Han llegado historias lejanas de una banda de hard rock/metal melódico de Valencia que acaba de sacar EP, y como buen súbdito que soy acudo raudo a la llamada. Esas mismas historias cuentan que la banda la componen X. Sparks y Vince Seventh a las guitarras, Pablo a la batería, Inox al bajo y Lory RoxX a la voz. El nombre que nos trae el viento es Seventh Hell, y su primer trabajo el EP «We are burning!«
Lo primero que me llama la atención y atrae mi escurridiza memoria es Halestorm, mi placer culpable de hace unos años. ¿Recordáis aquella banda que ganó absurdamente el Grammy allá por 2013? El caso es que los Seventh Hell me han recordado mucho a ella, tanto por la voz de la cantante como por el estilo de hard rock moderno con tintes de grupos como Gotthard. Los valencianos tienen sin embargo un rollo más potente, con riffs más trabajados y bases rítmicas más duras. Añádele un puntito macarra a lo Skid Row o Guns, mézclalo con un sonido más pesado que el común denominador del hard rock y una gran producción a cargo de Raúl Abellán –de quien ya hemos hablado varias veces por aquí–, y ya tienes la mezcla explosiva.
Para hacernos una idea más detallada de su sonido, –y ya que lo normal es comenzar por el principio–, qué mejor que irnos al primer tema, “We are Burning (Nananana huah!)”, una canción con buena pegada para abrir boca construida sobre una base de riffs rompecuellos y con mucho groove. Una letra bastante típica –aunque para qué engañarnos, el cuero y el alcohol es al hard rock lo que las estrellas al cielo nocturno, algo indispensable–, pero pegadiza y divertida, y con un momento “Our army is ready to go, to the magical temple of rock” que me ha hecho recordar con cariño a ese discazo de Michael Schenker, el «Temple of Rock». Nananananana líder… sigamos.
En “Handful of Reptiles” nos encontramos con unos riffs más profundos. Lory comienza a cantar junto con una línea de bajo que la lleva a dar un toque distinto a la canción, y a lo largo de ella demuestra su gran voz en multitud de registros y con varios efectos y ritmos, lo que unido al buen hacer y fluir de los instrumentos nos da la mejor canción del EP en mi opinión. La letra esta vez trata sobre la podredumbre del mundo actual y los distintos escualos y reptiles que lo pueblan, con momentos bastante explícitos que me han arrancado una sonrisa. Un solazo con mucha alma también apoya esta sensación de temazo al canto.
El tercer tema, “Stop the Clock”, se abre en forma de balada con algún que otro azucarillo de más, pero pronto se nos muestra más variable, cambiando de ritmo en varias ocasiones al igual que la anterior y haciéndose también muy interesante y refrescante, aunque he de admitir que no me ha hecho saltar tanto como las otras dos –entiéndase saltar de forma metafórica–. El solo, por cierto, es de los mejores, oscuro y con un toque misterioso, acorde al tono del tema. Y realmente parece que se haya parado el reloj, porque ya estamos acabando y parece que no haya pasado el tiempo. Qué mal traído, la verdad, a ver si aumento un poco el nivel de la reseña.
Acabamos el EP al igual que lo empezamos, con un zambombazo igual de efectivo, “Stone in my Way”, entrando sin contemplaciones desde el primer segundo, aunque con riffs menos trabajados y en general más sencillo instrumentalmente. Eso sí, el estribillo es de los que más me convencen, con la voz masculina haciendo el contrapunto a la de Lory, al igual que me encanta el solo, esta vez dividido en dos. Los solos son ciertamente uno de los puntos fuertes de este trabajo, todos con gran sentimiento y punteos adictivos.
Un buen primer acercamiento de los valencianos para colarse en el mundillo. Un EP cañero, divertido, variado, con buenas ideas y que deja con sabor a poco y ganas de más. Tanto instrumentos como voz ayudan al resultado y suenan de maravilla. Esperemos que este sea el pie a un álbum que sacie esas ganas de más, y que las historias vuelvan a hablar de Seventh Hell en un futuro cercano.