La mayor parte de la música que escucho ha sido publicada a lo largo de las últimas décadas, y como los artículos que escribo con más frecuencia en esta página demuestran, me centro sobre todo en los lanzamientos de más actualidad. Eso provoca que de vez en cuando acabe algo cargado de las producciones más modernas y sienta la necesidad de irme atrás en el tiempo, generalmente a los noventa, para descansar de la sobreproducción que poseen muchos álbumes de los últimos años. Esta semana he regresado a esa década, pero el motivo no ha sido únicamente el de refrescar mis oídos. A lo largo de agosto Alcest ha publicado dos adelantos del que sera su nuevo trabajo de estudio, «Kodama», los cuales ya me hacen pensar que este puede terminar siendo uno de mis álbumes favoritos de 2016… y he pensado que era una buena ocasión para redescubrir a la banda que influenció la parte más evocadora del blackgaze de los franceses. Hace un par de años ya escuché algo superficialmente, pero estos días he tenido en bucle a Slowdive, y concretamente su álbum más reconocido, «Souvlaki».
Slowdive es, junto a My Bloody Valentine y Ride, una de las tres bandas fundamentales para entender el shoegaze, género surgido a finales de los ochenta y principios de los noventa que se mantuvo en el terreno más underground frente al grunge y el britpop. Y «Souvlaki» es, junto a «Loveless» y «Nowhere», uno de los tres trabajos que más definieron el sonido que caracterizó a la escena y que a tantas bandas posteriores influenciaron, como es el caso de Alcest. El nombre del estilo viene de la tendencia de los músicos a mirarse los pies durante sus interpretaciones en vivo, pero lo que hace que se las englobe con un movimiento en común va más allá de este mero detalle. Con un sonido de base de rock alternativo o noise rock, lo que los define y separaba de las demás bandas es la cantidad de efectos que envolvían sus guitarras para lograr crear las atmósferas y paisajes sonoros que tanto les caracterizan. Si te pones el «Souvlaki» o el «Loveless» te encontrarás un festival de reverb, chorus, delay y demás efectos en esas guitarras con vida propia que no dejan de crecer y moverse mientras te rodean.
Dentro de lo que he escuchado por ahora de las bandas pioneras del shoegaze, la que más me ha atrapado con diferencia ha sido Slowdive. Puede que sea su cadencia más lenta e hipnótica, sus estructuras menos caóticas, o quizás sean simplemente las reminiscencias al sonido de Alcest. Ahora que les he escuchado en mayor profundidad entiendo las similitudes, o porque Neige siempre los ha citado tanto como influencia o es tan típico verle con una camiseta de Slowdive. No sabía realmente por que canción decidirme para la sección, pues he estado escuchando el álbum de principio a fin continuamente, pero finalmente me he decantado por «When The Sun Hits«. Podía haber elegido la ensoñadora «Machine Gun», o esa joya llamada «Souvlaki Space Station» (increíble el sonido que sacan aquí a las guitarras), pero no he podido resistirme a ese chorro de energía que descargan las guitarras en «When The Sun Hits» con las voces delicadas de Rachel y Neil cantando encima. Un álbum definitorio en el sonido de la escena de su época e influyente en bandas muy posteriores, una escucha obligada que te embarcara en un verdadero viaje sonoro.
Spreading the Sound 