaciones veraniegas, mientras que en cortes como «Time for Space» apuesta por desarrollos más largos y mezclar su base electrónica con influencias clásicas orquestales. Para la sección he elegido «Ghost Pong«, lenta, groovy y evocadora, con una melodía de violín que te hace volar. Básicamente, todo lo que quieres en tema clásico de Emancipator.