Cuando confirmaron a Between the Buried and Me como primera banda que acudiría al Be Prog! My Friend no hubo duda alguna, fui directo a por las entradas. Son junto a The Ocean una de las bandas que más ganas tengo de ver en directo, y tenía claro que si pisaban España no iba a perdérmelos por nada. La formación norteamericana tiene una fórmula poco asequible, necesita una predisposición del oyente para ser inundado por sonidos pertenecientes a espectros opuestos, aparentemente difíciles de conjugar entre sí. Los temas son muy largos, impredecibles, retorcidos, te harán sentirte perdido. Y muy, muy técnicos, hasta el punto de jugar en ese límite en el que lo musical empieza a desdibujarse. No digo todo esto para quitaros las ganas y que dejéis de leer el artículo aquí y no les des una oportunidad. Solo es una advertencia de que Between the Buried and Me es un grupo difícil, pero como tal, si pones de tu parte, atraviesas esta barrera y haces un esfuerzo por comprender lo que tienen que decirte, te verás increíblemente recompensado.
El quinteto está actualmente formado por Tommy Giles Rogers (voz y teclado) y Paul Waggoner (guitarra), ambos miembros fundadores, y Dustie Waring (guitarra), Dan Briggs (bajo) y Blake Richardson (batería) desde “Alaska”. Cuentan con siete trabajos de estudio (nueve si contamos el disco de versiones “The Anatomy Of” y el EP “The Parallax: Hypersleep Dialogues”) y dos DVDs en directo, uno en el que interpretaron su álbum “Colors” entero y otro con “The Parallax II: Future Sequence”.
Si estás contando los días para que llegue julio y quieres prepararte para verles en directo en el Be Prog! en unas semanas, o simplemente deseas ahondar en su discografía, éste es posiblemente el artículo que estás buscando. Comencemos, nos espera un largo viaje sonoro por delante.
Between the Buried and Me (2002)
Desde el primer tema se nota que es un disco de metalcore “y algo más”. Hay mucho death en el estilo de las guitarras y lo despiadado de la batería, y de mathcore en lo enrevesado de sus riffs. Pero también se puede entrever el germen progresivo que álbum tras álbum iría reclamando más espacio en su sonido. Es el disco más crudo de su discografía, con una producción que suena casi a maqueta (pero a maqueta muy bien hecha). Se grabó en directo con los cinco músicos tocando al mismo tiempo, y eso es algo que se nota en la falta de definición a veces. Repasando los temas, “More of Myself to Kill”, primer corte, tiene ese pasaje melódico que rompe con sus matices el que es un desarrollo directo a la yugular. “Aspirations” es de los primeros temas de BTBAM que escuché, cuando los descubrí y empecé curioseando por sus grabaciones en directo del DVD de “Colors”, donde rescataban este tema. Técnica, bruta pero variada, y con peso de melodías interesantes, además de algún falsete de Tommy que no desentona. El cambio de la recta final es increíble.
“Between the Buried and Me” deja ver retazos en algunos pasajes de sus influencias externas al metal, pero sin terminar de rendirse a ellas. Suenan muy primitivos, quedándoles aún mucho por cambiar y evolucionar, para mejor desde luego. En sus últimos conciertos han estado rescatando “Shevanel Cut a Flip”, el tema encargado de cerrar el álbum. No me quejaría si la tocarán en el Be Prog! desde luego, muy buena y evocadora.
The Silent Circus (2003)
Hará unos 4 años le di la primera oportunidad a “The Silent Circus”, y si no recuerdo mal no llegué a terminarlo. No le veía la gracia, me sonaba caótico, violento sin un objetivo musical, demasiado cercano al deathcore que tanto rechazaba. No estaba hecho para mí. Más adelante volvería a intentarlo, y finalmente acabaría por encontrarlo disfrutable. Y ahora mismo, volviendo a sumergirme en él, creo que está lleno de buenas ideas y temas bastante sólidos.
“Lost Perfection A) Coulrophobia” comienza con una guitarra distante que de repente da paso a una muestra de absoluta brutalidad. En su desarrollo da cabida a elementos menos agresivos, teclados y riffs de tintes más progresivos, o al final del tema con un deje a Pantera. De “B) Anablephobia” me encanta el final, en el que las dos guitarras y el bajo se turnan por cada altavoz consiguiendo un curioso efecto que desemboca en el caótico final. Pero la verdad es que en este disco llega a hacerse un poco cargante el aspecto más despiadado de la banda. “Mordecai” es un tema en el que he pasado de odiar la primera mitad y amar la segunda a entenderlo como un corte redondo, de las mejores del disco. Desde el death metal que te deja sin aliento a la transición de toque jazzístico, o el subidón instrumental final… “Mordecai”, junto al interludio “Reaction” y la suave “(Shevanel Take 2)”, que canta Paul Waggoner, supone la parte que más contrasta del álbum. El último corte, “The Need for Repetition”, tiene una parte antes de que deje paso a los minutos de silencio que conectan con el hidden track que me recuerda mucho a Opeth. Un trabajo intenso que con paciencia logré entender y disfrutar.
Alaska (2005)
Tras varios cambios de miembros sería con “Alaska” donde encontramos a la formación consolidada. Con este trabajo darían un cambio que los llevaría de forma progresiva y natural a ser la banda que son ahora mismo, con un plan que consistía precisamente en no tener plan. No había límites, si querían hacer algo encontrarían la forma de hacerlo. En “Alaska” su vertiente más extrema sigue siendo la principal, pero la refinan, y dan cabida a nuevas influencias que se irían ampliando disco tras disco. Eso sí, continúan siendo una banda difícil. Demasiados matices y contrastes que asimilar.
“All Bodies” ya me transmite esa sensación de refinamiento, las guitarras respiran un poco dejando más espacio al bajo, y los riffs dibujan melodías menos convencionales. El teclado se abre a nuevos sonidos, y Paul nos regala sweeps que predominan en cortes como este o “Alaska”, encajados con gusto. Me gusta el detalle en la parte final del primer tema que recuerda a Queen. “Selkies: The Endless Obsession” es mi tema favorito de BTBAM. Escuchadla y entenderéis porque. Sobran las palabras.
“Breath In, Breath Out” y “Medicine Wheel” son los cortes instrumentales que nos ofrecen el lado más místico y ambiental de la formación. Aunque no son los únicos en que la voz brilla por su ausencia, como en ese extraño (pero genial) final a base de bossa nova que supone “Laser Speed”. Un trabajo sin duda superior a los que le precedían, y que supone el primer paso que los encamina a la creación de una discografía que los hace únicos.
The Anatomy Of (2006)
El puente que comunica “Alaska” con el salto más arriesgado de su carrera y bajo mi punto de vista su punto álgido compositivamente: “Colors”. Uno de los puntos más loables de “The Anatomy Of” es su honestidad. Honestidad en cuanto a no caer en postureos y rendir tributo a aquellas bandas que realmente les habían marcado, aunque de progresivo tuvieran muy poco. Motley Crue, Soundgarden, Pink Floyd o Depeche Mode son algunas de las 14 bandas que versionean con muy buen gusto y sabiendo llevarlas a su terreno. Destacable la versión de “Colorblind” de Counting Crows, banda de la que sacaron el nombre de la formación (concretamente de la letra de su tema “Ghost Train”).
Colors (2007)
En “Colors” lograron algo inigualable. Nunca sonaron como en este momento. Tras tocar en el Ozzfest, decidieron que ellos no querían ser como la mayoría de bandas que vieron allí, encasilladas y preocupadas más por encajar en los cánones y triunfar que por la creatividad en sí misma. Y decidieron hacer el disco que deseaban hacer, dejando de lado cualquier miedo y arriesgando al máximo. No podían haber tomado mejor decisión, pues tener la experimentación como filosofía sacó lo mejor de ellos.
Cada vez que me lo pongo aprecio algún matiz que me pasó desapercibido a pesar de las numerosas escuchas que le he dedicado. Una delicada introducción de piano guía el desarrollo de “Foam Born, Pt. A: The Backtrack”, seguido de un sintetizador y ya dando entrada a toda la fuerza que les caracteriza. Me encanta ese detalle de voz melódica sobre los blast beats, aunque sea efímera. Las partes death están más pulidas y son más digeribles, pero aun así presentan esa densidad tan característica. Y Dream Theater pasa a ser una banda que brilla como clara influencia en su cara más amable. “Informal Gluttony” arranca con una percusión casi tribal, bajo serpenteante y guitarra moruna. En su desarrollo encontramos algunas de las mejores melodías vocales del disco. Increíble también la forma en que incluyen al final sonidos de animales sin que quede bizarro. “Ants of the Sky” presenta un solo de guitarra (el segundo cerca del final) muy a lo Åkerfeldt en su vena más melancólica, y una parte de bluegrass que te dejará totalmente descolocado.
“Viridian” y “White Walls” son cortes que siempre hay que escuchar seguidos, siendo la segunda la más gloriosa de sus composiciones. Depende del día mi preferencia se alterna entre “Selkies” y ésta, ambas verdaderas obras maestras. “Colors” es sin duda un referente del progresivo más ecléctico y extremo.
The Great Misdirect (2009)
“The Great Misdirect” continúa en la línea de “Colors”, tanto a nivel de producción como compositivo, aunque acotando un poco el camino, dando la impresión de que limitan en cierto sentido su libertad para experimentar de forma tan abierta como lo hacen en su predecesor. Es el álbum que menos he escuchado, pues se me hace muy pesado y cargante, pero tiene uno de los cortes que más he quemado de su discografía, “Mirrors”. En esos acordes muy jazz que Paul ondula a voluntad, en la línea de bajo de Dan o en la excelente batería de Blake hay algo muy vivo, refrescante, que me atrapó desde la primera escucha. Y sin que te des cuenta enlaza con “Obfuscation”, un tema largo marca de la casa, frenético, con riffs tanto deathmetaleros como dignos de Petrucci, lleno de contrastes. El solo de guitarra sobre el hipnotizante bajo es excepcional. “Disease, Injury, Madness” tiene unos cambios muy sugerentes en los que Tommy demuestra que no solo es una bestia parda gritando, sino que sabe cantar y adaptar su voz a las partes más íntimas. “Desert Song” gira en torno a una acústica y Paul Waggoner al micrófono, algo que hace en contadas ocasiones pero que no se le da nada mal. “Swim to the Moon” es la encargada de cerrar, conectando en su letra con el concepto del EP y álbum que estaban por venir.
Es el álbum más maduro que habían publicado hasta ese momento, se nota la experiencia a la hora de plantear los temas y concebir su estructura. Eso por otro lado no quita que el resultado sea de los que menos me convencen de su discografía.
The Parallax (2011-2012)
Al hablar de “The Parallax” hay que tener en cuenta dos obras distintas, pues se encuentra dividido en dos partes. La primera es “The Parallax: Hypersleep Dialogues”, un EP de tres canciones que nos introduce por un lado en el concepto que desarrollarían y por otro en el viaje sonoro en el que nos vamos a embarcar. Hablar de la historia necesitaría un artículo en sí mismo, pues no solo engloba estos trabajos, sino canciones que aparecen en otros como “The Silent Circus” o “The Great Misdirect”. “Specular Reflection” tiene un estribillo realmente memorable, en “Augment of Rebirth” vuelven a demostrar ese jugueteo con el avantgarde que ya nos habían enseñado anteriormente, y “Lunatic Wilderness” es la pieza más sólida de las tres, con toques de prog más clásico y las ideas más claras.
La segunda parte sería un álbum de más de una hora de duración, “The Parallax II: Future Sequence”. “Goodbye to Everything” abre con la sutileza con que suelen engañar al principio. Una acústica y orquestación para acompañar la voz de Tommy, con un regustillo que me trae a la mente a Queen. “Astral Body” es un tema breve y redondo. Un desarrollo que puede recordar a unos Dream Theater con más musculo, con unos growls sobre una instrumentación más asimilable de lo que nos tienen acostumbrados en las partes gritadas. “Lay Your Ghost to Rest” es de las que más me gustan del disco, al final hasta aprendí a apreciar la parte “circense”. Tommy se marca unas melodías y guturales exquisitos por igual al micrófono, y Paul sabe poner la técnica al servicio de la música por completo. “Extremophile Elite” es otro tema de 10 minutos, pero en el que no sobra ni un segundo, hilado con un gusto excelente. Curiosa la sección con xilófonos e instrumentación de viento y cuerda (quién diría que una tuba le podía sentar bien a BTBAM). Varios interludios conectan con “Telos”, un tema con un trabajo a la guitarra bestial, riffazo tras riffazo y muy buenos solos.
Rescuchando “The Great Misdirect” acabe un poco cargado del estilo de BTBAM, pero con “Parallax II” he recordado porqué me parecen una banda tan grande. Después de “Colors”, es para mí el disco en el que consiguen plasmar de forma más acertada su genialidad, con canciones largas y complejas pero que saben mantener el esquema de lo que es un buen tema, y con excentricidades compositivas pero siempre manteniendo la línea que los define y caracteriza (bueno, quizás en “Bloom” si se les va un poco de las manos…). Un gran trabajo.
Coma Ecliptic (2015)
Cuando leí que “Coma Ecliptic” iba a ser un álbum más progresivo y que iba a haber menos peso de su vertiente de death metal en cierto sentido me alegré, ya que iban a potenciar el aspecto que más me gustaba de ellos y reducir ese que por momentos los hace tan densos. Sin embargo el resultado no fue como me esperaba. Suena más progresivo, si, y continúa por el camino del anterior trabajo, en el que las partes gritadas cuentan con una base que deja respirar al tema y no llega a los momentos de complejidad excesiva que los caracterizaba. Y han dejado entrar más influencias tanto de bandas clásicas como de contemporáneas como Haken. El problema es que han decidido tomar un camino que ya se entreveía desde hace unos cuantos discos, pero lo que antes eran pequeños detalles ahora integra la parte troncal del álbum. Una teatralidad que me resulta excesiva.
En la última gira han estado interpretando dos de los cortes que más me convencen. “Coma Ecliptic”, con el peso de teclados, de un Tommy que canta más que ruge, y de una guitarra que sabe cómo embellecer con gusto. Pero falla algo, no llega a parecerme un tema brillante. El otro es “Famine Wolf”, algo más dura y con partes que recuerdan mucho a Dream Theater. Lástima la parte en la que Tommy da la impresión de sobreactuar al micrófono. BTBAM han decidido aproximar el aspecto conceptual en este álbum de una forma que no me convence. Me hace echar de menos las dos partes de “Parallax”, la verdad.
Aunque tiene secciones muy buenas y es su álbum más fácil de digerir, creo que otro aspecto que echo en falta es la espontaneidad. Antes se dedicaban a explotar todas las ideas que se les ocurrían e ir a por ellas, el ejemplo es “Colors”. En “Parallax” encontraron el término medio entre explorar y tener unas pautas a seguir. “Coma Ecliptic” me parece un trabajo demasiado premeditado, maduro pero de una forma que le falta frescura y no termino de encontrarle el punto de interés.
Sumergirme de nuevo en la discografía de Between the Buried and Me ha sido por un lado una experiencia muy gratificante, y por otro una tarea densa y extenuante. Su propuesta no está hecha para todos los oídos, desde luego, y es mejor saborear sus trabajos con paciencia y poco a poco que atropelladamente, pues hay demasiada información que asimilar. En el Be Prog! podremos esperar un concierto intenso, absorbente, en el que tendremos que estar atentos al cien por cien para no perder detalle de lo que hacen estos magos y disfrutar cada nota. El setlist seguramente conste de los dos temas de su último disco que cité, “Selkies” y quizás “Mirrors” (me encantaría) o algún tema de “Colors”. Además es sabido que les gusta despedir sus veladas con una versión de un tema de Queen universalmente conocido. Llevo años con ganas de poder verles en directo. Seguro que la espera habrá merecido la pena.
2 respuestas a “Between the Buried and Me, una identidad forjada en los contrastes”