Ulver, lobos de la experimentación

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Más de 23 años de actividad arrastran ya los noruegos Ulver con 13 discos de estudio e incontables EPs, varias colaboraciones y bandas sonoras, un colectivo musical con un clarísimo eje que apunta hacia el Arte en mayúsculas. Quién hubiese jamás dicho hace 20 años que estos nórdicos peludos pudiesen dejar atrás y bien lejos el black metal que les vio nacer y crecer, y es que sólo con sus tres primeros álbumes, conocidos como su ‘Black Metal Trilogy (1993-1997), ya consiguieron reconocimiento dentro de la escena metalera para rebelarse contra cánones preestablecidos, mutar y no saciarse nunca de evolucionar. Cabe decir que el único superviviente en esta loca y aplaudida aventura es su fundador y cantante Kristoffer Rygg aunque su teclista y programador Tore Ylwizaker sigue fiel desde que tomaron la andadura de la reinvención en 1998, y dos años más tarde Jørn H. Sværen.

Ulver cayó en mis manos durante la primera mitad del año 2009 en una época en la que yo requería de muchas guitarras rabiosas pero al mismo tiempo agradecía melodías para mis momentos universitarios más tensos. Durante muchas horas de estudio me acompañó en mi solitud el que es su segundo disco, ‘Kveldssanger‘ (1996), y por tanto, considerado como black aunque cabe matizar que se trata de un disco completamente en acústico, con muchísima influencia folk y música tradicional noruega con toques a lo Opeth (o viceversa) y que cualquiera podría digerirlo con relativa facilidad. Este disco fue otra puerta abierta más hacia el post, que me supuso descubrir a los ya separados Agalloch.

Aunque nada de lo que hagan actualmente Ulver tenga ya relación alguna con el Black más ortodoxo y puro encarnado como ‘Nattens Madrigal’ (1997), es importante ser consciente de que su manera de concebir la música como arte ya queda patente desde bien su comienzo cuando ninguna obra dentro de la Trilogía es ni igual ni parecida, toda una declaración de intenciones, una mirada puesta al futuro, al cambio y a la adaptación que requiere cada etapa del proceso evolutivo.

En 1998 ‘Themes from William Blake’s The Marriage of Heaven and Hell’ marcará un antes y un después dentro de su discografía por ser el disco que se sale del perímetro estético black para desdibujarse hacia otras dimensiones totalmente distintas y acariciando así, dentro de toda la amalgama de experimentación, la electrónica, el industrial o el spoken word a modo de recital y con voz totalmente limpia. Aunque un disco raro cuyo primer corte inevitablemente hace acordarme de Faith No More, no muy inmediato y fácilmente odiado por los más puristas, sí que recomiendo escuchar temas como “Proverbs of Hell, Plates 7-10”, con toques drum & bass y una duración de más de 9 minutos, o “Plate 11”, una de las pistas con vocalista invitada. Cuando te das cuenta de que se trata de la entera transcripción de esta obra romántica del escritor inglés de finales del siglo XVIII William Blake, te impone un serio respeto hacia lo que será el comienzo de una clarísima y palpable maestría dentro del progresivo y la experimentación.

Pasarían dos años para que el siguiente álbum viese la luz, ‘Perdition City’ (2000), el que es para mí el más significativo y el que de momento más ha conectado conmigo, 100% electrónico con influencia jazz e introducción de trompeta, pero ¡qué pedazo de disco, qué obra maestra, qué potencial! Me quedo sin dudas “The Future Sound Of Music” que podría estar escuchando en bucle sin parar y que hace autotransportarme casi sin querer hacia un mundo futurista paralelo. 17 añitos han pasado y quién lo diría.

Más orquestal pero sin dejar de ser oscuro es ‘Blood Inside’ (2005) sacado cinco años más tarde después de múltiples EPs y colaboraciones varias (por ejemplo con la banda americana de drone Sunn O))), muy interesante y que volverán materializando un disco de estudio más tarde, ‘Terrestrials’ (2014)), es un disco no para todo el mundo y que incluso a mí aún me está costando. Un tema que resume toda esta extraordinaria locura entre toques clásicos y jazz podría ser “In The Red”.

Shadows of the Sun’ (2007) es sin embargo lento, trágico y depresivo, melancólico y triste,  términos que quizás te hagan negarlo en un primer momento pero que al entender tal descomunal belleza te hará amarlo de principio a fin esos días de lluvia en los que sólo te apetece quedarte en casa tranquilo. Un salto masivo que descompone, un estilo completamente distinto a todo lo anterior, un continuo proceso de incesante evolución. «Solitude» es la cover que hacen de Black Sabbath, es simplemente mágica.

Ulver dejarán de ser un trío para pasar a ser cuarteto con la incorporación del inglés Daniel O’Sullivan al frente de la guitarra, el bajo o los teclados y los siguientes discos no son más que más y más pruebas de aptitud y talento. ‘Wars Of The Roses’ (2011) y ‘Childhood’s End’ (2012) continua la senda de la experimentación con la unión del jazz, industrial, electrónica y hasta rock psicodélico, mientras que ‘Messe I.X-VI.X’ (2013) es mucho más siniestro si cabe. Es curioso porque el corte instrumental titulado “Glamour Box (Ostinati)” es como si les hubiese servido de base de composición para otra canción, de hecho mi preferida de esta última y actual etapa, en su penúltimo disco ‘ATGCLVLSSCAP’ (2016), “Glammer Hammer”, y bien, después de investigar esto un poco, efectivamente hay además otras distintas entradas en que partiendo de composiciones anteriores, se encargan de reinterpretarlas una vez más. Comprobadlo vosotros mismos.

Como os comentaba antes, en 2014 Sunn O))) contribuyó positivamente con el legado de Ulver con ‘Terrestrials’, un álbum con tan sólo tres cortes ambient/drone totalmente improvisados y en directo. Si no estás acostumbrado a escuchar drone, puede que este disco no lo acabes de entender pero tranquilos, que al final todo llega con un poco de paciencia, predisposición y mente abierta.

Y terminamos con el reciente y último disco, el número trece de la lista ya, que lleva por nombre ‘The Assassination of Julius Caesar‘ (2017) y que tuve el honor de presenciar su primer directo tocado por entero en su intervención durante el Roadburn Festival, como ya os explicaba en mi crónica en mi paso por Tilburg. Un disco más relajado y también más pop aunque siempre con su personal toque oscuro y electrónico con interminables ansias de experimentar a cada paso que dan.

Como va siendo habitual, la edición del Be Prog! de este año en Barcelona cuenta con importantes figuras dentro de la escena progresiva y desde luego Ulver será uno de esos platos fuertes que no debéis perderos por nada en el mundo. Aunque opten por tocar sólo el último disco, es una formación que merece todo nuestro respeto y más y con un directo que realmente te hará rizar cada pelo de tu cuerpo. Imprescindibles.

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