Nueva Zelanda nos trae un regalo en forma de música, y es esta gran banda de post-rock llamada Jakob. Sus miembros son Jeff Boyle a la guitarra, Maurice Beckett al bajo y Jason Johnston a la batería. Se formaron en verano de 1998, y desde entonces han tenido la oportunidad de publicar muchos trabajos (3 álbumes, 2, EPs y 3 singles), girar con grandes bandas como Isis por Europa en 2008 y Tool durante su tour australiano de 2011. Les conocí a través de un amigo y me hallo inmerso en el descubrimiento de su discografía. Lo primero que escuché por su recomendación fue este Solace, su última referencia (2006), una obra maestra publicada a través de Midium.
Lo primero que me llamó la atención de Jakob fue la simplicidad de la formación, un trío clásico compuesto por guitarra, bajo y batería, sin voces. Pocos pero bien avenidos como diríamos en la calle, ya que los tres instrumentos encajan a la perfección a lo largo de todo el trabajo, cubriendo todo el espectro sonoro, aportando distintos matices en los crescendos de los temas, pero sin dejar fisuras. Suena muy completo.
Centrándonos en Solace, el rol de la guitarra no es protagonista, sino de jugador de equipo, pinceladas de delay y reverb hacen que su aportación sea más ambiental, añadiendo capas de texturas y arreglos a los temas a medida que crecen. El bajo y la batería llevan el peso de los temas, suenan compactos, compenetrados y no escatiman en distorsión, en el caso del bajo, o en fills apoteósicos desde la batería para marcar las transiciones entre secciones y aportar ese plus de intensidad requerido. Son muchos los detalles instrumentales, que además de ser ingeniosos, están justo donde deben estar y en la medida en que debe hacerse para no caer en el abuso.
Podéis escuchar el álbum de forma gratuita en el siguiente reproductor:
El tracklist es el siguiente:
1) Malachite: son el bajo y la guitarra los que inician el álbum, y después de una breve intro comienza la batería. El motivo principal es melódico, y me transmite una sensación de relajación, como si flotase en el aire, para después dar entrada a lo que vendría siendo el estribillo. Alternan ambas partes, y cada vez que vuelven a la anterior lo hacen enriqueciéndolas. Sin palabras para describir el estribillo final. Una de mis favoritas. Por cierto, la malaquita es un mineral, cosas que aprendemos gracias a la música.
2) Pneumonic: texturas guitarreras dan paso a la entrada de la batería, y al poco entra el bajo, para crear una base rítmica dura y precisa que nos acompañará durante la primera mitad del tema. Después viene un corte, la guitarra incorpora el wah, el bajo pisa la distorsión y se inicia un caos controlado que es uno de los momentos más agresivos del álbum.
3) Lonesome: este corte comienza con una línea de bajo melódica con un tono limpio, después se añaden unas texturas de guitarra muy dulces y la batería lleva un ritmo muy suave, percusivo. Una breve pausa con acordes algo melancólicos permiten tomar aire antes de volver a un desarrollo similar al anterior, pero con mayor intensidad. Es un tema que en ningún momento deja de crecer, muy progresivo. Al final, tras la tempestad llega la calma.
4) Oran Mor: una expresión gaélica bautiza este tema, podría traducirse por gran canción o la gran melodía de la vida. Otro de mis favoritos, muy preciosista. La base rítmica es precisa, y fluye con facilidad hasta entrar en otro momento de distorsión, wah y caos controlado. Todo círculo acaba cerrándose y el tema termina del mismo modo que comienza.
5) Safety in Numbers: la caja de la batería marca el paso del tema, con algo de experimentación en el aspecto percusivo del instrumento. Aparte de esa innovación, el tema no tiene nada que le dé una personalidad clara como ocurre con los anteriores. Es agradable pero también algo prescindible.
6) Everything all of the Time: feedback en la guitarra en la introducción, un recurso que todavía no había aparecido. La rítmica del tema fluye con mucha suavidad, y las texturas le dan un toque futurista. Poco a poco entra la distorsión y unos coros muy sutiles, siendo la primera y única vez en la que Jakob incorporan voces. Tras el momento de furia, otro de distensión, donde la superposición de capas de guitarras se encargan de este momento de descanso.
7) Saint: ya desde las primeras notas se intuye un cierto aire de despedida. Un tema pausado, melódico y algo melancólico para cerrar Solace. Lo que bien empieza bien debe terminar, y en un trabajo de este tipo es de gran importancia que el disco cierre, poner fin al desarrollo que se ha estado trabajando durante casi una hora. Tranquilidad y sosiego para despedir un magnífico álbum.
Actualmente, Jakob se encuentran trabajando en su próximo álbum, Sines, que verá la luz a mediados de octubre de este 2014 y que no lo va a tener nada fácil para superar el listón de su predecesor, una obra maestra. De momento me conformaré con escuchar sus trabajos anteriores para que la espera no se me haga tan larga. Espero que disfrutéis de Solace y crezca en vosotros del mismo modo que lo ha hecho en mí.