Noruega. Principio de los noventa. En esta decada y lugar surgió la que es una de las escenas que más polémica ha generado dentro de los géneros más extremos. Y desde luego hay razones para ello: satanismo, quema de iglesias, varios asesinatos y una minoría de bandas con tendencia a la extrema derecha. Con estos ingredientes, muchos os preguntaréis que puedo encontrar de atractivo en ella, pero existe algo dentro de este estilo, y concretamente de la escena noruega, que me atrae irremediablemente. Con todo esto me estoy refiriendo al black metal, por supuesto.
Mi conocimiento de esta rama del metal todavía es más bien escaso, ya que por su característico sonido (y todo lo que se esconde detrás de él) prefiero internarme poco a poco, vadeando sus fangosas aguas y seleccionando las obras que capten más mi interés. Ya llegará el momento de que sumerja en la discografía de grandes nombres como pueden ser Emperor o Dark Throne (o Burzum, artista del que ya he catado alguna obra de calidad apabullante, pero ensombrecida por el «individuo» que es Vikernes).
Hoy vengo a hablaros de la que es mi agrupación favorita dentro del género. Aunque progresivamente su estilo ha ido evolucionando hasta separarse completamente de sus oscuras raíces para abordar sonidos más cercanos a la electrónica, la trilogía con la que Ulver arrancó su carrera pertenece claramente al movimiento noruego de black metal, pero con matices en su sonido que lo separan de la mayoría de bandas. Líricamente se centraban en temas relativos a su folclore nacional, obviando el predominante satanismo o las letras misantrópicas, mientras que su propuesta en lo musical incluía coros, guitarras acústicas, voces limpias o flautas, que lo acercan más al folk. Todo esto se puede apreciar en ese perfecto debut que es «Bergtatt”, posiblemente mi disco favorito del género.
Sin embargo en este artículo prefiero centrarme en el que fue su segundo disco de estudio. En este directamente el black metal queda relegado a la atmósfera general del álbum, ya que carece de elementos indispensables del estilo, como las guitarras cargadísimas de distorsión (ni siquiera hay guitarras eléctricas) o los gritos agudos. En su lugar, “Kveldssanger” tiene por protagonistas guitarras clásicas, cello, arreglos orquestales y un estilo de canto coral que recuerda bastante al propio de los monjes gregorianos.
“Kveldssanger” (traducido como “Canciones del Crepúsculo”) ahonda en todos los elementos propios del folk noruego que presentaba «Bergtatt”. Eliminando de la fórmula toda brutalidad propia del black metal, queda un trabajo oscuro, nostálgico, atmosférico y emotivo. En entrevistas posteriores Garm (pseudónimo de Krystoffer Rygg, la mente que se esconde detrás de Ulver) ha declarado que lo considera un “intento inmaduro de crear un álbum clásico”. A mi personalmente me parece una autocrítica exagerada, considerando la calidad de las composiciones ante las que nos encontramos.
Entrando en lo que es el tracklist, vemos que el denominador común de casi todos los cortes (con la salvedad de algunos, hay un par en el que las voces se llevan el protagonismo absoluto) son las guitarras arpegiadas, llevando la melodía principal en cada uno de los temas, algunos siendo, como “Høyfjeldsbilde” o «Kveldssang», instrumentales. Esta generalmente suele contribuir a la creación de atmósferas oscuras, evocando los montes escandinavos. No desentonaría como banda sonora de un juego de la saga “The Elder Scrolls” (los que hayan jugado a Skyrim lo comprenderán).
Con la salvedad del tema de cierre todos tienen una extensión bastante reducida, como si fuera el disco una colección de relatos breves. Pero la verdad es que no se echa en falta más duración. Además, es un disco en el que, aunque los temas no estén hilvanados con una fluidez absoluta, se disfruta mucho más degustándolo de principio a fin.
Si tuviera que elegir algún corte como favorito, seleccionaría el de apertura y el de cierre. «Østenfor sol og vestenfor maane», y especialmente «Ulvsblakk», me parecen los más sólidos individualmente, siendo además para mi los que representan mejor lo que te vas a encontrar en el LP.
“Kveldssanger” es un disco imprescindible. Coge la esencia de un género bruto, sucio y animal, y la reproduce en un disco prístino e impecable. Si tuviera que criticarle algo sería lo impronunciables que son los nombres de las canciones (y del álbum). Obviamente tienes que acercarte a él dejando atrás todo tipo de prejuicios, no esperes encontrar black metal en estado puro. Y aunque los cantos gregorianos quizás te causen rechazo, dales una oportunidad. Descubrirás que te encuentras ante una obra de gran belleza.
Gran crítica
Muchas gracias!! Me alegro de que te haya gustado 🙂