No nos gusta repetirnos en Spreading, pero últimamente han pasado cosas muy curiosas. Y es que la vida nos lleva a veces por caminos muy distintos que, por azar o destino, acaban cruzándose en el mismo punto. A la mente me viene rápidamente Radiohead. El caso es que siempre he tenido una cierta afinidad hacia la música electrónica, quizás porque desde muy pequeño nombres como Kraftwerk, Ultravox o, aunque más pop, Depeche Mode estaban siempre al acecho en mi casa.
Y no lo voy a negar, a mí Pendulum no me gustó al principio. Lo veía demasiado animal e instintivo. Quizás porque tenía demasiados prejuicios y no podía pararme a escucharlo detenidamente. Luego llegó Steven Wilson y su colaboración con «The Fountain». Ahí ya había un acercamiento. Y, vaya, me encantó. Todavía recuerdo bajar del volcán Santa María en Guatemala corriendo a toda leche cuesta abajo, con Pendulum escuchándolo a todo volumen. Pero la historia no acaba ahí. Me acordé de Joe Satriani y su Engines of Creation, donde indagó en terrenos electrónicos y hasta de drum and bass. Pero sin embargo, lo que más destaco, como experiencia personal, es que el hecho de meterte a mezclar y producir música hace que tus oídos se desarrollen aún más e incluso quieras probar cosas nuevas. Y te das cuenta que la música de la radio actual está super bien hecha. Y Pendulum, pues no podía ser menos. Y a mí eso me sorprende muchísimo, sinceramente.
El disco «Hold Your Colour» destila mucha más frescura que sus álbumes posteriores, ya que sentaron cátedra en el género, mezclando a la perfección las formas del rock con la electrónica y el drum and bass, e incluso definiendo el futuro de la música del milenio., en mi opinión. Hay verdaderos temazos como «Plasticworld», «Sounds of Life», «Out Here» o el homónimo (e incluso «Tarantula»), pero ya que hemos mencionado a Satriani, me decanto por «Girl In The Fire». Un tema con cierto aire entre latino y de rock sureño, con guitarras revertidas que se intercalan en la mezcla y con una orquestacion que deja mucho espacio cuando los diferentes instrumentos toman el control. También destacar ese solo de guitarra eléctrica, que aunque no sea una maravilla, le da un color especial a la canción. Una canción memorable y perfecta para una apacible tarde de domingo.
Así me pongo al día de lo que escuchan los jóvenes hoy día. Un blog interesante.
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