Uno de los guardianes, apostado en el telescopio vigía, se sobresaltó y trastabilló, tropezando con uno de sus compañeros.
–Están aquí –susurró con voz titubeante.
–¡Qué vengan! Prefiero morir, antes que doblegarme –exclamó el capitán, alzando la cabeza y cerrando sus garras con furia.
–Pero… son demasiados. No hay nada que hacer.
–Imbécil –el capitán le cruzó la cara de un manotazo–. Somos los guardianes de este planeta. La última resistencia. Si morimos, será luchando, defendiendo a los nuestros.
Mirando alrededor, a sus atemorizados soldados, el capitán se irguió cuan alto era, recuperó uno de los rifles láser apilados en un rincón y se dispuso a arengar a sus tropas por última vez.
–Recuerdo –comenzó con una voz suave pero autoritaria– cuando no erais más que unos ridículos reclutas. Nadie os tomaba en serio, nadie comprendía vuestro deseo de luchar por una causa ya perdida, de desperdiciar vuestras vidas en un fatuo intento por detener al enemigo. Nadie entendía –una lágrima se deslizó por su mejilla–, nadie entendía que en vuestros corazones se escondía un anhelo más profundo, más que la simple valentía, más que el mero coraje.
El capitán se dirigió al telescopio y echó un vistazo. Los atacantes invadían el cielo nocturno con luces incandescentes, igualando en número a las estrellas.
–Es lo que vuestros corazones escondían, el amor por esta Tierra, por sus habitantes, sus animales y plantas, sus ríos y montañas, lo que os ha empujado a sobrevivir, a luchar, palmo a palmo, hasta este momento. Y ahora os pregunto –miró a todos lentamente y alzó la voz–, ¿no podemos hacer un último esfuerzo, dejar atrás nuestros temores, y echar a esos cerdos de nuestra casa?
El bramido resonó en aquel espacio pequeño y cerrado de forma brutal.
–¡Dino-fuerza, por todo lo que amáis, preparad vuestras armas, afilad las garras, pues el fin se acerca!
Y eso es lo que me imaginé cuando oí este EP, Dinosaur Warfare – Legend of the Power Saurus, de los germanos Victorius. Ahora analicemos el caso. Del anterior relato podemos deducir tres hechos imprescindibles para el análisis del disco. En primer lugar, podemos decir que debería recordar darle cuerda a mi cerebro con regularidad para evitar embolias similares. Segundo, el disco me ha gustado mucho, dado que no suelo dedicar una atención tan prolija a algo que no me interesa mucho. Tercero, los cinco temas más la intro que conforman el EP están compuestos a modo de divertimento, y siendo estas tan poco serias, alcanzan un gran nivel de sorpresa y calidad que las hace irresistibles al oído ya cansado de power metal clónico.
Que no se me malentienda. En lo musical, todo se basa en los clichés más puros del power metal épico, pero o bien esto es una clara parodia intencional, o mi detector paródico esta averiado. El hecho de que sea un guiño demasiado evidente a la expansión del juego Far Cry 3 – Blood Dragon, juego en el que viajamos a los ochenta al mando de un cyber soldado en una isla llena de dinosaurios, comunistas y otras cosas super chulas a las que exterminar hace el efecto cómico aún más evidente. Está claro que todos los ingredientes aquí están molidos y mezclados en una masa que no puede ser más ridículamente espesa y fantasiosa. El resultado, como podéis esperar, es genial –y aquí no hay nada de ironía, lo juro–, es algo que ya hemos oído tantas veces, solo que llevado tan al esperpento, que le va a la perfección al tema conceptual del disco. Analicemos brevemente los seis temas del EP para dar fe de la calidad de la banda.
Dado que nos encontramos ante un grupo de power metal épico, es menester empezar con una introducción instrumental épica, lo cual curiosamente no han hecho. Han contenido un poco las ansias a favor del producto y nos han otorgado algo coherente con la historia que van a representar, que es ni más ni menos una batalla entre dinosaurios y aliens con armas láser. Algo simple y efectivo, ciencia ficción de altos vuelos, lo que uno necesita para ponerse a tope nada más levantarse, o antes de ir a trabajar, o mientras caga un zurullo del tamaño de un animal prehistórico. A este efecto, la intro “Saurus Infernus Galacticus” –¿Saurio Infierno Galáctico?… o suena mal a propósito o querían seguir el famoso axioma: si escribes en latín, hazlo mal–, nos deleita con unos sonidos ambientales peliculeros que nos anticipan lo que vamos a escuchar.
La música comienza en “Dinosaur Warfare”, y lo hace de la mejor manera que podíamos esperar. El augurio se consumó, y las rimas forzadas plagadas de palabras rimbombantes de la lista Schindler del power metal, con vocablos elegidos para ser salvados del exterminio tales como fire, land, glory o return no tardan en llegar. Por supuesto esta gente no son John Williams, pero la música es realmente divertida, los versos fluyen como la mantequilla en una tostada, el estribillo está tan lustrado como los zapatos de los domingos, los coros invitan a levantarte del sofá y hacer el ridículo cantando a pleno pulmón… todo en su conjunto te hacen creer que Dios y su barba han bajado de ahí arriba para entregar a estos chicos los 10 mandamientos –¿o eran siete?– de la canción de power perfecta.
La sensación no cambia cuando uno escucha el estribillo de “Legend of the Power Saurus”, de tal grado de refinamiento y preciosismo, una exquisitez y una finura que podrías romperla de un soplido como el más fino de los cristales. El tema sigue el rollo divertido, rápido, alegre y épico del anterior, sin cambiar la estructura, pero dándole un toque un pelín más serio, si es que eso es posible. Es posible, desde luego, al menos viendo el título de la siguiente canción, “Lazer Tooth Tiger”, que te ayuda a darte cuenta de la importancia de la seriedad y la sobriedad en este EP. Un poquito de epicidad a lo Gamma Ray, un poquito de velocidad a lo Dragonforce, se mezcla con una pizca de clase, nos quitamos la camiseta, nos colgamos una espada de plástico del cinturón y ya tenemos todo el paquete para disfrutar al máximo. Se me olvidaba, para los amantes de estas cosas, existe un lyric video a disposición del consumidor, con su rollito ochentero videojueguil. Ahí lo dejo.
Nos queda el finalazo, y no es más de lo mismo, fíjate tú. “Razorblade Raptor” no puede ser más descriptiva, la contienda está al rojo vivo, y la música está a la altura. Los riffs son más cabalgantes, más emocionantes, más heavy, las melodías vocales más afiladas, el estribillo más agresivo y cortante, el solo más sobrio… todo presagia un clímax, que llega con “Flames of Armageddon”, cuyo tono, esta vez sí, más serio la pone ligeramente aparte del resto de temas, como si no perteneciese a este disco. El Armagedón ha llegado, todo es oscuro, tanto la letra como la música se vuelven desesperanzadoras, poniendo un final que podía entreverse en la anterior canción, y cuyo cariz más angustioso contrasta, con excelentes resultados, frente al cachondeo que radiaba todo en un principio.
Como conclusión podría seguir la historieta del principio y darle un final a la emocionante contienda entre cibersaurios y alienígenas, pero sería un poco repetitivo, así que… qué mejor si pasamos de la narrativa a la poesía. Aquí tenéis un pequeño fragmento de “Lazer Tooth Tiger”, yo con el permiso de los presentes, me retiro a disfrutar de una buena tarde de buen power metal, emocionantes aventuras, dinosaurios y tigres cibernéticos que disparan láseres por la boca –y probablemente por otros orificios, para tener cualquier flanco cubierto–, y extraterrestres que no tenían otra cosa mejor que hacer que proporcionar la excusa perfecta para el álbum más absurdo de 2018.
Once there was a tiger
a lost and lone survivor
a fallen king of the ancient animals
Extraterrestrial forces
transformed him
into a killing machine
indestructible
ultimate beast!
Armed with claws
made of steel
and high advanced technology
From the dark he will rise
shooting lasers at night
across the horizon
the tiger will fly
Spreading the Sound 